Natividad Espinoza R.
La forma que tienen de decidir lo que quieren saber puede dividir a las personas en tres grupos: las que buscan o no información basándose en el impacto que esta pueda tener en sus sentimientos; quienes toman la determinación considerando cuán útil les serán las averiguaciones; y las que en general buscan información sobre temas en los que piensan con frecuencia. Esto, según un estudio del University College London (UCL), publicado en la revista Nature Communications.
Sobre qué fue lo que motivó a los responsables a hacer esta investigación, la coautora principal de la misma, profesora Tali Sharot, de Psicología y Ciencias del Lenguaje de UCL, sostuvo que "ahora hay gran cantidad de información disponible para las personas. Esto incluye todo, desde información sobre su estructura genética hasta información sobre cuestiones sociales y la economía. Queríamos averiguar cómo decide la gente lo que quiere saber y por qué algunos buscan activamente información, por ejemplo, sobre vacunas covid, desigualdad financiera y el cambio climático, mientras que otras no".
Y agregó: "La información a la que las personas deciden exponerse tiene consecuencias importantes para su salud, finanzas y relaciones. Al comprender mejor por qué las personas eligen informarse podríamos desarrollar formas de convencer a las personas de que se eduquen".
Los experimentos
Para dar respuesta a sus interrogantes, los investigadores hicieron cinco experimentos con 543 voluntarios, a fin de evaluar qué factores influyen en la búsqueda de información.
Para uno de los experimentos se preguntó a los participantes cuánto les gustaría saber sobre la información de salud, como si tenían un gen de riesgo de Alzheimer o un gen que asegure un sistema inmunológico fuerte. En otro, se les preguntó si querían ver información financiera, como tipos de cambio o en qué percentil de ingresos estaban, y en otro, si les gustaría saber cómo los calificaban sus familiares y amigos en rasgos como inteligencia y pereza.
Luego, se consultó a los participantes qué tan útil pensaban que sería la información, cómo pensaban que los haría sentir y con qué frecuencia pensaban en cada tema en cuestión.
Así, los investigadores descubrieron que las personas eligen buscar información basándose en tres factores: utilidad esperada, impacto emocional y si es relevante para las cosas en las que piensan con frecuencia. Este modelo resultó explicar mejor las decisiones de buscar o evitar información en comparación con una variedad de otros probados.
Algunos participantes repitieron los experimentos con meses de diferencia y gracias a ello los investigadores encontraron que la mayoría priorizaba uno de los tres motivos sobre los demás, y que su tendencia específica se mantuvo relativamente estable a lo largo del tiempo. Esto puede ayudar a explicar por qué a veces nos responden un "no quiero saber".
"Entendiendo por qué la gente elige informarse, podríamos desarrollar formas de convencerla de que se eduque",
Tali Sharot, Coautora principal