Histórico socio y fundador del club Cóndor de Placilla falleció a los 93 años
Oscar Acuña Valdés participó junto a otros jóvenes del cerro en la primera reunión el 25 de abril de 1945. Las huestes "condoritas" lo despidieron como se merecía, con varios homenajes.
Con el homenaje que se merecía de parte del club Cóndor se fue Oscar Acuña Valdés. Uno de los fundadores de la tienda del cerro Placilla, el último que quedaba vivo, partió a los 93 años (30 de septiembre), y en la cancha de pasto sintético, hasta donde entró el vehículo que trasladaba su féretro, se recordó al jugador, dirigente e incondicional hincha.
Junto a un grupo de jóvenes del sector la noche del 25 de abril de 1945, en la galería de una casa ubicada en la esquina de las calles Ortúzar con Chorrillos, y a la luz de una vela, Oscar Abarca, sus hermanos Vicente y Alfredo y otros vecinos de las familias Díaz-Leiva, Silva, Saldías, Muñoz, Acevedo-Fuentes, Díaz, Rodríguez Álvarez, Rozas-Nilo y Moya-Carreño, entre otras, fundaron el club y el acta la escribieron sobre una máquina de coser que usaron como escritorio.
Oscar Acuña quedará en los anales de la historia condorita. Formó parte del equipo que disputó el primer partido en la cancha que alguna vez tuvo el club, donde hoy se erige la Escuela Cerro Placilla.
Su hija María Acuña Canales lo recordó a días de su partida, ocurrida el pasado jueves 1 de julio a las 18.10 horas. "Era el último fundador del club que quedaba vivo, era de los históricos de verdad", dijo con convicción y orgullo.
Nacido y criado en San Antonio, su infancia transcurrió en el cerro Placilla. "Eran 10 hermanos, el era el segundo. Sus papás eran de acá, se llamaban Vicente Acuña y Olinda Valdés", precisó la hija del fallecido dirigente del Cóndor. "Fueron tres hermanos los fundadores, con el mayor, Vicente, él y Alfredo, junto a otros jóvenes. El tenía como 18 años cuando fundaron el club", agregó.
Oscar se casó con María Canales, quien hace casi siete años falleció. Tuvieron tres hijos: Oscar, quien murió hace tres meses, Manuel (vive en República Dominicana) y María. "Mi hermano lo vino a buscar para hacer un equipo arriba en el cielo con los tíos y otros jugadores del club", expresó.
El nonagenario socio del Cóndor dejó cinco nietos y dos bisnietos.
Trabajó por 20 años en las góndolas, las antiguas micros que recorrían la ciudad, y luego otros 20 años en la Empresa Portuaria de Chile. Luego se jubiló y se dedicó a su pasión, el fútbol y su club, Cóndor.
"Juntaba niños, los entusiasmaba y se los llevaba al Cóndor. Los sábado los iba a buscar en su auto y los llevaba a las canchas donde le tocaba jugar al club", recordó su hija.
"Esa fue su pasión de la vida, el fútbol y más como él sabía que era fundador de su club más lo quería, vibraba. Iba a la cancha hasta que pudo, se ponía a conversar con todos, porque lo querían mucho, le decían 'Oscarito' o 'Viejito lindo', lo abrazaban, era muy respetado y querido por las personas en el club", agradeció su hija con el recuerdo fresco de su partida.
Hasta que pudo fue a las canchas y junto a su yerno Pablo Sepúlveda siguió acompañando al club que construyó desde los cimientos en 1945.
También, cuando la salud aún lo acompañaba, tenía la costumbre de salir a caminar antes del almuerzo. De Placilla al mirador 21 de Mayo era el recorrido, que en un tiempo compartió con su hermano menor, Luis, quien hoy vive en La Serena con una hija y tiene problemas de salud. "No se pudieron despedir", lamentó María.
Oscar Acuña murió producto de las complicaciones de su avanzada edad. "Mi papi no tenía enfermedades como alzheimer o demencia, su mente estaba un poco gastada, pero cuando uno le hablaba de alguien o lo venían a ver reconocía a todos. Estaba cansado y siempre decía que el hombrón todavía no lo quería arriba", recordó María Acuña.
"Se extraña, todas las cosas en la casa lo recuerdan, está su sillón, su silla de ruedas, su cuchara. Lo sepultamos el sábado en el parque del Sendero de Llolleo. Antes pasamos por el Cóndor, estuvo al nivel que se merecía mi papá, fue precioso", agradeció.
Raimundo Díaz, tesorero del club, recordó a Oscar Acuña. "Siempre nos acompañaba, los fines de semana, en cualquier cancha donde jugábamos él estaba ahí. A los aniversarios tampoco fallaba, siempre lo invitábamos. Hicimos una ceremonia espectacular en la cancha del club, le hicimos una despedida antes de llevarlos al cementerio", justificó uno de los organizadores del homenaje que tuvo discursos, cánticos, recuerdos y al himno del club como telón de fondo para despedir al último de los fundadores del club Cóndor de Placilla.