Nicolás Labra G.

La Selección Chilena de rugby, los Cóndores XV, se vuelven a concentrar de cara a sus próximos desafíos rumbo al Mundial de Francia 2023.

En julio, en el triangular clasificatorio sudamericano, vencieron a Brasil (23-13), pero cayeron ante Uruguay (15-10). Como los charrúas también vencieron a los "Tupis", Chile accedió como Sudamérica 2 a la segunda fase, la Zona Interamericana, donde esperan por el vencedor de la llave entre Estados Unidos y Canadá, que jugarán los próximos sábados 4 y 11 de septiembre. En caso de ganar esa llave, se enfrentarán ante el perdedor del cupo América 1, que saldrá entre los estadounidenses, canadienses y los "Teros".

A la espera de eso, tendrán un amistoso con el segundo equipo de "Los Pumas" el sábado 18 de septiembre: "Es importante para la preparación ese partido, y también esperamos lo que pase entre Estados Unidos y Canadá para saber quién será el rival. De preparación entrenamos de lunes a sábado en la mañana de 9 a 14 horas. Ahora volvimos para construir los detalles para después en las siguientes semanas armar la estrategia y el plan de juego para lo que sería los partidos de octubre", comenta a este medio el capitán Martín Sigren.

-¿Cómo ves el trabajo entre el head coach Pablo Lemoine y Edmundo Olfos a cargo del rugby Seven, viendo jugadores que no solo encajen en el Seven, sino que también para el XV?

-Creo que se ha buscado poner al jugador en su mejor modalidad. Vimos hartos jugadores que antes jugaban en el Seven que ahora juegan en el XV como Ignacio Silva, Rodrigo Fernández, Marcelo Torrealba y Julio Blanc. El XV logró crecer lo suficiente como para que el foco no esté en el Seven. En los últimos años vimos al Seven muy consolidado, consiguiendo un Juego Boliviariano, porque en ese momento el XV estaba botado.

-¿Qué le ha aportado Pablo a la estructura del rugby?

-Una estructura de entrenamiento que logre desarrollar a los jugadores y un equipo. Antes de la llegada de Pablo la selección era un grupo de jugadores que se juntaba semanas antes de un partido internacional. No había nada centralizado ni rutinas de entrenamiento, era todo desorganizado. Te juntabas antes del partido a jugar con un sistema improvisado y se hacía lo que se podía. Hoy existe una planificación de largo plazo para desarrollar a jugadores y equipos, que Pablo con su experiencia con Uruguay ya conocía el camino y el contexto.

-¿Cómo ves potencialmente a Estados Unidos y Canadá?

-Estados Unidos está dentro de los 10 mejores equipos del mundo en el Seven, por ejemplo, y ellos están compitiendo contra Inglaterra, Gales, y de momentos juegan par a par con los del tier I. Tienen una estructura deportiva gigante y muchos jugadores. De ser ellos, es jugar con el equipo con más roce. Canadá, si bien es un equipo fuerte, con jugadores consolidados, creo que donde hay una ventaja es que son medios dispersos. Se juntan pocos meses antes del partido a jugar y creo que ahí uno puede sacar una ventaja, hacer un partido cerrado y lograr separar a sus individualidades. Cabe mencionar que Uruguay en los últimos dos mundiales que se ha clasificado ha sido justamente ganándole a Canadá, y esa es la esperanza en la que nos afirmamos. Uruguay lo ha hecho y hoy creemos que estamos a la par, lo podemos lograr.

-¿Cómo ves la profesionalización del rugby? Hay apoyo económico en la selección y a los jugadores de Selknam en la Superliga.

-Llegas a un tope donde necesitas descansar para entrenar y esa vida de trabajador profesional pasa a ser más incompatible. Ahí se genera esta necesidad de poder remunerar a los jugadores para que su foco esté en el juego. Con este proyecto de la Federación, y donde también es muy importante lo de la Superliga, fueron el último empujón para finalmente crear esta estructura de jugadores profesionales. En una entrevista Pablo destacó que la profesionalización no es solo el factor económico, sino que también la mentalidad de un profesional.

-Estas de acuerdo...

-Muy acertado eso, es algo que discutimos siempre. El ser profesional no significa que a ti a fin de mes te llegue un cheque, eso no te hace profesional. Es ser profesional es un estilo de vida, la manera en que te entrenas, como te alimentas, descansas. Nosotros los primeros años nos considerábamos profesionales no remunerados, vivíamos bajo un régimen de entrenamiento de alto rendimiento y finalmente se fue dando este profesionalismo remunerado.

"Hoy existe una planificación para desarrollar jugadores y equipos, lo que antes no había".