La vida y obra de Víctor Jara narrada en una charla cantada
El cantautor antofagastino César Flores es creador de una novedosa "Charla Cantada" donde revive la historia del reconocido artista chileno.
Son alrededor de las 10.00 pm de una cálida noche de verano. Voy caminando por un barrio residencial de Antofagasta y entre los edificios, las casitas viejas y locales con estética gringa, se escucha el eco de una guitarra que retumba en gran parte del barrio. El sonido despierta mi atención: son melodías que en algún momento de mi vida escuché. La curiosidad me hizo desviar del camino, subí unas calles doblé en otras. A unos metros de distancia veo un grupo de jóvenes entrar a una casa azul, una casa de dos pisos... azul. Me acerco, el sonido aumenta, la puerta estaba abierta... entro.
El hogar está repleto de cuadros, obras de artistas que algún momento vi en las calles o en algún libro. En el pasillo me encuentro con un joven de baja estatura.
-¿Vienes a la actividad de hoy?, me pregunta.
-Entré porque me llamó la atención la música.
-Ah sí, estamos en la prueba de sonido. Adelante, la primera parte es el patio, es una actividad con aporte voluntario.
-¡Buenísimo! No tenía idea ni tampoco conocía este lugar, muchas gracias.
-Funcionamos como un centro cultural, bienvenido.
Entro medio desconfiado sin pedir mayor información por vergüenza. Bajo las escaleras, me asomo al patio. Veo un grupo de gente sentado sobre bancas de madera, rodeando a un músico con su guitarra. A su costado, un telón blanco con una proyección.
Un flaco chascón con pinta de hippie levanta la voz y dice:
-En 5 minutos más comenzaremos.
Tomo asiento en una de las bancas. Saludo a quienes están a mi alrededor. Hay personas de diferentes edades, todos riendo, conversando como si se conocieran de siempre. Alguno tiene un vaso con borgoña en sus manos, otros una lata de cerveza y las más ancianas una taza de té. Otro joven se me acerca ofreciendo algo para beber, pero oprimo mi deseo de tomar, andaba con lo justo, para no decir pato.
Regresa el flaco chascón, entre un discurso algo latero nos informa sobre el inicio de la actividad y nos deja con el cantautor César Flores.
Antes de comenzar, el artista frente a mí nos dice:
-Buenas noches. Primero que todo, les quiero informar sobre cómo funciona este cuento. Esto es una charla cantada sobre Víctor Jara. Este trabajo nació a partir de la iniciativa de un profesor de una escuela donde realizaba clases y la idea era realizar de forma lúdica una charla para explicar la vida y obra del reconocido cantautor chileno. Fue tanto el revuelo que generó en mis alumnos, que decidí sacarla de la sala de clases y llevarla a distintos lugares. Frente a ustedes hay un micrófono. La idea es que a medida que salgan las diapositivas, uno de ustedes se pueda parar y leer. Además, en los mesones que están a un costado dejé unos sobres donde pueden dejar un aporte voluntario por la presentación. Espero que la disfruten.
La velada comienza con la canción "Doncella encantada", dos temas después aparece el primer texto. Un valiente se levanta para leer, lo hace fluido, casi como si estuviera cantando. César retoma el micrófono, nos cuenta anécdotas, y sigue cantando. La noche transcurre, cada vez se hacen más emotivas las palabras del artista que estoy apreciando. Nuevamente otro texto aparece, hacen la pregunta al aire si alguien quiere leer... Un temblor en mis piernas aparece. En mi interior me cuestiono sobre mi capacidad lectora, ¿Si me equivoco? ¿Si no me sale cantado? ¿Si me bloqueo? ¿Si me bloquean todos? A esa altura el pánico era generalizado. Eligieron al de al lado, vuelvo a respirar.
César termina de cantar con una clara expresión de angustia. Se levanta perdiéndose entre los rincones de la casa. Comienza a reproducirse un video sobre las últimas horas de Víctor Jara y al finalizar mi estómago lo siento apretado, como si me hubieran golpeado los mismos que mataron a Víctor.
