El drama de la familia de mujeres que sufrió dos veces el incendio de su casa
Primero en marzo de 2018 y ahora a principios de julio las llamas destruyeron por completo la vivienda que Luz Arévalo comparte con su hija en Bellavista.
El incendio ocurrió la mañana del sábado 11 de julio, pero los restos humeantes de su casa todavía empañan los ojos de Luz Arévalo García quien no logra sobreponerse a las consecuencias del siniestro que le arrebató todos sus enseres.
Aquel día todo quedó reducido a cenizas, igual como hace dos años en marzo de 2018, cuando otro incendio destruyó por completo la casa que Luz Arévalo habitaba desde hace casi 30 años cuando llegó a vivir a la calle Bruselas 991 del cerro Bellavista.
Dos siniestros en dos años destruyeron su esfuerzo de toda la vida, lo que por estos días de pandemia tiene a esta atribulada mujer tratando de encontrar las fuerzas que le permitan salir adelante.
"Ese día sábado estaba en la casa de mi hija al fondo del sitio porque me había quedado con ella cuando la luz empezó de pronto a pestañear. En eso se sintió como una explosión fuerte adelante y cuando salí a mirar había fuego por todos lados, mi casita se estaba quemando con todas mis cosas y los materiales que tenía para ampliar adentro", recordó.
En cuestión de minutos el fuego arrasó la modesta vivienda de material ligero y fue tal la magnitud de las llamas que llegaron a poner en riesgo las casas vecinas. De no mediar la defensa de los propios residentes del sector y la oportuna llegada de los bomberos, la tragedia pudo ser mayor.
Transcurridos varios días desde este incendio, la pobre Luz Arévalo llora su desgracia y dice que trata de "estar parada, pero se me hace imposible. Tengo una depresión muy grande, casi no duermo en las noches y con todo esto es peor. Es terrible pensar que perdí todas mis cosas, que otra vez se me quemó la casa y sé que tengo que pararme y seguir adelante, pero pensar que tengo que partir de cero otra vez se me hace muy difícil".
Desde que se quemó su casa a principios de julio esta mujer se las ha tenido que arreglar con su hija Ana, propietaria de una modesta mediagua instalada al final del patio del mismo sitio y que por fortuna no fue alcanzada por las llamas. Claro que esta vivienda de emergencia no cuenta con arranque de luz ni agua potable, servicios básicos que esta familia de mujeres obtenía del inmueble que fue arrasado por las llamas.
Sobre los días aciagos que le toca vivir, la afectada relata que "estar sin luz es terrible, es una angustia todos los días cuando llega esa hora de las seis de la tarde y se empieza a oscurecer todo. Me da una pena horrible porque se pone oscuro todo y si no fuera por un vecino que me presta un alargador con una lamparita no tendría ni siquiera con qué alumbrarme".
Solidaridad
La Municipalidad de San Antonio le entregó a esta mujer una mediagua cuyos paneles están por estos días en el sitio esperando ser levantados. Para eso Luz Arévalo también depende de la disponibilidad de su hijo para poder armarla, pero el trabajo no lo ha permitido. Tener energía eléctrica es más difícil porque se le exige un poste para instalar el medidor y evidentemente la damnificada no tiene dinero para comprarlo.
Los vecinos han sido solidarios con Luz Arévalo y han estado pendientes para contener en lo que se pueda. También "la familia ha sido muy importante porque mis hijos me apoyan en todo lo que más ellos pueden y mis compadres Inés Vásquez y Carlos Arancibia me dijeron que iban a estar conmigo hasta parar de nuevo mi casita", dice Luz, sin dejar de aferrarse a las escasas esperanzas que le quedan en medio de su dolor.
Pero no es todo, también una sanantonina de buen corazón, Erika Velásquez, está organizando una rifa para ir en ayuda de esta atribulada mujer.
"En mi página de venta de pasteles compartí la publicación con la rifa que vamos a sortear a fin de mes. Conseguimos súper buenos premios, tenemos anotados 200 números a mil pesos cada uno y esperamos que la gente pueda colaborar porque hasta ahora tenemos apenas vendidos unos 50 y se necesita ayuda para estas amigas que lo están pasando mal", cuenta Erika con entusiasmo y confianza en que sus palabras van a motivar a otros a colaborar.
Erika argumenta que las personas afectadas por este incendio son "gente buena, y uno se pone en la situación de que se les queme la casa por segunda vez y ahora en medio de todo lo que estamos pasando no hay bolsillo que aguante, entonces no queda otra que organizarse y poder ayudar".
Quienes quieran colaborar en la reconstrucción del hogar de esta familia de mujeres pueden contactarse con Erika Velásquez a través de Facebook o bien a su teléfono +569 4049 4486.
"Estar sin luz es terrible, es una angustia todos los días cuando llega esa hora de las seis de la tarde y se empieza a oscurecer todo",
Luz Arévalo.