El microempresario llolleíno Ali Kifafi es un estudioso de lo que él denomina las "insurrecciones sociales" a lo largo del mundo. Y en esa condición, aseguró que el estallido que se produjo en Chile era "una bomba que iba a explotar en cualquier momento. Yo sabía lo que iba a pasar y se lo comenté a muchas personas".

En representación de las pequeñas empresas (Pymes), sostuvo que los cambios tributarios efectuados en el gobierno de Michelle Bachelet "están destruyendo a las Pymes por los altos impuestos que tenemos que pagar. Al final nos metieron en el mismo saco que a las grandes empresas y eso no puede ser".

Este microempresario del rubro de la refrigeración y expresidente de la Cámara de Comercio Detallista de San Antonio considera positivo aumentar el sueldo mínimo, "pero alguien tiene que controlar las alzas de los alimentos y los productos de la canasta básica, porque de lo contrario, en un año subirá todo y volveremos a estar donde mismo con un sueldo mínimo más alto".

"Para muchas Pymes sería extremadamente difícil pagar un sueldo mínimo de 500 mil pesos como se está proponiendo, porque incluso hay muchas que están a un paso de irse a la quiebra por la realidad que estamos viviendo", reveló. "Está bien el descontento social, pero el vandalismo está superando a las demandas ciudadanas", agregó.

Otro tema que preocupa a Kifafi son "las estafas que están sufriendo las Pymes locales de parte de las empresas que construyen obras públicas" de gran envergadura. "Al final quiebran y no pagan, y más encima las denuncias en la fiscalía quedan en nada. Alguien debe hacerse cargo de esto".

"Para buscar una solución a este caos deben sentarse todos los actores sociales y vecinales y elaborar propuestas reales, sin intervención de la política", culminó.

Crónica

El alcalde de San Antonio, Omar Vera, condenó ayer los actos vandálicos que la noche del lunes pasado terminaron con cuantiosos daños en el centro de Llolleo y que elevaron a casi mil millones de pesos los costos por reparación de semáforos, señaléticas, mobiliario urbano y pavimentos, entre otros bienes públicos.

"Hago un llamado a la cordura, al respeto, al diálogo. Nosotros (como municipio) no podemos resolver temas como las pensiones o los salarios, pero compartimos con fuerza esas demandas. En lo local, las marchas se comparten y se aceptan, pero la destrucción no corresponde", aseguró el jefe comunal.

En reunión sostenida ayer con los directores municipales, Vera anunció cambios y reajustes en el presupuesto municipal para poder enfrentar la contingencia. Ello implica la readecuación de recursos provenientes de programas emblemáticos que se suspendieron a partir de ayer.

"Tenemos que asumir la reposición de lo dañado y eso nos significa dejar de hacer las fiestas costumbristas de San Juan y Cuncumén; hemos resuelto no hacer la caravana de la Navidad; y lo más probable es que no hagamos el espectáculo pirotécnico de año nuevo", anunció Vera tras el encuentro.

Del mismo modo, el edil confirmó que se rebajarán las actividades culturales en la comuna y se evaluará en los próximos días la realización del Carnaval de Murgas y Comparsas, que tradicionalmente se lleva a cabo en el verano.

"Hago un llamado a respetar los espacios que son de todos y todas. Valoramos y compartimos las justas demandas, pero no avalamos el daño que se genera en la ciudad que nos pertenece a todos", insistió.

El municipio dará a conocer los compromisos acordados por el Concejo Municipal en sesión ordinaria número 30, donde se aprobó una agenda social que busca aliviar la pesada carga que enfrentan los sanantoninos y que hoy demandan en las calles.

1.000 millones de pesos en daños a la infraestructura pública han dejado las protestas en San Antonio.