Los innovadores emprendedores que convierten las botellas plásticas en bloques para construir viviendas
En 2019 Ariel Estrada junto a dos socias decidieron emprender a lo grande: compraron un terreno, habilitaron un galpón e importaron máquinas de China. El gran desafío es hacer este año una casa con los ladrillos que ellos idearon.
Ariel Estrada tiene 41 años y es ingeniero civil electrónico de profesión. Llegó a la provincia para trabajar en la fábrica de Maersk, donde se desempeñó por varios años en el área de robótica de la empresa. Cuando cerraron las dependencias en San Antonio y él se quedó sin trabajo, vino la interrogante de qué proyecto podía realizar con el fin de quedarse en esta zona que lo había cautivado por su tranquilidad y la amabilidad de su gente.
"Unas tías me preguntaron si acaso yo tenía una buena idea porque, si era factible y atractiva, ellas la podían financiar. La verdad es que yo tenía la idea hace un rato de hacer bloques de plásticos para la construcción de muros, lo que les pareció interesante. Empecé a desarrollar el proyecto y finalmente nos hicimos socios", relata Ariel.
Entre 2019 y 2020 estuvieron planteando el proyecto, viendo los pros y los contras y aprendiendo un montón sobre plásticos, algo totalmente desconocido para ellos. Una de las socias y tía de Ariel, Patricia Silva, puso el capital y Raquel Silva, la otra socia, se dedica a la parte administrativa de la empresa. Mientras que el ingeniero civil electrónico se ocupa de la producción.
único en chile
Luego de varios estudios, Ariel descubrió que lo mejor era tener una planta de reciclaje de plásticos pet (envases de jugo, agua y bebida). "Estos son los que menos se reciclan en nuestro país y son los más complicados de reciclar, por lo tanto hay menos competencia", explica.
-¿Cómo fue el proceso de convertir el proyecto en realidad?
-Nos tuvimos que ocupar de todo. Primero mandas a hacer las máquinas a China y traerlas a Chile. Luego compramos un terreno para instalar la planta. Hace tres meses empezamos con las pruebas de inyección de plástico. La máquina derrite el plástico y se inyecta a un molde. El proceso de fabricar el primer bloque nos tomó como tres meses hasta que hace tres semanas atrás hicimos el primero, y hace dos semanas logramos producir 500 al día.
-¿Cómo obtienen el plástico que usan como insumo?
-Yo estuve el 2020 juntando plástico por cuatro meses para ver si lográbamos recolectar lo que necesitábamos, pero descubrirnos que no teníamos ni la logística, ni el tiempo, ni el personal. Entonces buscamos un tercero que juntaba plástico y nos lo vendían pero lamentablemente cerraron la semana pasada y me quedé sin proveedor. Entonces ahora andamos buscando a alguien que se quiera hacer cargo de la recolección del plástico. Necesitamos entre tres y diez toneladas mensuales para que la planta funcione. Por ahora tenemos ayuda de una persona que se llama Rolando pero nos entrega 600 kilos mensuales. Así que aprovecho de hacer un llamado por si alguien se interesa en entregarnos plástico.
-¿Qué residuos generan?
-Los residuos que generamos son tapas y etiquetas, y en Santiago hay empresas que lo reciben para fabricar otro producto. Por lo tanto no son desperdicios.
Entre los logros que han conseguido durante este tiempo está el haber patentado cada uno de los modelos de bloques de plástico, que son cuatro, en el registro de propiedad intelectual. Esto significa que nadie en la industria nacional produce algo de estas características.
Por estos días Ariel está en conversaciones con el Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción de la Universidad Católica (Dictuc) para certificar los bloques en cuanto a su resistencia y con eso esperan incursionar en el próximo desafío que es la construcción de casas.
-¿Cuáles son las ventajas de este bloque de plástico por sobre otros materiales de construcción?
-La diferencia entre la construcción tradicional y la de nosotros es que en una casa de ladrillos te demoras entres tres y cuatro meses en construir los muros. En cambio, con nosotros te demorarás solo una semana y no necesitarás mano de obra calificada. Rellenas los bloques con adobe, bolsas plásticas o el material que tú quieras. Por otro lado no se prende fuego, no se humedece el material, no atrae roedores y tiene una muy buena aislación y acústica.
Viviendas sociales
La planta de reciclaje está ubicada en el cruce La Manga, sector Bucalemu, en la comuna de Santo Domingo. Ariel afirma que eligieron este lugar por varios factores: "Primero era un terreno barato y uno de los lugares que podíamos pasar de agrícola a industrial. Está en un punto estratégico entre San Antonio, Melipilla y Litueche, y por ende todos esos lugares cercanos nos pueden recolectar plásticos".
La contribución de esta planta para la comuna y la provincia es tremenda, según Ariel. Él asegura que su trascendencia es vital porque no hay ningún otro centro de reciclaje similar en la región, además de la cantidad de empleos que se pueden generar en torno a este emprendimiento.
-¿Qué servicios pretenden entregar en un futuro?
-Vamos a tener tres servicios: venta a granel (terceros que quieran comprar directamente a la planta), un sistema de cubicación (tú me entregas tu plano y nosotros te decimos cómo debes construir tu casa) y certificación a personas para que puedan construir casas.
Para Ariel este negocio no sólo contribuye al medio ambiente, sino que perfectamente puede ayudar a miles de personas que viven en extrema pobreza. "Queremos disminuir el déficit habitacional que hay en Chile construyendo viviendas sociales porque pensamos que es mucho más eficiente por el poco tiempo en construcción", sentencia.
"También es una buena alternativa para construir viviendas de emergencias después de una catástrofe por ejemplo. Nuestro desafío es ofrecer esto al gobierno y municipalidades", anuncia.
"El proceso de fabricar el primer bloque nos tomó como tres meses hasta que hace tres semanas atrás hicimos el primero, y hace dos semanas logramos producir 500 al día",
Ariel Estrada
"Ahora andamos buscando a alguien que se quiera hacer cargo de la recolección del plástico. Necesitamos entre tres y diez toneladas mensuales para que la planta funcione",
Ariel Estrada
"Queremos disminuir el déficit habitacional que hay en Chile construyendo viviendas sociales porque pensamos que es mucho más eficiente por el poco tiempo en construcción".