El descendiente italiano que cambió los bancos por un negocio de pizzas y pastas
Pedro Barbaglia se desempeñó en la banca por más de 15 años. Después de quedar sin trabajo decidió emprender con un proyecto familiar que recoge sus raíces: una trattoria y pizzería artesanal.
Pelluco, como le dicen sus cercanos a Pedro Barbaglia, es de profesión ingeniero comercial y tiene un MBA en la Universidad de Chile. Trabajó por más de 15 años en la banca, sin embargo, en enero de 2021 decidió cambiar drásticamente de rubro. Ahora declara que su oficio es pizzaiolo (pizero en italiano).
La Tarquinia (Instagram @La_Tarquinia) es una trattoria y pizzería artesanal que nace "con la necesidad de generar ingresos propios cuando quedé cesante", cuenta Pedro. Y agrega: "Trabajé durante 15 años en la banca y si bien tuve buenos resultados, nunca fue algo que llenara mis expectativas, siempre quise tener algo propio. Tenía claro que significaba más horas de trabajo y también menos ingresos, pero estaba dispuesto a correr el riesgo".
En ese momento comenzó a ver diferentes alternativas de emprendimientos. Su familia tiene una empresa de corretaje de propiedades, pero decidió irse por otro camino buscando algo que lo apasionara más. "Mi idea era replicar el negocio de barrio argentino que vende la pasta fresca, donde llega la dueña de casa el domingo a comprar un kilo de fetuchinni con salsa para almorzar en familia", afirma sobre su proyecto.
-¿Cómo llegaste al mundo de las pizzas?
-Hace aproximadamente 20 años vengo haciendo pizzas. Mi papá tenía un compañero de trabajo uruguayo que le enseñó a mi familia a hacer la masa. Después de eso no paramos nunca más.
-¿Por qué elegiste el nombre La Tarquinia?
-Es una ciudad italiana que se encuentra a 45 kilómetros al oeste de Roma. De ese municipio mi familia tiene la nacionalidad italiana. Pensamos en varias alternativas y la que más nos convenció fue La Tarquinia. A pesar de que nos cuesta mucho que la gente nombre la letra U. Se escribe Tarquinia pero se pronuncia Tarcuinia.
La carta
En la Tarquinia cuentan con 13 variedades de pizzas, que tienen 35 cm de diámetro, y cinco variedades de pastas frescas: ñoquis, fetuccini, ravioles, canelones y lasañas. A esto hay que agregar las diferentes salsas que elaboran: boloñesa, pomodoro, pesto y nogada.
Pedro cuenta que "tratamos de hacer pizzas de todos los tipos para abarcar a la mayor cantidad de clientes: vegetarianas, con carne molida, prosciutto, camarones, con salsa o crema, contamos con productos veganos, etc".
En diciembre pasado abrió su propio local ubicado en la comuna de Santo Domingo, en la calle Santa Teresa 100. Realizan delivery desde Santo Domingo a San Antonio.
-¿Cuál es el sello de sus pizzas y pastas?
-El principal sello de las pizzas es lo livianas que son. Te comes media pizza y puedes salir a correr unos 10 kilómetros sin problemas. En tanto, la pasta fresca no tiene competencia, con ingredientes de proveedores locales, la suavidad en la boca, el color. La pasta la seguimos haciendo con una máquina italiana que mi nonno trajo en los años '30 a Chile y que se mantiene en muy buen estado".
Netamente familiar
Pedro, como buen italiano, valora mucho la familia y este es un emprendimiento que ha nacido gracias a la colaboración de muchos de sus seres queridos.
Su padre, Enzo Barbaglia Bertea, y su madre, Olivia Gómez Marambio, son parte fundamental en este negocio. Enzo es socio de Pedro, consejero y lleva todo lo administrativo de la sociedad. Como si esto fuera poco, Enzo es el maestro de las salsas. Pedro cuenta con orgullo que "hace una boloñesa de otro planeta e inventó la salsa nogada que ofrecemos con nuestras pastas frescas". En tanto, su madre hace la masa y el montaje de todas las pastas frescas.
