Redacción
La imagen que se viralizó ayer por la noche, en la que Arturo Vidal palmotea y felicita a Claudio Bravo luego de una memorable atajada del golero nacional a Raúl Ruidíaz, que le permitió a Chile irse con el 2-0 a los camarines, dio cuenta de un anhelo que toda la hinchada chilena estaba esperando. La reconciliación futbolística entre dos de los mayores referentes de la Roja, alejados luego de los comentarios que la esposa del arquero realizó una vez consumada la eliminación de Chile del Mundial de Rusia 2018.
Un hecho que no pasó inadvertido ni siquiera para el técnico de la selección, Reinaldo Rueda, que en la conferencia de prensa posterior al partido aseveró que "tenemos que aplaudir el carácter de ambos (...) ellos iban a asumir este desafío así, se brindan siempre íntegros (...) la madurez y profesionalismo de ambos, por encima de las diferencias que alguna vez han tenido, por encima siempre está Chile. Eso es el fútbol, esa es la nobleza de Arturo, la madurez y profesionalismo de Claudio".
El gesto
Tan evidente fue el gesto que ambos futbolistas se prodigaron en la victoria ante Perú, con Bravo aplaudiendo los goles de Vidal y el jugador de Inter felicitando al portero de Betis por la seguridad que le dio al arco nacional, que la propia esposa del meta salió a dar su parecer, con la perspectiva de los años transcurridos, para cerrar uno de los capítulos que más ha afectado a la selección.
"Nunca más escribo, de los errores se aprende. Está aprendida la lección, así es que 'tranqui'. No sé si es mentira o no, pero no me correspondía a mí haberlo hablado. No debí haber hablado nada esa vez, ya está y como les digo, la lección está más que aprendida. Es un tema más que superado", dijo Carla Pardo, la mujer de toda la vida de Bravo en un live de Instagram, por lo demás, muy comentado en redes sociales.
"Cuando uno tiene rabia, pena y pasa por cosas personales, 'pucha', decimos cosas sin pensar y debí haberlo pensado un poco más. Y no haberlo escrito porque si iba a perjudicar a Claudio, no debí haber escrito nada. Ya está hecho y nada. A dar vuelta la página porque ha pasado bastante tiempo", cerró.
Un gesto que descomprimió la interna del plantel de Chile, que de cara al duelo ante Venezuela de este martes, practicó ayer y ya tiene a Rueda con la sonrisa de oreja a oreja, con un equipo motivado y más unido que nunca.