La madre soltera que crió a sus dos hijos a punta de sacrificio
Durante varios años María Elena Cárdenas trabajó haciendo aseo y como asesora del hogar en Cartagena. Hoy, radicada en El Quisco y en medio de la pandemia, decidió retomar su oficio de costurera para crear diversas prendas.
Aunque María Elena Cárdenas Cárdenas (54) es oriunda de Santiago, nunca ha conseguido desligarse del Litoral Central que tanto la atrae.
Estuvo casi una década viviendo en Cartagena cuando sus dos hijos eran pequeños. Ambos, poco a poco, se fueron acostumbrando y enamorando del balneario más tradicional de todo el país.
"Cuando llegamos a Cartagena mis hijos eran chicos y estuvimos hasta que eran adolescentes, Después tuvimos que volver a Santiago y me los llevé. Pese a eso, los tres volvimos a vivir acá en la costa", cuenta.
De regreso a la capital
María Elena es madre soltera de dos jóvenes de 34 y 27 años, y siempre se ha esforzado para darles todo lo que necesitaban y que nada les faltara.
El retorno de la familia a Santiago se debió a que los padres de María Elena se habían enfermado y ella decidió asumir su cuidado.
"Mis papás eran mayores y necesitaban harto el apoyo de sus hijos, y uno también sabe que no son eternos. Entonces nos fuimos a Santiago y de ahí, yo al menos, no volví al Litoral Central hasta varios años después", recuerda.
-¿Fue complicado irse a Santiago después de estar tanto tiempo viviendo en Cartagena?
-Siempre es difícil, porque nos habíamos acostumbrado a la costa. Por lo mismo, los tres optamos por volver en algún momento al Litoral Central. De cierta forma, cambiamos el ajetreo de Santiago por la tranquilidad de la costa y eso era impagable, porque la calidad de vida es súper distinta acá.
Vida de trabajo
Por su condición de madre soltera, María Elena siempre tuvo que buscar la fórmula para criar y sacar adelante a sus hijos. Ella quería darles herramientas y oportunidades para que se sintieran orgullosos de la mujer que les dio la vida.
"En Cartagena trabajé mucho haciendo aseo en casas o como asesora del hogar. No quería que a mis hijos les faltara nada. Siento que lo conseguí, aunque siempre tenía la ayuda de alguien que nos diera la mano, a pesar que no tenía ningún familiar acá", señala.
-¿Estuvieron viviendo todos esos años en Cartagena?
-Claro, siempre estuvimos ahí. Durante muchos años trabajé con una señora de nombre Mónica, ella siempre me apoyó mucho, entendía mi situación de ser sola con mis niños. Tengo solo buenos recuerdos de ese momento, porque fue nuestra mejor amiga.
En un liceo técnico, estudió corte y confección, un oficio que siempre le ha gustado a pesar de que durante mucho tiempo no lo pudo ejercerlo.
"En su momento el tema de la costura era algo como un hobbie, porque necesitaba trabajar en algo que me diera un ingreso seguro. La costura, en cambio, era un rubro un poquito más incierto y depende mucho de los clientes que uno tiene", afirma.
-¿Fue muy complicado ser madre soltera?
-La crianza de cualquier niño es compleja, y más si son dos como en mi caso. Yo era sola y como cualquier madre no quería estar lejos de ellos o dejarlos mucho tiempo solos para ir a trabajar, pero al final, si uno mira hacia atrás, se da cuenta que quizás no lo hizo tan mal.
Otra vez en el Litoral
Hace siete años María Elena regresó al Litoral de los Poetas, al igual que sus hijos, aunque ellos lo hicieron en momentos y a lugares distintos.
Actualmente, ella vive en El Quisco, Cristopher, su hijo mayor, en El Tabo, y Camila, la menor, en Algarrobo.
"No solo yo, sino que ellos también se acostumbraron al estilo de vida que uno tiene acá en la costa, entonces por eso no me extraña que los tres hayamos vuelto. Era como nuestro destino estar acá al parecer", cuenta entre risas.
-Aparte del destino, ¿pensó que en algún momento volverían los tres al litoral?
-Yo pensaba volver con el paso del tiempo, pero no sabía que ellos querrían hacer lo mismo. Me acuerdo que mi hijo siempre me pedía que viniéramos cuando nos tuvimos que ir a Santiago, quizás eso siempre fue una señal de que volverían, pero no se concretó sino hasta hace unos años.
Pandemia
Tras su llegada a El Quisco, donde vive en el sector de la villa Padre Alvear, comenzó a trabajar en un hotel.
Sin embargo, con el inicio de la pandemia, las cosas se complicaron, ya que el recinto se vio obligado a cerrar sus puertas.
"Por más que mis hijos ya estaban grandes, yo tenía que hacer algo para mantenerme. Ahí pensé que quizás este era el momento justo para lanzarme con la confección de vestuario, porque fue algo de lo que nunca me desligué, solo que no lo hacía de forma permanente", asevera.
-¿Por qué estudió corte y confección en primera instancia?
-Cuando uno sale del colegio sabe que algo tiene que hacer, pero no mucho qué cosa. A mí siempre me gustó el tema de la costura, se me da fácil y pongo mucha dedicación en cada cosa que hago. Me entretengo trabajando.
-Antes comentaba que quería que sus hijos estuvieran orgullosos de usted. ¿Siente que lo consiguió?
-Ahora que emprendí y no sigo trabajando como antes, ellos están orgullosos porque han visto todo el esfuerzo y las ganas que le pongo a cada cosa que hago. Siempre me dicen que están orgullosos por todo lo que yo he hecho por ellos.
Confecciones
María Elena nunca estuvo alejada del todo de la confección, ya que su hija, esteticista de profesión, siempre le mandaba a hacer trajes para atender a sus clientes.
Con esas confecciones también pudo ir puliendo su técnica, sobre todo cuando comenzó a hacer prendas a pedido. Paralelamente, con la ayuda de sus retoños, creó un Instagram (Confecciones Elena) para dar a conocer su trabajo.
"Cuando partió la pandemia, empecé a hacer mascarillas. Fui invirtiendo con cuidado, primero en una máquina, después en otra, hasta que pude hacer un taller de costura en mi casa", puntualiza.
-¿Hay mucha competencia en este rubro?
-No, y yo creo que también por eso me ha ido tan bien. Estoy asombrada de la capacidad que tengo para confeccionar prendas y por eso me he ido perfeccionando en estos meses porque las técnicas van cambiando y uno tiene que aprenderlas para atender mejor a la gente.
"Siento que, de alguna forma, yo misma me descubrí en todo esto, porque me di cuenta de muchas cosas para las que tengo habilidades", reflexiona María Elena, quien está feliz y tranquila con la nueva oportunidad que le dio el destino para volver a su querido Litoral Central.
"De cierta forma, cambiamos el ajetreo de Santiago por la tranquilidad de la costa y eso era impagable, porque la calidad de vida es súper distinta",
María Elena Cárdenas
"La crianza de cualquier niño es compleja, y más si son dos como en mi caso",
María Elena Cárdenas
"A mí siempre me gustó el tema de la costura, se me da fácil y pongo mucha dedicación en cada cosa que hago. Me entretengo trabajando".