Artesano presenta su talento con trabajos de cestería mapuche
La abuela de David Oyarzo le enseñó a tejer la pita desde que era muy pequeño, y hoy continúa adelante con el único propósito de preservar la cultura de sus antepasados.
David Belarmino Oyarzo Reyes nació en la ciudad de Buenos Aires en 1966. Sus padres eran chilenos y, por lo mismo, nunca cortó el lazo que tenía con Chile ni con su familia distribuida por distintas ciudades. "Venía todos los años. Al principio viajaba con mi mamá y mi hermana, pero cuando cumplí los 18 empecé a venir solo".
Herencia familiar
Sus abuelos eran mapuches, por lo que desde muy pequeño aprendió todo lo relacionado con el arte de la cestería. "Mi abuela paterna era mapuche y con ella aprendí a tejer la pita también conocida en el sur como ñocha. Nos enseñó cuando éramos muy chicos. Al principio hacíamos los canastos para recoger las papas y las verduras, o utensilios para la casa, pero de a poco le fui dando otro toque y haciendo otras cosas".
Rumbo a chile
En 2012 decidió dejar su vida en Argentina para radicarse definitivamente en Chile. Tenía varias opciones, pero David buscaba un lugar alejado del ruido y de lo que significaba vivir en una ciudad tan grande como Buenos Aires.
"Buscaba un lugar tranquilo donde tener mi casita y sin tanto ruido. Siempre trabajé en el centro, al frente o alrededor de la Casa de Gobierno. Fui jefe de sucursal del correo argentino, soy radiólogo y trabajé como jardinero. También vendía algunos de mis trabajos en las ferias", cuenta.
"Tenía la oportunidad de irme a Santiago, pero preferí Isla Negra porque es un lugar tranquilo y además tengo amigos acá que son muy buenas personas", agregó.
Apenas llegó a la comuna empezó a buscar trabajo en su área, sin obtener buenos resultados. Esto lo llevó a reinventarse y a dedicarse de lleno a la cestería mapuche.
En la actualidad, David tiene un puesto en la plaza de artesanos de Isla Negra, muy cerca de la casa de Pablo Neruda donde comercializa los 44 productos que hoy elabora.
"Como no encontré trabajo como radiólogo ni administrativo, desde el 2014 me dedico a la cestería. Ahora tengo un taller, sin embargo, producto de la pandemia está todo detenido", afirma.
Paneras y espejos eran algunos de los trabajos que realizaba en Buenos Aires para sus clientes. En Chile tuvo que reinventarse porque acá "me solicitaban otras cosas como pantallas o alfombras".
"La gente de El Quisco y los turistas, en cambio, comenzaron a pedirme un jarrón, un abanico o algo para poner una botella de vino. Hoy en día tengo como 44 productos a los que les pongo harto cariño", enfatiza.
Raíces
Para este artesano es muy importante seguir dando a conocer el arte de la cestería mapuche, por eso no pierde la oportunidad de enseñar esta técnica cada vez que se lo piden.
"Tengo el reconocimiento indígena como mapuche, por eso quiero seguir adelante con esta tradición para que no se pierda. En el 2016 dicté clases por el municipio de El Quisco y de allí salieron alumnas muy buenas con las que aún mantengo contacto. También me invitaron a participar en un taller en Algarrobo", detalla.
Relata que "una prima que vive en Osorno también se dedica a la cestería, pero no de tiempo completo como yo. Quiero seguir adelante con este legado para que esta tradición no se pierda".
Artesano tradicional
Producto de su trabajo, el quisqueño ha recibido varios reconocimientos. Uno de ellos fue en 2016 cuando fue escogido como "Artesano Tradicional" en El Quisco y desde el 2021 es parte del catálogo de artesanía de la Quinta Región "Identidad hecha a mano", del ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
En este difícil momento, David ha contado con el apoyo de su familia, situación que le ha permitido seguir adelante con la construcción de su casa, uno de sus grandes anhelos.
En cuanto a sus planes, el artesano comenta que en los próximos días, junto a un grupo de artesanos de la zona, lanzará la prueba piloto de una tienda online que les permitirá ofrecer sus productos.
"Veremos cómo funciona la tienda online para ver si puede comercializar por ahí. Mientras, seguiré vendiendo a la gente que me conoce y por internet. En cuanto al futuro prefiero no pensar mucho porque no sabemos qué pasará mañana", recalca.
"Como no encontré trabajo como radiólogo ni administrativo, desde el 2014 me dedico a la cestería",
David Oyarzo