Sepa cómo están afectando la pandemia y el confinamiento a los sanantoninos
Muchas personas están sufriendo estrés y también la ansiedad que produce salir del hogar luego de meses de aislamiento.
El sábado pasado se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental. Según la Encuesta Nacional de Salud (ENS, 2019), una de cada cinco personas lucha con una enfermedad o trastorno relacionado con salud mental, donde la principal fuente de carga la constituyen los problemas relacionados justamente a la condición síquica.
Ante el coronavirus y su pandemia, cada persona enfrenta de distinta manera esta situación, ya sea como estudiante, trabajador o compatibilizando la crianza con el teletrabajo.
"Los principales problemas que trae consigo la pandemia y, por ende, el confinamiento para la mayoría de la población son situaciones en que aumenta el estrés, la ansiedad y también la angustia", explica la sicóloga sanantonina Javiera Gentile.
Lo anterior, a juicio de la profesional, se debe a que el panorama sanitario no es claro para nadie y por lo mismo, genera mucha incertidumbre lo que puede ocurrir al salir de casa o incluso al tener que volver a una antigua rutina, como el trabajo presencial.
Teletrabajo
Desde que la pandemia arribó a la zona en marzo pasado, muchos sanantoninos están trabajando desde sus casas, en el llamado teletrabajo.
Esta instancia, para muchos, fue el panorama ideal en un principio. Sin embargo, con el paso de los meses ha generado que los índices de ansiedad y estrés aumenten significativamente .
La sanantonina Catalina Gana trabajaba en Santiago cuando se declaró la emergencia sanitaria. Estaba en plena mudanza a la capital y con todo embalado, pero decidió retornar a la ciudad puerto para estar más cerca de sus padres.
"Fue todo un proceso bastante rápido. Empecé con el teletrabajo el 19 de marzo, ese mismo día me vine a San Antonio. Como me estaba cambiando de departamento, no pude hacer mucho, cambié las cosas, dejé todo embalado y desde ahí que estoy aquí en San Antonio", cuenta Catalina Gana.
-¿Cómo fue al principio enfrentarse al teletrabajo?
-Yo lo veía como que era lo mejor que me había pasado. Estaba en mi casa, con mis papás, súper cómoda. Me levantaba unos minutos antes que empezara la jornada laboral, la mayoría de los días no me vestía, todo súper bien. Cuando ya habían pasado cerca de cuatro o cinco meses, estaba estresada a más no poder.
La mala conectividad, compatibilizar las labores domésticas, los espacios pequeños y las distracciones propias que había en casa, hicieron que la trabajadora desarrollara un cuadro del llamado síndrome vertiginoso.
"Quizás esto nunca me hubiera pasado en mi rutina normal en Santiago, pero, por ejemplo, si hubiera estado con teletrabajo viviendo sola, habría sido súper malo porque algunos días apenas me podía sentar. Estar en San Antonio fue súper bueno, porque tenía a mi familia que me podía ayudar", afirma la llolleína.
En jóvenes
Según un estudio realizado en 2016, casi un tercio de la población chilena mayor de 15 años ha sufrido un trastorno siquiátrico en su lapso de vida y un 22,2% ha tenido uno durante el año pasado.
Los trastornos de ansiedad son los más prevalentes, seguidos por depresión mayor y trastornos por consumo de alcohol. Solo el 38,5% de quienes han sido diagnosticados reciben algún tipo de atención de salud mental, ya sea con un especialista o con un médico en los consultorios.
Selena Véliz, estudiante de terapia ocupacional en la Universidad de Playa Ancha, siente que "estar estudiando desde mi casa en San Antonio es mucho más complicado que si lo estuviera haciendo al ir a clases presenciales. Diría que lo más complicado es la conectividad y las pruebas online. En la casa hay muchos factores que te pueden distraer y no es lo mismo que estar una hora en una sala haciendo la prueba".
A principios de año esta sanantonina ya se había enfrentado al panorama de las clases online. El cierre del segundo semestre del 2019 se retrasó por un paro y por el estallido social de octubre del mismo año.
"Mis clases de pandemia comenzaron el 13 de abril y creo que desde ahí estoy como en un constante estado de alerta de que tengo que entregar algo o estudiar algo. Siempre estoy pensando que puede pasar algo, como que se caiga el internet, y eso me estresa mucho más", confiesa.
-¿Qué más se ha complicado al estudiar de esta forma?
-El tema de los ramos prácticos creo yo. En esas instancias uno puede poner en práctica lo que aprendió de forma teórica y ver si algo estamos haciendo mal para ir mejorando. De alguna forma, no sé si lo que estoy aprendiendo ahora es de la mejor forma. No saber esas cosas desmotiva un poco.
Respecto a la situación por la que atraviesan los estudiantes, la sicóloga Javiera Gentile asegura que otro de los factores que incide en ellos es la incertidumbre respecto al futuro de sus carreras.
"Los jóvenes de carreras más técnicas no están realizando las prácticas que son fundamentales para aprobar ramos, entonces también se preocupan de la calidad de profesionales que serán el día de mañana. Muchos decidieron congelar las carreras, pero hay otros que no pueden hacerlo", sostiene la profesional.
Maternidad
Si hablamos de educación, las madres también están en una gran disyuntiva y con altos niveles de estrés, sobre todo aquellas que trabajan. "La maternidad viene siempre cargada de mucha culpabilidad y eso ahora se incrementa. Las madres o padres que se hacen cargo de la crianza están todo el tiempo cuidando que los niños no se enfermen o que no les pase algo que requiera que los lleven a un centro de salud, donde se pueden contagiar", dice la sicóloga Gentile.
-¿Qué pasa con las mamás que además trabajan?
-Entramos un poco en lo mismo, pero desde otra perspectiva. Ahí se empieza con la culpa de no saber si se le está prestando el tiempo necesario a los niños. Si estos estudian, las madres piensan que deberían estar más presentes. En general, todos ante la pandemia se enfrentan a las mismas cosas, como estrés, angustia y ansiedad.
La especialista plantea además que "nuestros cerebros asocian espacios con actividades determinadas. Por ejemplo, podemos asociar el dormitorio con el lugar en el que descansamos, pero ahora ese es el lugar de trabajo o estudio de muchos, entonces no hay un cambio y las personas no se relajan, continúan en el ambiente del estrés".
Sobre esto último, Catalina Gana afirma que al principio no le tomó el peso a trabajar desde su propia habitación. "El escritorio está al lado de mi cama, entonces con el paso del tiempo todo se vuelve monótono. Mi jornada laboral se extendió igual, porque uno hace más cosas en la casa y tiene más distracciones. Y apenas salgo a la calle porque me da mucha ansiedad, pero creo que en la casa hay más estrés que en mi oficina".
Selena Véliz opina que "de todos modos hay más estrés en el hogar por las distracciones y porque uno no quiere tener desordenado. A veces siento que toda mi casa es la universidad, pierdo mi espacio como de relajación, no salgo de esa rutina".
"Si hubiera estado con teletrabajo viviendo sola, habría sido súper malo porque algunos días apenas me podía sentar",
Catalina Gana
"Estar estudiando desde mi casa en San Antonio es mucho más complicado que si lo estuviera haciendo al ir a clases presenciales",
Selena Véliz,, estudiante universitaria
10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental.
38,5 por ciento de los mayores de 15 años que sufren una enfermedad mental recibe algún tipo de atención médica.