La ingeniera comercial que emprendió con una pizzería
Elizabeth Silva nunca pudo encontrar empleo en su profesión y, tras las complicaciones de salud que sufrió su padre, se asoció con su mejor amiga para crear un negocio que le permitiera independizarse.
Distintas situaciones familiares llevaron a la sanantonina Elizabeth Silva Naranjo (29) a replantearse su forma de generar ingresos. Estudió ingeniería comercial en Santiago, y una vez titulada regresó a su ciudad natal con la idea de comenzar a ejercer su carrera, pero se encontró con una realidad que no esperaba.
"Volví a San Antonio, porque yo soy de aquí. Me gusta la comuna y quería estar cerca de mis papás. Siempre pensé que en mi área no sería complicado encontrar trabajo, pero no fue así y nunca he podido ejercer mi profesión", comenta con desilusión esta joven vecina de Bellavista.
Trabajos
Al no tener un empleo relacionado con su carrera, Elizabeth optó por comenzar a buscar trabajo en otras áreas para mantenerse. Así empezó a desempeñarse en distintos locales en atención de público, pero no estaba satisfecha principalmente por los bajos sueldos.
"Si uno lo piensa, efectivamente tienes un empleo, pero muchas veces el esfuerzo que haces es mucho comparado con lo que te pagan. Seguí trabajando harto tiempo, porque al menos podía tener mi propia independencia económica y no tenía grandes gastos, pero las cosas a veces se complican", agrega.
-¿Pensaste en algún momento en dejar de trabajar?
-No, eso nunca estuvo en mis planes. Sí buscaba nuevas opciones, pero no salirme de todo. Me era más conveniente buscar un trabajo con bajo sueldo a no tener nada.
Dificultades
Mientras seguía trabajando en el área de atención de público, Elizabeth vivió un complicado momento familiar que terminó marcando su futuro.
El año pasado su padre sufrió un accidente cerebrovascular que lo mantuvo hospitalizado durante un mes.
"Mi papá era el pilar de nuestra casa. Él era quien mantenía en gran medida el hogar, porque se encargaba del pago de las cuentas y de todo lo que hay que hacer en una casa. Y cuando le ocurrió el accidente cerebrovascular, todo se me complicó", reconoce la ingeniera comercial.
-¿Qué pasó con tu papá y la familia en ese instante?
-Mi papá estuvo un mes hospitalizado y, por supuesto, fue un cambio grande porque tuvo que empezar a cuidarse. En ese momento, desde que ocurrió su accidente, yo me tuve que hacer cargo de todo. Si bien a él le pagaban las licencias, eran varios los gastos que teníamos que enfrentar, por lo que se me hizo súper complicado afrontar todo.
Infarto
Poco a poco parecía que todo empezaba mejorar para la familia. Elizabeth cada día se organizaba para llevar las riendas del hogar que comparte con su padre y su madre en el sector Holanda del cerro Bellavista.
Pero otro duro golpe del destino los volvió a remecer en febrero pasado, un mes antes de la llegada de la pandemia al país.
"Mi papá sufrió un infarto y nuevamente nos teníamos que enfrentar al tema de la hospitalización, y yo una vez más me tuve que dedicar a la casa mientras mi mamá se encargaba de cuidarlo a él. Claro que esta vez yo sabía un poco más sobre cómo llevar todo en la casa", sostiene.
-¿Se te hizo menos complicado organizar los asuntos del hogar?
-Diría que un poco, pero no del todo. Sabíamos cómo funcionar para que mi papá solo se preocupara de su salud. Con el tema de la pandemia, además, lo dieron de alta en marzo, y desde ahí que está en la casa como medida preventiva.
Vendamos algo
Si bien Elizabeth Silva no tenía mayores problemas para administrar el hogar familiar, los recursos económicos se hacían pocos y ella se empezó a ver cada vez más ajustada con el presupuesto.
