Dueños de botillerías dicen que el daño por tener cerrado 45 días ya está hecho
Desde el 9 de junio estos locales fueron obligados a no atender al público por no ser considerados de primera necesidad.
SSegún datos de los propios botilleros de San Antonio, existen 87 locales de venta alcoholes que desde el inicio de la cuarentena se vieron muy perjudicados por la obligación de cerrar sus puertas al público. Detrás de cada uno de estos negocios hay trabajadores que ahora sufren las severas consecuencias económicas del cierre, como el caso de la botillería "Corchito" de la calle Lautaro de Barrancas.
Su propietaria Jéssica Segura, quien ha administrado 12 de los 30 años que tiene este negocio, contó a Diario El Líder que "el cierre nos causó mucho daño porque en cada botillería hay trabajadores que dependen del sueldo para mantener a sus familias. En mi caso, por ejemplo, trabajo con dos personas y no he dejado de pagar aunque la botillería está cerrada; lo mismo que el IVA de junio y el arriendo del local".
Sobre el cierre obligado esta comerciante dijo que "el daño que nos hicieron es muy grande porque además hubo un maltrato de parte de la autoridad ya que nadie se hizo cargo de nuestra situación. La gobernadora nunca nos apoyó y solamente se tiraron la pelota con el Seremi de Salud que costó mucho que fuera claro, igual como la Municipalidad de San Antonio que sacó un decreto que supuestamente nos ayudaría pero que al final no sirvió para nada".
En opinión de Jéssica Segura "lo peor de todo es que nos cerraron a los negocios pequeños de barrio porque los grandes lo más bien que trabajaron sin ningún problema, si hasta agrandaron sus góndolas los supermercados. Ahora sabemos que desde el martes podemos abrir pero el cierre nos perjudicó demasiado, el daño a nuestros negocios ya está hecho".
Y ahora con el ingreso de San Antonio a una nueva fase de contención de la emergencia sanitaria las botillerías podrán volver a trabajar desde el martes. Jéssica Segura dijo que "nos estamos preparando para volver a trabajar porque la única manera que tenemos para salir de toda esta crisis económica que nos dejó el cierre obligado es trabajando más, no hay otra manera y por eso al menos ahora tenemos la buena noticia que nos permite abrir nuevamente".
La dueña de la botillería Corchito reconoció que "todo lo que pasó nos sirvió para unirnos como gremio y ahora no solamente estamos organizados a nivel local, sino que también pertenecemos a una agrupación nacional que nos respalda y asesora. De hecho se ha estado conversando la posibilidad de entablar una demanda colectiva por el daño que nos hizo el cierre arbitrario y discriminatorio, ya que nunca se decretó una ley seca que nos impidiera trabajar".