La historia de perseverancia de una tejedora barranquina
Lo que partió como una terapia antiestrés se convirtió en el oficio de Danae Díaz, la fundadora de una colorida y juvenil línea de accesorios de vestuario y decoración.
En un complejo periodo de su vida, el tejido se volvió el refugio de la barranquina Danae Díaz Rojas (37), la emprendedora detrás de Arcoiris Decocrochet, donde vende coloridos mitones, gorros y otros productos confeccionados por ella.
"Me puse a tejer en 2018, porque en ese momento lo estaba pasando mal. Mi exempleador no cumplía con los pagos de cotizaciones ni seguros, entonces el tejido me hacía relajarme y salir del tema que estaba viviendo", comenta Danae, quien además es técnico en prevención de riesgo.
Mientras ella transformaba el tejido en su pasión, en el aspecto laboral las cosas se complicaron. "Quedé cesante en septiembre de ese año, finalmente tuve que invocar el autodespido", señala.
Espíritu emprendedor
Pero ese mal momento no la detuvo. Danae siguió estudiando tejido de forma autodidacta, a través de tutoriales de internet, y comenzó a ir a talleres donde aprendió a hacer atrapasueños y mandalas. "En ese tiempo tejí varias cosas, donde estaba media depre. Hice gorros, mitones y me hice una página en Facebook para venderlos", recuerda.
Luego, decidió dar un paso más allá. "Me metí a fondo en todo esto y fui a hablar con Gloria (Guajardo), que se encarga de las ferias de la Oficina de Desarrollo Económico de la municipalidad (de San Antonio) y ella me incorporó en una. La primera feria a la que fui se hizo a fines del 2018".
-¿Cómo te fue en la primera feria?
-Me fue súper mal (señala entre risas). Lo que pasa es que realmente no sabía tejer bien.
Pero ella no se rindió. "Nunca me he frustrado por no hacer algo, lo vuelvo a hacer, no soy frustrada en ese sentido. Si me queda un tejido feo, lo desarmo y lo hago de nuevo, aunque me demore un día entero. No me interesa, lo vuelvo a hacer", recalca.
A partir del año pasado, el emprendimiento tomó vuelo y, a pesar de la pandemia, comenta agradecida que "me ha ido bien, he vendido harto en este tiempo y estoy con muchos pedidos de banderines, gorros y turbantes, que les han gustado mucho a las clientas".
Hoy Danae tiene cerca de 800 seguidores en su Instagram (@Arcoiris Decocrochet), donde además ofrece mitones, atrapasueños y hasta pétalos desmaquillantes tejidos a mano.
"Perseveré harto con el tema de Arcoiris, cuando empecé no era mucho lo que vendía, pero yo seguía. Igual en un momento me achacaba, pensaba que a lo mejor mis cosas eran feas, pero igual seguía yendo (a las ferias). Creo que es importante perseverar en lo que uno quiere hacer y ahora le doy gracias a todo lo que me pasó con la empresa, porque tengo otra mirada a futuro", reflexiona.
El lado dulce
Otro refugio para Danae es la cocina. "Hace tres años me vino eso de aprender. Me paso viendo programas de cocina, anoto recetas y las hago en la casa. Me gusta experimentar. La cocina me gusta mucho", comenta.
Esta pasión la heredó de su abuela María, quien a sus 76 años se ha transformado en su consejera. "El interés por la cocina viene de mi abuelita igual, porque ella fue repostera toda una vida. Cuando yo era chica, tenía como 15 años, mi abuela le dio duro a la repostería, vendía muchos pasteles y tortas, hacía mermeladas y hasta productos en conserva. Ella me enseña a hacer cosas y me comparte sus recetas".
A mediados del año pasado decidió comenzar a comercializar algunas de sus preparaciones a través de su Facebook personal (Danae Díaz Rojas). Todos los viernes la emprendedora vende chilenitos y otros pasteles en su casa de calle Pudeto.
"Con los chilenitos me ha ido bien. También hago a pedido queques y tablilla con melcocha, que es un manjar con chancaca y que lleva arriba merengue. Son bien de campo", comenta.
Motivo de lucha
Todos los emprendimientos y esfuerzos de Danae tienen una importante motivación: sus dos hijas, de 17 años y siete años.
La emprendedora fue madre a corta edad de su primera hija. "Quedé embarazada a los 19 años y a esa edad aprendí a ser mamá y a hacer de todo sola, fue un salto en mi vida", asegura con orgullo.
Danae cuenta que ha establecido una relación cercana con ella. "Con mi hija tenemos confianza, le hablo de sexualidad, de cómo puede comportarse un hombre si ella queda embarazada. También le digo que si ella queda embarazada tampoco es el fin del mundo, pero que le va a costar un poco más. No le pongo ese miedo de que se le va a acabar la vida, porque no es así".
"Lo único que sueño es que ellas sean independientes. Que el día de mañana viajen, estudien lo que quieran y que sean felices. Que tengan buenos trabajos, que vayan contentas a trabajar, que si quieren irse fuera del país lo hagan, ¡que experimenten! Más que tener una hija ingeniera, que gane lucas, me gustaría que ellas se interioricen con otras cosas, otras culturas, que lean. Eso significa mucho para mí y me sacaría la cresta infinitamente para que ellas cumplieran todo lo que quieran hacer", concluye la perseverante emprendedora.
"Creo que es importante perseverar en lo que uno quiere hacer y ahora le doy gracias a todo lo que me pasó con la empresa, porque tengo otra mirada a futuro",
Danae Díaz
"Hace tres años me vino eso de aprender. Me paso viendo programas de cocina, anoto recetas y las hago en la casa. Me gusta experimentar",
Danae Díaz
"Con los chilenitos me ha ido bien. También hago a pedido queques y tablilla con melcocha, que es un manjar con chancaca y que lleva arriba merengue. Son bien de campo",
Danae Díaz