Tatiana Gaviola, cineasta: "Era indispensable contar esta historia"
La realizadora chilena habla de su cinta "La mirada incendiada", basada en el "caso quemados" de 1986.
Marcelo Macellari
El 2 de julio de 1986, en Santiago, los jóvenes Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana fueron detenidos por una patrulla militar, para luego ser golpeados y quemados vivos, en uno de los capítulos más terribles de la dictadura, que conmovió a Chile y el mundo.
La cinta "La mirada incendiada", de la realizadora Tatiana Gaviola, se basa en lo que pasó a la historia como el "caso quemados", para desde la ficción contar lo vivido por el joven fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri en los dos meses que transcurrieron desde su llegada al país hasta su muerte a consecuencia del brutal homicidio.
"La película da cuenta de uno de los hitos más importantes de la dictadura, que dejó a Chile lleno de cicatrices, así como quedaron los cuerpos de Rodrigo y Carmen Gloria, quien sobrevivió", dice la cineasta.
Sin embargo, Tatiana Gaviola señala que los hechos relatados en "La mirada incendiada", que se filmó en 2018 e inició su proceso de montaje en 2019 para concluir en 2020, se conectan de forma clara con lo que ha sucedido a partir del estallido social de octubre de 2019 y "desde un lado poético, con la destrucción de los ojos y las cientos de miradas que han sido quemadas".
El filme, que se estrenará vía streaming en una fecha próxima aún por definir, está protagonizado por Juan Carlos Maldonado, actor ganador del Premio Caleuche en la categoría actor revelación por la película "El príncipe", junto a Gonzalo Robles, María Izquierdo y Catalina Saavedra.
-Tu filmografía es espaciada, porque entre "Teresa" (2009) y esta película pasaron 12 años. ¿Te das tu tiempo entre cada proyecto o son las circunstancias?
-Tiene que ver con el oficio. Siempre estoy trabajando en cine o en audiovisual en distintas cosas, así que de repente pasa harto tiempo entre un proyecto y otro. Además, los proyectos, entre que los presentas a un fondo y obtienen el financiamiento, llevan bastante tiempo. No es fácil y de repente pasan años. En el caso de "La mirada incendiada" postulamos un par de veces antes de obtener el Fondo del Audiovisual.
-¿Por qué decidiste hacer esta película basada en el "caso quemados"?
-La historia de estos dos jóvenes que a los 18 y 19 años los quemaron vivos, cuando sucedió, me impactó profundamente. Es una historia que nos marcó a todos los que la vivimos en ese momento, pero que también está en el inconsciente y consciente colectivo de Chile. Gravita con todo lo que significa el horror de imaginar lo que le pasó a estos jóvenes. Rodrigo Rojas de Negri murió y Carmen Gloria Quintana sobrevivió, pero llena de cicatrices en su cuerpo, que son cicatrices que marcaron el alma de Chile. Y esas cicatrices con las que hemos transitado son relatos que te resuenan siempre. Y un día alguien me dice "por qué no haces la historia de Rodrigo Rojas y la Carmen Gloria". Siempre te dicen por qué no haces tal cosa o te tengo una historia, pero esta vez esa frase hizo clic inmediatamente con mi sensibilidad y mi historia. Y dije esta historia la tengo que contar, porque es potente y fuerte. Era indispensable contarla .
Estallido
-¿Por qué crees que se conecta con el Chile de hoy?
-Sucedió con esta película que cuando empecé a hacerla, se llamó desde un comienzo "La llamada incendiada" y nunca me imaginé que la historia iba a tener una vigencia tan grande como la que tiene hoy día. Nosotros la filmamos el 2018, justo antes del estallido social. Y desde ahí la resonancia es otra, inmediatamente aparecen otras miradas que no esperabas, que también fueron destruidas por la represión. A jóvenes que estaban manifestándose en la calle, de forma pacífica, les disparan en los ojos. Entonces son otras miradas incendiadas, la de Gustavo Gatica y Fabiola Campillay. El significado que tomó de nuevo esta historia es muy potente. Hoy día tiene una necesidad de estar en la conversación democrática, para traer de nuevo a la mesa el tema del respeto por los derechos humanos en un país que quiere redactar una nueva constitución. La película está basada un hecho real y brutal, pero construida desde la ficción.
-¿Siempre te planteaste la película como ficción, nunca tuviste la idea de hacer un documental?
-Sí, siempre como ficción, porque te da la posibilidad de tener la libertad de abordar algunos personajes en los cuales es importante moverse. Si bien el hecho es claro y categórico, tomamos algunos hechos reales en la vida de Rodrigo, como su búsqueda de trabajo en una revista, para construir una historia cotidiana en su barrio, donde llega a vivir con una tía y unas primas chicas. También se relaciona con un fotógrafo mayor, interpretado por Gonzalo Robles, que se convierte en una suerte de maestro. Quisimos construirle un mundo, a través de una narración contada desde Carmen Gloria Quintana, que imagina a Rodrigo. Es una voz subjetiva.
-¿Cuál sería la conexión con tus dos largometrajes anteriores, centrados en mujeres?
-Hay muchas mujeres en la película, que son personajes muy potentes. Es, además, una película de mujeres, porque la película no solo tiene una directora, sino también directora de fotografía, directora de arte y productora de campo. Por otra parte, "La mirada incendiada" se conecta con mis trabajos anteriores en el hecho de que siempre me ha interesado el tema de la memoria, que siento que es necesario traer al presente. Y tiene una directa conexión con mi primera película, el mediometraje, "Ángeles" (1988), centrada en jóvenes universitarios desaparecidos en dictadura.
"Es una historia que nos marcó a todos los que la vivimos en ese momento, pero que también está en el inconsciente y consciente colectivo de Chile".