Enzito, el hijo de Pedro (13 años), lo ayuda con los delivery dentro del condominio donde vive y ha sido un gran aporte a la hora de innovar con nuevos productos. El mousse de maracuyá es su creación y ha sido muy valorado por sus clientes.
Apoyo femenino
Su pareja, Laura Aravena, es fundamental en la comercialización de los productos y el soporte que Pedro necesita cuando la confianza flaquea. Junto con ello toma los pedidos y está a cargo de la caja. Ella vive desde hace seis años en Santo Domingo y conoce mucha gente, lo que ha sido un plus en la penetración del mercado. Sus hijos (Vicente, Salvador y Lucas) también han aportado mucho con sus conocimientos y trabajo cuando Pedro lo ha necesitado.
Su sobrina Ema (9 años) lo ayuda a volantear en la playa, su primo Felipe Cornejo es el encargado de los hornos y del montaje de pizzas y cuando viene su hermana Maite a visitarlo también se suma a las labores del negocio.
-¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
-La independencia, el poder desarrollar estrategias propias. Siempre trabajé en empresas ultra estructuradas que dejaban poco a la imaginación. En La Tarquinia, todo lo desarrollamos desde cero (promociones, publicidad, estrategia de precios, etc) y todo lo bueno o malo que suceda sabes que es por decisiones que toma uno. Eso genera mucho aprendizaje.
-¿Qué es lo más gratificante de tu emprendimiento?
-Saber que estás generando un negocio propio y el poder dar trabajo a gente que lo necesita es muy gratificante. He conocido mucha gente que quiere emprender y no lo hace por temores que lógicamente yo también tuve. Hoy el poder darles un empujoncito para que puedan lanzarse también sin duda es algo que llena el corazón.
Feliz en LA ZONA
Pedro es santiaguino pero cuando niño vivió en diferentes comunas del Litoral Central. Su madre es de El Tabo y él lleva más de 15 años jugando fútbol por el club deportivo de esa comuna.
Ya más grande volvió a Santiago por temas de estudios y las vueltas de la vida lo trajeron de nuevo a la Quinta Región. Pero esta vez a la localidad de Leyda, donde comenzó con su emprendimiento y donde vive hoy. "Una de nuestras pizzas lleva el nombre de Leyda para homenajear al pueblo donde vivo actualmente y es una de las pizzas que más se vende", cuenta con orgullo.
-¿Qué es lo que más te gusta de ese lugar?
-Me encanta la playa, la vida es más pausada en comparación a Santiago. Siempre soñé con vivir en la playa y poder desarrollar algún negocio propio. En Leyda se mezcla la vida de campo con la cercanía al mar, los paisajes son bellos con las colinas peinadas con parras, de las cuales se obtiene vinos que han sido premiados a nivel internacional.
-¿Cuáles son tus próximos desafíos?
-Poder consolidarnos con La Tarquinia, poder ofrecer oportunidades de trabajo para la gente de la comuna. Lo social siempre es algo que me ha movido por lo que me encantaría que La Tarquinia pueda otorgar alguna beca de estudio para niños y jóvenes de la comuna. Y en lo que concierne netamente a las pastas y pizzas, me gustaría entrar con los productos a negocios locales (almacenes, supermercados, restaurante, etc) y poder seguir creciendo en nuestro local, incorporando nuevas variedades de pastas y pizzas.
"Trabajé durante 15 años en la banca y si bien tuve buenos resultados, nunca fue algo que llenara mis expectativas, siempre quise tener algo propio",
Pedro Barbaglia
"El principal sello de las pizzas es lo livianas que son. Te comes media pizza y puedes salir a correr unos 10 kilómetros sin problemas",
Pedro Barbaglia
"He conocido mucha gente que quiere emprender y no lo hace por temores que lógicamente yo también tuve. Hoy el poder darles un empujoncito para que puedan lanzarse también sin duda es algo que llena el corazón".