Vuelve aparecer César, transpirando completamente, coge la guitarra y aparecen los primeros acordes del Manifiesto. "Yo no canto por cantar, ni por tener buena voz"... Fue suficiente para que la piel se ponga de gallina y un nudo apretara fuertemente mi garganta. Termina la canción, miro al rededor y varios somos quienes tiene lágrimas en los ojos. La charla finaliza, varios se acercan abrazar a César. Un emotivo ambiente se percibe en el aire. No pensé vivir una experiencia como tal, sobre todo esta noche. Me acerco al artista para mostrar mis agradecimientos.
-Gracias, César, por esta noche, nunca pensé estar en una clase el día de hoy.
-Muchas gracias a ti por asistir, que bueno que te gustó.
- Perdona soy algo curioso ¿Te puede hacer algunas preguntas?
- Sí claro, déjame buscar algo para beber primero.
César regresa con una lata de cerveza en la mano y me dice:
-Discúlpame, no pude tomar nada durante la charla y estaba muriendo de sed.
-No te preocupes, estoy igual.
-Salud, amigo.
-¿Cuándo comenzaste a cantar?
-La primera vez que me subí a un escenario, tuvo que ser a los seis años cantando en la población Favorecedora de Antofagasta. Después pertenecí a grupos en el colegio y luego en la Universidad de Antofagasta. Después me puse a cantar solo con guitarra a los 13 años. En ese tiempo cantaba en la terraza del Balcón de Mario, no había micros ni nada, entonces me iba a dedo para allá. Estuve 5 meses cantando los domingos, cantando Víctor Jara, porque era la música que le gustaba al dueño del local.
-Las canciones previas al video que pasaron, te vi algo angustiado, como si estuvieras triste…
-Lo que pasa es que a mí me gusta mucho el trabajo de la interpretaciones, ponerme a interpretar y ser parte de las canciones que estoy cantando en el momento. Entonces qué va pasando, esto está estructurado desde lo más inocente hacia lo más comprometido. Yo me voy haciendo parte de lo que voy cantando. Entonces logro, gracias a los años de trabajo, en hacerme parte de esto.
LA historia
"Cuando vamos llegando a las últimas canciones, por ejemplo a "Vientos del pueblo" o "El alma llena de banderas", ya mi sensación corporal es distinta, como si no fuera yo. Entonces regularmente termino con angustia después de cantar eso y después leo el texto sobre lo del Estadio Chile, allí hago catarsis, necesito salir del escenario. Algunos me han comentado que yo parto siendo yo, pero ya la mitad de la charla ya no soy yo. Es como una mutación de personalidad, y ya al final, cuando hablamos del manifiesto y el derecho, allí vuelvo ser yo de nuevo. Debe ser el mismo hecho que me causa las canciones".
-¿Qué representa la figura de Víctor Jara para ti?
-Cuando me plantearon hacer esta charla donde trabajo, la pregunta que me hicieron era ¿Cuál era tu héroe de mi vida? Yo había pensado obviamente en mi papá y mamá y después se me vino a la mente altiro Víctor Jara. Allí el profesor me dice por qué no hacía una charla sobre él. Para mí ha sido súper importante haber conocido su música, porque yo comencé a incursionar en la guitarra gracias a Víctor Jara, aprendí muchas cosas y todo autodidacta. Aparte su historia me cautivó.
En esos años una amiga me regaló el libro de Víctor, hasta que lo presté y lo perdí, pero lo leí por lo menos unas 10 veces o más. Yo lloraba leyendo ese libro, emocionado me llegó mucho su historia, porque es la historia de una persona que pese a la adversidad, logró ser lo que es.
Se acerca su compañera Jenny, le comenta que tienen que irse. Se despide con un fuerte abrazo, comienza otra banda a tocar pero me marcho también porque no tenía ningún peso en los bolsillos, aunque me voy feliz, con la sensación que haber conocido una parte importante de la historia... esa que nunca me contaron.