Las bodas de oro de la pareja de políticos sanantoninos más emblemática de los 90
Tras medio siglo unidos por el amor y la política, la exalcaldesa Lucía Menares y el exdiputado Sergio Velasco renovaron sus votos el mediodía de ayer en la Parroquia de San Antonio.
Lucía Menares Maldonado y Sergio Velasco de la Cerda se conocieron a principios de los años 60. Eran estudiantes del liceo Fiscal de San Antonio y pertenecían a un grupo denominado Los Jejos (Juventud Estudiantil Jovial de Orden Seleccionado), donde compartían diversos encuentros y fiestas, pero fue una gira de estudios la que los unió.
"Íbamos en quinto de Humanidades y pololeamos desde ese paseo de paseo de curso. Yo tenía 15 años y Sergio 18 años y siete años después nos casamos", cuenta Menares, sentada en el living de su casa del sector Hospital.
El viernes 3 de diciembre de 1971 la pareja contrajo matrimonio por el civil y dos días después sellaron sus votos por la Iglesia Católica, tras una petición de mano que para ella fue una sorpresa.
"Sergio un día me dijo: 'Lucía, ¿casémonos?'. 'Ya poh', anda a decirle a mis papás'. Fuimos y cuando Sergio llegó a mi casa, yo consideraba que era un chiste nomás. Él le dijo a mi papá: 'Don Miguel, me quiero casar con la Lucía'", cuenta ella. Y agrega: 'Muy bien poh', le respondió mi papá, y yo... aaah, me puse a llorar y mi mamá también. Fue bien emotivo, inesperado", recuerda ella.
"La que no me dio el visto bueno fue mi suegra y le dijo a mi futura esposa: '¿Cómo te vai a casar con ese colérico?'. 50 años atrás a los jóvenes que teníamos patillas y ese tipo de cosas nos decían coléricos", expresa Velasco, quien con los años se volvió, en palabras de su esposa, "el más querido" por su mamá, Mercedes Maldonado.
-Don Sergio, ¿cómo se ganó el corazón de su suegra?
-Comprándole números de Lotería y Polla (ambos se ríen). Ella era aficionada a estos juegos y yo se los traía de Santiago, porque vivimos un año allá. Cada vez que veníamos a verla y aunque ganara o no, empezó a quererme y me preparaba las más ricas cazuelas y empanadas.
En la arena política
Durante gran parte de su matrimonio, ambos fueron militantes del Partido Democracia Cristiana (DC) y ocuparon importantes cargos en la política local y nacional. Ella fue concejala y luego la primera alcaldesa de San Antonio por dos periodos consecutivos, desde 1996 al 2004, y él diputado en los periodos 1990-1994 y 1998-2002.
-¿Cómo surgió su filiación política?
-Sergio: Desde el liceo yo era de la Democracia Cristiana y además dirigente estudiantil del liceo Fiscal de San Antonio. Hicimos muchas huelgas y paros y logramos que se construyera el actual establecimiento que existe hoy en Barros Luco, porque antiguamente tenía tres o cuatro locales distintos y nosotros luchamos por tener un establecimiento propio y unido.
-¿Y usted cuándo entró a la arena política?
-Lucía (L): Yo terminé siendo democratacristiana por osmosis, porque para pololear con Sergio y andar juntos tenía que ir a reuniones, a marchas, si no nunca lo iba a ver, porque él era el colegio y el resto política al ciento por ciento.
-Sergio: Política en el sentido de servir a los demás.
-Lucía: Sí, de ese tipo, de ir a visitar a los compañeros cuando estaban enfermos o de ofrecer ayuda si alguno tenía una necesidad de que le hicieran un trámite, un lindo servicio. Yo lo acompañaba y después terminé en la Democracia Cristiana convencida la verdad, estuvimos ahí como 40 años.
-¿Cómo compatibilizaban la ajetreada vida política con su relación de pareja?
-Lucía: Yo hacía una parte en la pega de la muni y Sergio tramitaba los proyectos para San Antonio como parlamentario. Entonces hacíamos una muy buena unión y disfrutábamos juntos. Por ejemplo, para hacer el saneamiento sanitario de todo San Antonio, nosotros en la muni hacíamos el proyecto para tener las recomendaciones técnicas y Sergio tramitaba, él iba todos los días lunes a La Moneda y a los ministerios a buscar ayuda para San Antonio.
En el ámbito más cotidiano, la exalcaldesa cuenta que "Sergio siempre llegaba, aunque saliese de la cámara tarde, a la casa a dormir". "Por obligación", remata él en tono de broma desde la casa familiar, donde continúan reuniéndose con sus hijos Jorge, Marcela y Jejo, sus tres nietos y sus dos bisnietos.
