Jorge Reyes Patuelli
Diversos aspectos de la vida han debido modificarse desde que el covid-19 llegó al país. Las juntas y conversaciones quedaron de lado para poder evitar la propagación del virus y así cuidar a los adultos mayores y enfermos crónicos que, según las autoridades sanitarias, forman parte del grupo de riesgo, mientras que respecto de otras personas, como los niños y las embarazadas, aún no hay certeza de cómo pueden ser afectados.
En Estados Unidos, recientemente el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y la principal agencia de salud pública en el país norteamericano, incluyó a las mujeres embarazadas en la lista de las personas que están en mayor riesgo de sufrir covid-19 en forma grave.
El ginecólogo y director de la Clínica de Reproducción Humana de la U. de Valparaíso, Aníbal Scarella, explica que las mujeres embarazadas no tienen un riesgo mayor asociado al coronavirus, sino que corren un "riesgo extra por el feto que llevan dentro".
Según él, esto significa que "ese riesgo puede ser una complicación accesoria producto del embarazo, que puede traducirse en un parto prematuro".
El experto explica que sí pueden existir momentos más complicados durante el embarazo en una mujer contagiada con covid-19 y estos serían durante la semana 20 ó 30, principalmente porque el feto está en un momento más crítico desde el punto de vista de la gestación y no es suficientemente grande para tener una vida autónoma
"Si la mujer llegar a contagiarse y tiene 18 semanas, el riesgo de parto prematuro es muy bajo. El útero casi no desencadena un parto prematuro y si lo desencadenara es considerado como un aborto", explica Scarella.
"Si tiene 30 a 32 semanas, el riesgo para el feto si se llega a producir un parto prematuro provocado por la infección o secundario a una intervención (cesárea), el bebé ya está grande para la vida extrauterina, por lo tanto, tiene un mayor riesgo a contagiarse", agrega.
El doctor Marcelo Farías, jefe de Maternidad en la Red Salud UC Christus, explica que no hay mucha evidencia de que el embarazo le confiera un riesgo mayor de infectarse comparado con una mujer no embarazada. "Existe la duda de si pudiese ser más riesgoso para el feto, aunque hay más o menos claridad de que no debiera transmitirse a través de la placenta. Igual, hay un par de reportes que sí sugieren que se podría transmitir", plantea.
Sin embargo, Farías comenta que "no tenemos información, no hay reportes, evidencia, de qué pasa cuando la infección ocurre al principio del embarazo. Eso es lo que varios en Chile estamos intentando registrar".
Ambos médicos explican que previo a un parto se les hace a las pacientes un examen para detectar el coronavirus y que, incluso, algunas que no tenían síntomas se enteran en ese lugar que están contagiadas. Esto se presenta en un 8%, aproximadamente, según el doctor Farías.
Ambos plantean que las medidas de seguridad dificultan la relación en el momento del parto. "Nuestra humanización en la medicina se ve en riesgo producto de que estamos con muchos elementos de protección personal, lo que dificulta la comunicación con la paciente. Ella está con mascarilla y eso oculta las expresiones, y un sinnúmero de situaciones que esto se más difícil, menos humano, más lejano y distante", dice Scarella.
Protocolo de atención
El Minsal publicó hace pocos días las medidas que el personal de salud tiene que tomar en el momento de un parto. El equipo médico debe usar mascarilla quirúrgica, antiparras o escudo facial, gorro desechable, delantal de manga larga, guantes, cubre calzado y ropa de pabellón. La paciente debe estar con mascarilla.