Canelones sin complicaciones

Si hablamos de pastas hay que reconocer que cuando son rellenas se transforman en preparaciones simplemente deliciosas. No es que las otras pastas sean malas, pero con relleno la cosa sube por lo menos un escalón más. Pienso en ravioles, tortellinis, agonolottis, capelettis, panzottis , canelones y más. Y obviamente pienso en variados rellenos como ricota y acelga, ragú de cordero, alcachofas, conejo, sesos, mollejas y más. Mucho más. En fin, la pasta rellena más que un mundo es un universo de combinaciones y posibilidades en la cocina.

Sin embargo, tiene un gran problema. Si se prepara en casa, desde cero, termina siendo un cacho. Y un gran cacho, porque la pega es doble. Por un lado hay que hacer la masa y por otro el relleno, que en algunos casos da bastante trabajo. Como si esto fuese poco, el momento de rellenar la pasta, una a una, no es sencillo y requiere -más que dotes culinarios- ciertas habilidades manuales para no terminar arruinándolo todo.

¿Qué hacer entonces? Primero, ser práctico y aprovechar de pedir pasta rellena cuando se sale a comer a algún restaurante. Entonces, la segunda opción sería remitirse a comer otro tipo de preparaciones en base a pasta más simples cuando estemos en casa o directamente comprar pasta rellena ya elaborada para cocinarla en el hogar. Sin embargo, en el caso de los canelones se puede hacer una pequeña trampa. Esta consiste en reemplazar la masa de estos rollos por masa de panqueques. Y si éstas se compran ya listas, lo cierto es que una receta de canelones rellenos con lo que sea baja considerablemente su complejidad en cuanto a tiempo y dificultad. Y de muestra un botón, la receta de hoy.

Ingredientes

(Para cuatro personas)

-8 masas para panqueques

-2 prietas

-2 manzanas verdes peladas y cortadas en cubitos

-1 cebolla cortada en cubitos

-2 tazas de crema espesa

-200 g de queso para rallar

-sal

-pimienta,

-nuez moscada

-aceite de oliva

-hojas de menta

Desarmar las prietas, deshacerse de su tripa y saltear su relleno en un sartén con un poco de aceite de oliva junto a la cebolla y las manzanas. Una vez que todo esté integrado (y apenas dorado), retirar del fuego y reservar. Una vez que la mezcla baje de temperatura rellenar cada panqueque y enrollarlos.

A continuación pintar una fuente para horno con aceite de oliva y después agregarle media taza de crema. Condimentar con una pizca de nuez moscada y poner encima los panqueques. Agregar encima un chorro de aceite de oliva más sal y pimienta. Luego, verter la crema restante procurando que penetre por los bordes hasta el fondo de la fuente. Aliñar otra vez con una pizca de nuez moscada y luego cubrir con el queso rallado. Agregar un poco más de aceite de oliva y llevar al horno medio por media hora o hasta que esté todo bien dorado. Finalmente sacar con cuidado y servir dos panqueques por plato. Decorar con hojas de menta, pizca de pimienta y chorrito de aceite de oliva.

Canelones de panqueques rellenos con prieta y manzana verde

por álvaro peralta / @dontinto

La aplicación de Instagram permite establecer un límite de uso diario que, al ser alcanzado por un usuario, le muestra una notificación para recomendarle que cierre la aplicación. Este límite se puede establecer en varias horas (tres, dos o una) o minutos (45, 30 o 15). Sin embargo, la última actualización de la app eliminó las opciones inferiores a 30 minutos, a fin de que los usuarios que hayan activado la función "tomarse un respiro" no reciban múltiples notificaciones.

La función "tomarse un respiro" insta a los usuarios a descansar de la red social. Para ello, muestra un recordatorio con el intervalo de tiempo que el usuario haya seleccionado, que puede ser de 30, 20 o 10 minutos.

EFE

La estadounidense Lorna Goldstrand Klefsaas, preocupada por los efectos que el abuso de internet tiene entre los menores, prometió a su hijo cuando cumplió 12 años que lo recompensaría con 1.800 dólares (1,4 millones de pesos) cuando llegara a los 18 si permanecía todo ese tiempo alejado de las redes sociales.

Y su hijo, Sivert Klefsaas, cumplió el compromiso. "Pensé que era increíble", dijo a la cadena CNN después de que el pasado 19 de febrero reclamara a su madre el premio prometido.

Lorna Goldstrand se inspiró en un desafío que escuchó en la radio llamado "16 por 16", donde una madre le dio a su hija 1.600 dólares cuando cumplió 16 años si se mantenía lejos de las redes sociales, explicó a la cadena estadounidense. Pero ella decidió subir la apuesta a dos años más y añadir otros 200 dólares.

Su hijo explicó que no le resultó demasiado difícil vivir sin las redes sociales y que no pensó mucho en eso durante los seis años que duró el reto de su madre. De hecho la única aplicación que tenía antes de la apuesta era Snapchat, la que eliminó un día después de probarla.

"No puedo decir que hubo algún momento en el que pensé que estaba a punto de romper" la promesa, dijo a CNN. "A medida que avanzaba (el reto), ya era más una cuestión de orgullo (cumplirlo)", agregó.

Y además contaba con sus amigos para mantenerse al día sobre las últimas tendencias o las informaciones que primaban en las diferentes redes.

Su madre dijo además que nunca tuvo la necesidad de comprobar si su hijo se había descargado alguna aplicación de forma furtiva: "Es tan competitivo" que para él fue más importante demostrar que podía cumplir el reto y lograr tener tiempo extra para concentrarse en sus estudios y en la práctica del deporte.

Ahora, con sus 1.800 dólares, Sivert dijo que no ha pensado aún qué se comprará (cuando tenía 12 años bromeaba con poder adquirir una casa), pero probablemente será algún accesorio para su dormitorio en la Universidad de Northwestern St. Paul, en Minesota, a la que asistirá el próximo otoño.

Ya tomó la decisión además realizar su primera incursión en las populares redes sociales: se creó un perfil en Instagram.

Sivert es el menor de cuatro hijos, y sus tres hermanas mayores usaron las redes sociales mientras crecían. La madre explicó que hubo ocasiones en las que sintió que sus hijas "se enfrascaban demasiado" en esas aplicaciones.

Lorna Goldstrand sintió que las redes "estaban afectando su estado de ánimo, sus amistades" y, tras la experiencia, decidió probar con el más pequeño esta nueva experiencia.