Dueño de tradicional carnicería de Barrancas deja el negocio por salud
Luis Peñailillo, el hombre tras "Mi Huaso II", siguió la recomendación de sus hijos médicos y bajará el ritmo de trabajo para disfrutar de la vida y a su primera nieta que está por llegar. El establecimiento seguirá atendiendo, con otros dueños.
A más de alguien le extrañó ver por estos días las cortinas abajo de "Carnes Mi Huaso II". Hace un par de semanas la tradicional carnicería del centro de Barrancas está cerrada. Ningún cartel da un indicio de lo que pasa. Algunos vecinos incluso dicen que cerraron definitivamente.
La razón es otra, pero al interior del local de la calle Antofagasta 164 se gestan cambios importantes y no se trata de una remodelación de las instalaciones.
Luis Peñailillo Tobar, a sus 66 años, tomó una decisión personal: "por salud era el momento de parar", explica al teléfono, con su tono de voz siempre afable.
Y aclaró que "el negocio seguirá, pero con otros dueños".
Una "junta médica" de sus tres hijos, Reina Stephannie, Luis Enrique y Marcos Cristopher, todos relacionados con el área de la salud, como doctora, siquiatra y fisiólogo, determinó que este era el momento de tomar esta decisión.
El conocido comerciante de Barrancas y entrenador de fútbol de clubes como Huracán y de la selección superseniors de la Puerta del Pacífico, campeona regional en 2018, dejará su emblemático negocio para iniciar una vida más pausada. No abandonará la actividad comercial, seguirá con algunos clientes y repartiendo pedidos, pero con más tiempo para su familia, especialmente para una nieta que está por llegar, y para hacer lo que le gusta, donde el fútbol tiene un rol preponderante.
La carnicería y minimarket seguirán funcionando, con otros dueños, pero con la mayoría de los trabajadores. Eso le da más tranquilidad a don Lucho.
"Le pedí a los nuevos dueños que siguieran con la misma gente, que son ocho", contó.
Tradición
La tradición que inició su padre Juan Peñailillo, con la primera carnicería "Mi Huaso" en la calle Orella, se extendió con el emprendimiento de Luis.
Comenzó luego de volver al país tras un viaje por el mundo entre los 19 y los 35 años. Se fue de San Antonio como marino mercante, entró a Estados Unidos como "espalda mojada" y vivió en Nueva York por años indocumentado, trabajando en un delivery de comida italiana.
Su padre le enseñó el oficio y también se lo legó a su hermano menor Patricio, quien vive en Pensilvania, Estados Unidos.
En 1990 se instaló con "Carnes Mi Huaso II" en la calle Pudeto y una década más tarde se trasladó al local de Antofagasta.
Ahora, con la decisión tomada, afirma que "voy a tener más tiempo para descansar, ver a mis hijos y atender a los clientes de Mercado Público que tengo. Me da nostalgia dejar a la casera que me compró por años, la señora Humilde Aliaga, ella me compró por 32 años. A esas personas las voy a echar de menos", confesó.
A sus trabajadores también. Contó que "me quedo con uno solo, que anda en silla de ruedas y me hace los arrollados, como 500 ó 700 kilos mensuales. Vamos a seguir trabajando juntos con Hernán Donoso".
Luis Peñailillo admite que costó tomar esta decisión. "Lo pensé mucho, felizmente mis hijos estudiaron otra cosa, son médicos. Trabajé por ellos, para que lograran lo que son ahora. Para ellos este es un trabajo muy bruto, 32 años trabajando de lunes a domingo, entonces nadie cercano de la familia quiere seguir con esto", reveló.
La decisión busca "tener una mejor calidad de vida, mucha gente cercana está feliz. Me dicen que me van a echar de menos, por cómo los atendía en Mi Huaso, pero tendré más tiempo para el fútbol, descansar y estar con la familia, con mis hijos que me vienen a ver desde Santiago. Mi hija está gordita, tiene cinco meses de embarazo, estoy ansioso por eso y quiero tener tiempo para mi primera nieta. Por el trabajo tuve poco tiempo para disfrutar a mis hijos".
Cada día que pasa convence más a Luis Peñailillo de que esta decisión fue la correcta. Hoy afina los detalles para dejar su negocio y traspasarlo el primero de diciembre a sus nuevos dueños. "Para qué trabajar tanto, uno debe trabajar para poder vivir, pensar en el día a día, la salud. Igual da pena por dejar a la gente con la cual uno estuvo muchos años, a quienes ayudamos a que tuvieran un mejor porvenir".
En este momento Luis Peñailillo reflexiona: "la gente se muere y nadie más se acuerda. Hoy quiero disfrutar un poco más. Por ejemplo, me encontré con un amigo y nos pusimos a conversar, nadie me apuró. Después voy a ir a una reunión con los amigos de Huracán, todo con tranquilidad".
Promete eso sí, que "voy a seguir trabajando, pero menos, para mantenerme ocupado y entretenido, o si no uno se muere, después de trabajar tanto en la vida. Empecé a trabajar a los 12 años, pero el mejor premio que tengo es que mis hijos tuvieron una buena educación. Eso me tiene feliz", sentenció.
"Lo pensé mucho, felizmente mis hijos estudiaron otra cosa, son médicos. Trabajé por ellos, para que lograran lo que son ahora",
Luis Peñailillo Tobar.
1990 partió con "Carnes Mi Huaso II" en la calle Pudeto. Luis Peñailillo deja el negocio.