China obliga en algunas zonas a consumir remedios sin probarse
En la cuarentena en Xinjiang la gente acusa haber sentido náuseas tras haber tomado un medicamento sin etiqueta.
C.Infanta / AP
Auna mujer uigur (al noroeste de China) que estuvo detenida durante el peak de la pandemia en ese país se la obligó a tomar una medicina que la hizo sentir débil y le provocó náuseas. Ella y otras mujeres detenidas en su celda tenían que desnudarse una vez a la semana y los guardias las rociaban a ellas y a sus celdas con un desinfectante.
"Hervía", dijo la mujer en una entrevista telefónica desde Xinjiang a la agencia AP, sin dar su nombre por temor a represalias. "Se me estropearon las manos, me estaba despellejando".
Este es uno de los casos que se han conocido en el último tiempo que acusan que el gobierno de la región de Xinjiang está tomando medidas excesivas para combatir el coronavirus.
Además, en lo que algunos expertos consideran una falta ética de los médicos, se obliga a algunas personas a tomar medicinas tradicionales a pesar de que no hay estudios clínicos rigurosos que confirmen que funcionan, según informes del gobierno, publicaciones en las redes sociales y entrevistas con tres personas que están en cuarentena en Xinjiang.
Este nuevo confinamiento, que ya lleva 45 días, se produjo luego de que se reportasen 826 casos nuevos en Xinjiang desde mediados de julio. Fue el brote más grande en China desde el inicial.
En otras partes de China se dispusieron fuertes confinamientos, sobre todo en Wuhan, la ciudad donde se detectó por primera vez el virus. Pero en Wuhan hubo 50.000 casos, muchos más que en Xinjiang, y no se tomaron medidas tan severas como obligar a tomar medicinas tradicionales, y generalmente se permitió a la gente salir de su casa para ejercitarse o comprar alimentos.
El confinamiento de Xinjiang es forzado con un amplio equipo de vigilancia que motivó la detención de millones de uigures, kazajos y miembros de otras minorías étnicas en los últimos tres años, incluidos muchos arrestados sin juicios.
En base a hierbas
Después de estar detenida un mes, la mujer uigur fue liberada y encerrada en su casa. Una vez al día, contó, gente del barrio la visitaba y la obligaba a ingerir medicinas tradicionales de botellas sin etiquetas, diciéndole que sería arrestada si no las tomaba.
Las autoridades dicen que las medidas son por el bienestar de todos los residentes de Xinjiang, donde el gobierno lucha desde hace décadas por controlar a los uigures de la zona.
No todas las medidas relacionadas con el nuevo brote apuntan a minorías étnicas mayormente musulmanas como la uigur.
Un comerciante dijo a la agencia AP que lo confinaron a mediados de julio a pesar de que los análisis del virus dieron negativo y todavía no lo dejan salir. Indicó que cuando se quejó en las redes, sus publicaciones fueron eliminadas y se le dijo que guardase silencio.
A él también lo obligan a tomar medicinas tradicionales, incluida una de la misma botella sin etiqueta que la mujer uigur, según fotos que vio AP. Señaló que lo hacen tomar lianhua qingwen, una medicina a base de hierbas que las autoridades sanitarias de Estados Unidos confiscan diciendo que no es cierto que ayude a contener el covid-19.