Para ella, una de las claves fue tener la rutina de compartir las comidas. "Siempre tomábamos todos juntos el desayuno, aunque después los niños se volviesen a acostar. Y los domingo el almuerzo era en familia. Entonces, nunca dejamos de estar muy cerca".
Dictadura
Durante los años de dictadura cívico militar, Velasco sostiene que participaron como dirigentes sociales y políticos en la clandestinidad y luego en la recuperación de la democracia, lo que provocó que a fines de los años '70 ambos fueran destituidos de sus cargos, él de director de la Escuela Industrial de San Antonio y del Duoc; y ella, de profesión enfermera, como jefa de Enfermería del hospital Claudio Vicuña de San Antonio.
"Nosotros empezamos a tomar partido en contra de la dictadura desde el año 1974 hasta 1990, en donde Lucía estuvo cinco veces presa y yo 11 veces, en Tejas Verdes, en Santiago y Valparaíso. ¿Y tú estuviste en Santiago y aquí?", le pregunta a su esposa.
"Sí, en la comisaría de aquí, porque nosotras hacíamos marchas y nos tomaban detenidas, y otra vez que fuimos a Santiago y nos tomaron detenidas. Ahí fue feo porque estuvimos como seis días y en ese momento había desaparecidos y a uno le entraba el susto, pero, aunque pasáramos estos momentos tan duros y difíciles, el hecho de estar unidos siempre nos contentaba. Nosotros teníamos una citroneta y yo sentía que llegaba a la esquina y ya me podía dormir bien", revela.
"Obviamente que a mi suegra no le gustaba nada de estas cosas y me retaba matiné, vermut y noche", agrega él.
-Pareciera que para ustedes es indispensable la política, ¿en qué están ahora que no militan en la DC?
-Lucía: No tenemos planes de ser dirigentes, eso lo descartamos hace mucho tiempo porque cada persona tiene su plazo y nosotros ya lo cumplimos, cumplimos con todo lo que esperábamos, así que les toca a otros.
-Sergio: Pero no estamos ausentes del acontecer nacional y siempre hemos mantenido un proyecto de desarrollo cultural en San Antonio que se llama Pensar Chile, antes se llamaba Instituto Juan Pablo II, donde se dictan charlas gratuitas para elevar el proyecto cultural de nuestra ciudad puerto.
Bodas de oro
"Es una extrañeza hoy llegar a los 50 años de matrimonio", señala el exdiputado, quien reflexiona que las claves para este logro son que "nuestros padres nos dieron el ejemplo y nos enseñaron a ser respetuosos de los demás, a amar y entender a los demás, y creo que esos sólidos conceptos hicieron que nos mantengamos juntos".
Para Lucía, por su parte, "el buen entender es lo fundamental y el reconocer las virtudes y defectos del otro. Si yo reconozco cuáles son las debilidades de Sergio e igual decidimos casarnos, entonces yo las tolero, y él tolera las mías. Con el pasar del tiempo, uno puede cambiarlas, pero el buen entendimiento corrige todo".
-¿Qué palabras se dedican en este nuevo aniversario?
-Lucía: (Mientras mira a su esposo) Yo agradecer siempre a Sergio su cariño bondad, aprecio y cuidado. Muy agradecida que él quiera a toda mi familia sin ninguna prescripción a nada y eso a uno la hace muy feliz.
"Hicimos muchas tareas que hoy son compartidas entre hombre y mujer, como ayudar a cuidar los niños. En nuestro caso, siempre fue tarea de dos y de eso estoy agradecida, porque antes el machismo era muy acentuado y Sergio nunca lo fue, así que gracias mi amor", concluye y lo besa en la mejilla.
"Yo, qué le podría decir, pedirle perdón, sinceramente, por las veces que me equivoqué, que quizás me enrabié y no fui oportuno y por postergar algunas cosas que eran muy queridas y sentidas por ti. Yo privilegié la actividad profesional o política en desmedro de tu persona. Y también decirle a la gente que han sido años muy maravillosos y que espero que otras personas también lo disfruten como lo hemos hechos nosotros. 50 años no pasan en vano", afirma Sergio Velasco, mientras Lucia Menares, como muchas veces durante la entrevista, lo mira fijamente y acaricia su brazo.
"La que no me dio el visto bueno (para casarse) fue mi suegra y le dijo a mi futura esposa: '¿Cómo te vai a casar con ese colérico?',
Sergio Velasco
"El buen entender es lo fundamental y el reconocer las virtudes y defectos del otro",
Lucía Menares