Dos mujeres recapitulan los líos del Chile antiguo
La espesa matriz colonial chilena y el decisivo -aunque olvidado- papel de la mujer en la historia son temas que cruzan "Las infames", la más reciente novela de la escritora e historiadora Patricia Cerda.
Por Amelia Carvallo
La historiadora y escritora Patricia Cerda por estos días está en Chile, capeando el invierno europeo. Vive en Alemania desde 1986, cuando llegó a la Universidad Libre de Berlín a doctorarse.
Cuenta que la pandemia no ha significado grandes cambios en su vida. "El 2020 trabajé, como siempre, sola en mi departamento en Berlín hasta terminar esta novela. Claro que sintiendo las limitaciones. En la biblioteca de Instituto Iberoamericano, donde suelo ir una vez por semana, hay que inscribirse antes de ir. Se perdió la espontaneidad. También, la llegada a Chile fue complicada. Pero ahora estoy disfrutando una vida casi normal", puntualiza.
último siglo colonial
Sugerida por la autora, la portada de "Las infames" reproduce una evocadora pintura de 1828 del francés Edmond Bigot de la Touanne, "Puente de Santiago sobre el río Mapocho". "Ese cuadro del puente de Calicanto me encanta. Recoge muy bien la atmósfera de la Colonia y es coherente, además, porque su construcción es parte de la novela y una de las protagonistas vive de cerca las arbitrariedades del famoso corregidor Manuel de Zañartu", apunta Patricia.
Cuenta que "Las infames" es una especie de deuda, una novela que ella sentía que debía sobre la mujer en el siglo XVIII en el Reino de Chile. "Quise reflexionar sobre el carácter poscolonial de nuestra sociedad y sobre el papel que le ha cabido a las mujeres en la formación de nuestra cultura. Quise rescatarlas del no-lugar al que las habían relegado los tratados de historia".
-¿Cómo fue tomando cuerpo esta novela?
-La novela fue tomando cuerpo cuando aparecieron los personajes principales Mabel y Serena. Mabel es una mujer de la Colonia que conoce bien a la élite del Reino de Chile porque se crió con los Larraín, pero no proviene de esa familia. Es adoptada. En cuanto a su origen real, ni ella misma lo conoce. Es una mezcla de mezclas que heredó una biblioteca de la mujer que la adoptó. La otra protagonista, Serena, es una suerte de otro yo: una escritora que ha encontrado las notas autobiográficas de Mabel en una tienda de antigüedades. La novela es un contrapunto entre Mabel y Serena. Las dos van narrando la historia de nuestro siglo XVIII.
-¿Cómo surgió Mabel? ¿Cómo fuiste imaginándola?
-Te diría que ni yo misma sé cómo surgió Mabel. No me acuerdo exactamente cuándo apareció en el texto. Solo te puedo decir que desde ese momento la historia comenzó a fluir. Detrás de Mabel está la magia de la literatura, el personaje que busca a su autora. Yo solo la dejé ser. La dejé explayarse y contar su vida en un siglo en que era muy difícil ser mujer y de las castas, vale decir, no puramente española. Por haber heredado una biblioteca, Mabel representa a un grupo muy selecto de mujeres letradas en la Colonia. La escuela semi clandestina para mujeres que ella mantenía junto a Alaia está inspirada en un establecimiento similar en el que aprendió a leer Juana de Asbaje antes de convertirse en Sor Juana Inés de la Cruz.
-Sobre Serena y su caminar por Navarra, ¿cómo surgió la inclusión de este personaje anclado en este siglo XXI y de qué manera armaste esa voz que, asumo, tiene algo tuyo?
-Serena tiene mucho de mí. Incluso estuve tentada a ponerle mi nombre, pero no lo hice para darle más vida propia. Ese viaje que ella hace de Berlín a Aranaz, el pueblo de Navarra del que provienen los Larraín y los Errázuriz, lo hice el año 2018. Aranaz está descrito en la novela tal como yo lo percibí. Claro que también hay bastante ficción en las vivencias de Serena.
-Me gustaría que me comentaras esta frase de Mabel: "La única y verdadera nobleza es la que crea la naturaleza"
-Bueno, así es. Intuitivamente todos los sabemos. Las diferencias artificiales que crean las sociedades humanas nunca son tan grandes e insalvables como las diferencias que crea la naturaleza en su criatura humana, por ejemplo, entre los talentos de un Nicanor Parra y los del resto de la población. Para los griegos el carácter de una persona era su verdadero destino.
-También te refirieres a la maldición ignara, la maldición de la ignorancia, ¿es un término acuñado por alguien?
-Es una idea de Mabel para explicarse las prohibiciones y dificultades que imponía la Corona de España a la propagación del saber y de las ideas de la Ilustración en sus colonias. A ella atribuye las listas de libros prohibidos, el tiempo que tomó crear la Real Universidad de San Felipe en Santiago, la no existencia de escuelas para mujeres y muchas otras limitaciones que marcaron la vida colonial.
-En la novela, además, hay una reflexión sobre el peso colonial que persiste hasta el Chile actual, cuéntame sobre eso, ¿dónde y cómo lo detectas?
-Por cierto. Somos una sociedad poscolonial y reflexionamos muy poco sobre ello. "Las infames" pretende ser un aporte en este sentido. Nuestra élite tiene su origen en privilegios otorgados por la Corona de España hace varios siglos. La relación de la élite chilena actual con el resto de la población: su encapsulamiento, su desinterés, menosprecio y desconocimiento del país en que viven, tiene raíces históricas mucho más profundas de lo que suponemos. Es un problema cultural y una herencia de la Colonia.
"Las infames"
"Patricia Cerda Editorial Planeta 320 páginas $15.900