Conmovedora despedida del profe viajero que dejó huella por su compromiso social
Álvaro Plaza falleció a los 46 años rodeado de su familia. Su deceso causó profundo dolor entre docentes, alumnos, deportistas y ambientalistas.
"El ser humano es un ser sociable por naturaleza". Con esta frase de Aristóteles el sanantonino Álvaro Plaza Sepúlveda (46) se enfrentó a la vida, a la docencia, al deporte y a la defensa medioambiental que marcaron su existencia, así como también el compromiso social que traspasó a varias generaciones de estudiantes a quienes impactó como un poco convencional profesor de religión.
Aquejado de una severa anemia que finalmente le arrebató la vida, Álvaro Plaza destacó por su profunda vocación cristiana que lo llevó a participar activamente en grupos pastorales, fue acólito y entusiasta participante del Encuentro Continental de Jóvenes en 1998.
Su historia
Egresado del Colegio Fernández León de San Antonio, tras cinco años en el Seminario Pontificio Mayor, Álvaro Plaza ejerció como profesor de religión en colegios de Santo Domingo, San Antonio y Valparaíso, actividad docente que además compartió con su rol de instructor de spinning (bicicleta estática), donde formó una verdadera red de instructores y deportistas de esta disciplina que también marcó una parte importante de su vida.
"Me siento orgullosísimo del hermano que tuve, de lo que hizo, de su relación con las personas que se ha visto reflejada en todas las muestras de cariño que hemos recibido en la familia y que de alguna manera nos ayudan a superar un momento tan duro como este", dijo Sergio Plaza, hermano del querido profesor.
Sobre las muestras de cariño hacia Álvaro, Sergio remarcó que "todas las personas que han venido, los grupos que se han formado para venir a verlo, los mensajes y el afecto tan grande que sus colegas profesores, sus alumnos, la gente del deporte y los grupos ambientalistas le han mostrado en su despedida nos han demostrado el mundo que construyó alrededor suyo".
Viajero empedernido
Quienes conocieron al profesor ambientalista, instructor de spinning y al devoto poco convencional que fue Álvaro Plaza, coinciden en destacar también su pasión por los viajes que lo llevaron a Europa, Norteamérica, Centroamérica, América del Sur y los paisajes más conocidos, pero también los más recónditos de Chile.
El profesor Ignacio Escárate, que compartió con Álvaro no solamente la docencia, sino que también la práctica del spinning y algún viaje por Sudámerica, afirmó que "nos ha dejado un grande. Más que un compañero de profesión fue un amigo, un líder, un hermano del pedal y la vida saludable que nos deja en el plano terrenal, pero nos seguirá acompañando y llenando de energía, esa energía que derramaba en la sala de spinning que contribuyó en positivo a tantos pedaleros de nuestra provincia".
Desde la Agrupación Ojos de Mar, donde el profesor Álvaro Plaza participaba activamente, manifestaron que "nos duele comentarles la partida de una persona maravillosa que la vida nos dio el lujo y permitió conocer. Por el momento no hay consuelo más que pensar que posiblemente está en un lugar precioso, en el humedal de nuestros sueños donde no hay camiones, no hay ruidos, ni contaminación. Donde ya no tengamos que luchar sino solo disfrutarlo y descansar".
Álvaro Plaza fue velado en su casa de la calle Arrayán, en Tejas Verdes, donde a las 11 horas de hoy se realizará un oficio religioso antes que su cuerpo sea trasladado al cementerio Parque del Sendero en Santiago, donde será cremado.
Luego de eso, su familia cumplirá su última voluntad y sus cenizas serán esparcidas en el Valle de la Luna, en San Pedro de Atacama. Así, la última brizna de materialidad humana del profesor que brilló como un ser sociable, quedará impregnada en algún rincón del desierto, en la naturaleza que Álvaro tanto amó y que abrazará para siempre en el último viaje del profe viajero.
"Me siento orgullosísimo del hermano que tuve, de lo que hizo, de su relación con las personas que se ha visto reflejada en todas las muestras de cariño que hemos recibido",
Sergio Plaza