la cocina de don tinto
El vino también en la cocina
Desde el año 2015 se celebra en Chile cada 4 de septiembre el Día Nacional del Vino. La razón de haber elegido esta fecha es en referencia a una carta fechada el 4 de septiembre de 1545 en la que Pedro de Valdivia le pedía al Rey Carlos V "vides y vinos para evangelizar Chile". En otras palabras, se habían quedado cortos de vino.
Más allá de la anécdota lo evidente es que el vino está con nosotros desde nuestros inicios como país. Por lo mismo, se trata de un producto conectado con la gente y sus quehaceres diarios. Mucho más cercano incluso a recursos como el cobre, que sale del país como metal y luego con suerte lo vemos en productos importados de alto precio. Ni hablar de frutas, pescados o mariscos que también en su mayoría se exportan y que dejan a los chilenos saboreando lo que no calificó para el embarque. Sin embargo el vino está mucho más cerca de nuestro día a día, básicamente porque tiene una oferta lo suficientemente amplia para que cada uno de nosotros encuentre un vino que le guste.
Pero hay más. Sí, porque el vino no solo nos lo tomamos, si no que también lo utilizamos en la cocina. Pienso en peras al vino, pollo al horno con un chorrito de vino blanco o unas almejas cocinadas con ajo, perejil y un generoso chorro de vino blanco. Como con la simple receta que presentamos hoy de un clásico pollo al vino tinto.
Y la pregunta del millón: ¿qué vino debemos usar para cocinar? No tiene que ser el mismo que vamos a poner en la mesa con la comida, pero debe ser un vino tomable. Ese es el requisito mínimo. Porque como dicen por ahí: no le pongan a la olla lo que no se tomarían en una copa.
por Álvaro Peralta / @dontinto