Investigadores locales clasificaron laberintos naturales por primera vez
Los laberintos no sólo están en el cine y en los jardines de los castillos, sino que también en algo tan cotidiano como las manos. "Sí, nuestro cuerpo tiene laberintos y no me refiero a nuestras ideas, sino a nuestras huellas digitales", explicó el académico del Departamento de Física de la Fcfm-U. de Chile, Marcel Clerc.
Los laberintos se pueden ver además en la forma en que se organizan los matorrales, en la coloración de los peces y en reacciones químicas; lo que buscamos fue "establecer una definición adecuada de laberintos y una clasificación de sus tipos, obteniendo una nueva visión sobre estas estructuras espaciales desordenadas", añadió.
En vegetación, los físicos ya habían estudiado la presencia de patrones en la organización de plantas y raíces para crear estructuras, pudiendo ser un indicador del grado de desertificación del ecosistema. Por otro lado, en sistemas de cristales líquidos usados como pantallas y manipuladores de luz en transmisión de información, los laberintos podrían generar fallos en el envío de datos. Hallarlos y prevenirlos sería útil.
Tipos de laberintos
El primero, de tipo huella digital, por la similitud que tiene con éstas, es un patrón rayado donde las formas cambian de dirección suavemente en casi toda su extensión. Asimismo, encontraron el vidrioso, con una compleja y desordenada estructura. La tercera clase se llama "con incrustaciones", por la aparición de círculos sobre las rayas típicas de los patrones. Parecen manchas uniformes.
La utilidad del trabajo radica en el lazo entre los cristales líquidos y la industria, debido a la constante creación de tecnologías basadas en ellos. Un tópico actual es el de vórtices ópticos generados en celdas de cristales líquidos. Se cree que estos podrían transmitir información sin pérdidas por su estabilidad. "Comprender la aparición de patrones laberínticos en estos sistemas podría dar información de rangos críticos, por ejemplo de temperatura, en los que se debe trabajar si se quieren evitar los laberintos, que serían una posible inestabilización del vórtice", dijo Sebastián Echeverría-Alar, aspirante a doctor en Ciencias mención Física.