David Muñoz Castillo

El 4 de febrero Cartagena entró por primera vez en lo que va de la pandemia en la fase 2, que tiene como medida más extrema la cuarentena los fines de semana y los feriados. Luego de 14 días en esta etapa del plan Paso a Paso, las autoridades comunales y especialmente los comerciantes esperaban un avance para volver a trabajar los sábado y domingo.

Sin embargo, ese ansiado anuncio no llegó en el reporte del covid del Ministerio de Salud y el territorio cartagenino se mantendrá por al menos una semana más en Transición.

La decisión de la autoridad sanitaria fue un golpe para quienes tienen su sustento económico en la actividad que genera el turismo.

Evidentemente decepcionada, la presidenta de la Cámara de Comercio de Cartagena, Adela Córdova, expresó que "pasemos a fase 3 ó a 4 da lo mismo, porque el daño económico ya está hecho, lo perdido no lo vamos a recuperar. O nos mata el virus o muchos se van a morir de hambre", fue el lapidario pronóstico de la dirigenta.

La dueña del restaurante y residencial Santa María y Fe de la Playa Grande admitió que el avance en el plan de desconfinamiento "lo esperábamos con ansias, además que el alcalde dijo que pasábamos prontamente a fase 2, entonces nos esperanzamos".

Incluso Adela Córdova acusó abandono. "El viernes (pasado) durante la protesta que hicimos le pedimos al alcalde que nos apoyara y no hizo nada. Le mandamos una carta y no hemos tenido respuesta".

Según la presidenta de los comerciantes, "el daño está hecho, las pérdidas son irrecuperables, perdimos las dos primeras semanas de febrero, que son cruciales. El verano se acabó", sentenció.

Si bien Amparito Reyes Ros, del restaurante Las Baleares de la Playa Grande, decidió atender solo con pedidos para llevar, como una medida de cuidado, especialmente para su padre de 90 años, solidarizó con los comerciantes que esperaban un retorno a una cierta normalidad para trabajar el fin de semana. "No puedo atender a todo el púbico, no me la juego en abrir por un tema de cuidado personal y familiar", explicó sobre las consecuencias que tiene la pandemia en su labor comercial.

Argumentó que la pandemia crea un panorama incierto para los comerciantes, ya que "no se puede comprar mercadería. Fui precavida y vendo solo los pedidos que me hacen. Esto nos afectó a todos, no solo en el verano, sino que desde el día uno de la enfermedad".

No es su decisión

El alcalde de Cartagena, Rodrigo García, contó que "con 30 casos (activos) esperábamos avanzar a fase 3, pero es algo que no dependía de nosotros. Disminuir los contagios de 45 a 30 era suficiente para avanzar y darles a los comerciantes un respiro en las últimas dos semanas de febrero".

El jefe comunal recordó sus propias palabras expresadas a fines de enero. "Cuando cayó Algarrobo, lo dije, que iban a caer todas las comunas. Era lógico, que venía un efecto dominó. Solo se salvan Santo Domingo y San Antonio, que no aguanta más cuarentenas. El ala norte del litoral estará encuarentenado el fin de semana y será una situación bien compleja con las playas desocupadas", proyectó sobre el panorama que se vivirá en cuatro de las seis comunas de la provincia.

El lunes el Ejecutivo anunció un plan de salvataje para el rubro gastronómico y hotelero.

Según Rodrigo García, "lo que está haciendo ahora el Gobierno lo debió hacer hace mucho tiempo ".

Aseguró que esta medida se tomó en "los países desarrollados. Cuando se decretó el confinamiento se entregó una ayuda para que ese confinamiento sea efectivo. Cuando se le pide a los restaurantes que cierren o no trabajen el fin de semana obviamente eso se refleja en manifestaciones y en pérdida de trabajo", concluyó el alcalde.

"Perdimos todo febrero. Estaremos en fase 2 hasta fin de mes, no tenemos nada más que hacer, menos ahora que retrocedieron El Quisco y El Tabo",

Adela Córdova