"No tenía problema en ayudar y pagar cosas de la casa, pero me estaba quedando poca plata para mí, porque además no ganaba mucho. Entonces comenzó a llegar la idea de emprender sin darme cuenta", relata la sanantonina.
Su mejor amiga, Nicole, trabajaba en San Pedro de Atacama en el área del turismo, pero la crisis por el coronavirus también la obligó a regresar a San Antonio, ya que el poblado del norte del país quedó totalmente paralizado por la pandemia.
Nicole no tenía empleo al volver al puerto, mientras que Elizabeth seguía luchando con los pocos ingresos que percibía. Fue en ese momento cuando estas amigas, que se conocieron hace más de 14 años, decidieron unir fuerzas y comenzar una aventura comercial, esta vez de manera independiente
"Como las dos estábamos pasando por un mal momento económico, le dije a Nicole que quizás podíamos trabajar en algo juntas. A ella le pareció bien y como yo tenía conocimiento en el área de las finanzas por mi carrera, empezamos a investigar", detalla Elizabeth.
-¿Y qué ocurrió?
-Sentíamos que emprender con algo para comer era irse a la segura, porque la gente siempre quiere comer algo rico, pero sin tener que salir de su casa o cocinar. A mí se me da muy bien el tema de la cocina, entonces ese era un plus y así fuimos avanzando.
Complicidad
Una de las principales características de estas amigas es la complicidad que tienen y la confianza que deposita una en la otra. Por lo mismo, Elizabeth cree que ese fue un beneficio a la hora de asociarse para crear su emprendimiento de pizzas, llamado Locca Pizza.
"Cuando yo vivía en Santiago no me gustaba comprar pizza porque llegaba fría o la masa no era la mejor. Entonces la empecé a hacer yo misma y de ahí no paré. Nicole hace una salsa de tomates casera y ahí nos complementábamos aún más", afirma.
-¿Les costó decidirse?
-Fue todo muy rápido. Tuvimos la idea y a los dos días ya estábamos invirtiendo los ahorros que teníamos. Compramos un horno grande y todo lo necesario para partir con las pruebas de sabores para ir armando la carta.
En mayo pasado echaron a andar la pizzería. Sus primeros clientes fueron sus familiares y amigos, que quedaron encantados con las pizzas que tienen nombre de famosas películas.
"Es súper complejo a veces que la gente conozca un emprendimiento de comida, más aún si no hay un local físico al que puedan ir. Hemos ido creciendo desde que comenzamos con Locca Pizza gracias a las buenas recomendaciones de amigos y conocidos", asegura Elizabeth.
-¿Cómo ha sido para ustedes el crecimiento que han tenido?
-Ha sido súper bueno. A mí me ha ayudado mucho, porque, de hecho, a la semana de haber comenzado con las pizzas, renuncié a mi antiguo trabajo y me dediqué por completo a esto. La independencia económica que me ha dado es muy buena. Ahora puedo ayudar en la casa y tener plata para mí.
-¿Cuál dirías tú que son las principales cualidades de las pizzas que ofrecen?
-Tenemos para todos los gustos y la gente también nos pregunta harto qué les recomendamos. Hay opciones para los vegetarianos y para quienes prefieren la carne, pero, sin duda, una de las estrellas es la pizza por cuartos. Cada cuarto tiene distintos ingredientes y en una sola pizza hay para todos los gustos.
En Locca Pizza atienden de jueves a domingo, desde las 15 horas hasta las 23 horas. Tienen delivery y retiro en Bellavista Holanda.
"Mi papá era el pilar de nuestra casa. Él era quien mantenía en gran medida el hogar, porque se encargaba del pago de las cuentas y de todo lo que hay que hacer en una casa. Y cuando le ocurrió el accidente cerebro vascular, todo se me complicó",
Elizabeth Silva
"Fue todo muy rápido. Tuvimos la idea y a los dos días ya estábamos invirtiendo los ahorros que teníamos",
Elizabeth Silva