José Salgado Núñez

Sergio Martínez Silva, también conocido como "Chicoti", se ganó el cariño de los clientes por su simpatía y buen trato a la hora de atender en la verdulería ubicada en la avenida Providencia, a la altura del hotel Alhambra, en pleno centro de Llolleo.

La madrugada de ayer, a los 80 años de edad, se apagó la vida del trabajador, lo que provocó profundo dolor y pesar entre los comerciantes, los clientes y, por cierto, entre su círculo más cercano y en la comunidad deportiva de su amado club Balmaceda.

Rosa Martínez, hija del verdulero, recordó a su progenitor como una persona "muy alegre y sociable, puesto que jamás le faltó el respeto a nadie".

Contó que su padre fue hospitalizado de urgencia la misma madrugada de ayer tras experimentar problemas de salud. "Nos queda la conformidad de que se fue tranquilo y en paz".

Rosa valoró el buen humor y la responsabilidad de su padre para cumplir con su trabajo. "Era alguien humilde que compartía su alegría con todos. Siempre se destacó como verdulero y como un apasionado del fútbol. Fue por eso último que se ganó el apodo de Chicoti".

-¿Cómo fue eso?

-Es muy divertida la anécdota. Lo que pasa es que cuando le tocaba patear la pelota le decían 'ti", por ser diminutivo de Martínez. Y como era bajito, algunos le decían chico. Entonces fusionaron ambas palabras y así nació el 'Chicoti'.

Sergio Martínez era oriundo de Santiago, pero llegó a San Antonio en la década del '60. Primero trabajó en una funeraria y luego en la feria mayorista Acoma de Bellavista. Los últimos 30 años los dedicó a su empleo en la verdulería de calle Providencia.

Sus restos están siendo velados en la funeraria Belén de Barrancas. Sobre el féretro, ayer estaba la camiseta del Balmaceda y una foto donde aparece con su tradicional cotona azul de verdulero.

Hoy, a las 15 horas, su familia lo despedirá en el cementerio de El Totoral.