A dos años desde que el profesor Jaime Reyes Medina (37) falleciera ahogado en una playa de El Tabo luego de rescatar a alumnas que se estaban ahogando, el Primer Juzgado de Letras de Santiago determinó que se debe indemnizar al hijo del docente.

El tribunal ordenó que la Sociedad de Escuelas Católicas Santo Tomás de Aquino, dueña del Liceo Sara Blinder, donde trabajaba el docente, pague 50 millones de pesos al retoño del occiso.

Esto porque se determinó que la sociedad educacional no tomó las medidas necesarias para proporcionar seguridad a los alumnos y docentes durante un retiro espiritual que se realizó en una playa que no era apta para el baño.

"El empleador no tomó medidas eficaces de protección, porque el accidente sufrido por su representado ocurrió por la creación -no única ni nueva- de condiciones inseguras relacionadas con el acceso de jóvenes a una playa violenta, y aún 'intuyendo" (sic) la necesidad de un procedimiento o protocolo de salidas a terreno, no las dicta ni estatuye, tampoco consta que se hubiera, por vía ejemplar, realizado una revisión de terreno o alguna instrucción previa sobre las condiciones de seguridad, alguna medida específica, o en último término una supervisión o control por parte de algún representante del empleador", señala el fallo de primera instancia.

Mónica Jorquera Escobar

"¿Cuánta plata tení en tu cuenta para que me la transfieras ahora mismo? ¿Querí que le corte los dedos a tu hijo, que le vendamos los órganos en el extranjero, eso es lo que querí?". Este es un extracto de una terrorífica llamada que recibió una madre, a quien la amenazaron diciéndole que habían secuestrado a su hijo de 10 años.

Todo se trató de un despiadado y elaborado "cuento del tío". Los delincuentes lograron sacar de su casa al menor de edad y luego contactaron a la mujer para exigirle que depositara 5 millones de pesos si es que quería volver a ver a su retoño.

¿Cómo se desarrolló el ilícito? Primero los antisociales llamaron al celular del niño de 10 años. Un sujeto se hizo pasar por carabinero y le dijo que su mamá había sufrido un grave accidente. Le indicó que debía ir urgentemente al consultorio más cercano donde una patrulla lo recogería para llevarlo donde su madre.

"Nunca le cortaron el teléfono, lo mantuvieron en línea todo el tiempo para que no pudiera contactarme con él. Le pidieron que desactivara los datos móviles y el wifi. Mi hijo corrió (desde Santo Domingo) hasta el consultorio de Barrancas y ahí quedó esperando", narró Natalia, la víctima del "cuento del tío".

Cuando el menor salió de la casa, los hampones siguieron con la segunda parte del plan. Llamaron a Natalia y le dijeron que tenían secuestrado a su hijo. El mensaje fue claro: si quería volver a verlo, tenía que depositar en el acto los 5 millones de pesos.

Fue tan elaborado el delito que los delincuentes pusieron a un niño al teléfono, quien solo decía "estoy bien", pero fue suficiente para que la mujer creyera que se trataba de su hijo.

En medio de la pesadilla, Natalia le dijo a los hampones que les pasaría su auto en forma de pago y pidió ayuda a sus familiares. Además, se fue desde su trabajo directo al cuartel de la Policía de Investigaciones para denunciar los hechos.

Cuando la mamá se encontraba en la PDI, un primo vio al menor de edad en Barrancas y lo llevó donde su madre. Terminaron así los peores momentos en la vida de esta mamá.

Indagación

El caso fue denunciado y quedó en manos de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI.

El jefe de la unidad, subprefecto Jorge Jara, informó que se acogió la denuncia por extorsión, ya que debido a que la víctima no depositó el dinero a los hampones no se alcanzó a configurar el ilícito de estafa.

"Estos delitos están siendo realizados cada vez con mayores detalles para cometer estafas, puesto que utilizan las redes sociales para extraer información de las víctimas. Por eso es importante mantenerlas con privacidad", recomendó el subprefecto Jara.

Además, subrayó que siempre "hay que vigilar el uso de teléfonos por parte de menores de edad, como así de los videojuegos que están en línea y donde los niños pueden participar en chats, donde podría haber un adulto preguntando datos a los menores".

Este "cuento del tío" no terminó con la estafa concretada, pero sí dejó a un niño y a su madre con una amarga experiencia.

"Por un momento sentí que mi vida había terminado. La sensación de perder a tu hijo, de no saber dónde está, de no saber dónde ir a buscarlo, la sensación de convertirse en la fiera más grande y sin poder hacer nada es terrible. Viví lo peor que se puede vivir, lo peor que puede vivir una mamá", reflexionó Natalia.

5 millones de pesos le pedían a la mujer para liberar al niño que supuestamente estaba secuestrado.