Juan Olivares Meza

Las filas se extienden a lo largo y ancho del patio del colegio y los ojitos que asoman detrás de las mascarillas iluminan el momento con vistosos moños bien peinados y brillantes zapatos negros en el primer día de clases del grupo de Enseñanza Básica del Colegio Fénix en la parte alta de Barrancas, en San Antonio.

Luego de dos años de receso, las clases volvieron de manera presencial para los 620 estudiantes del Fénix, donde se repitió la insólita situación de algunos estudiantes que dejaron las salas en sexto básico para entrar ahora a primero medio, o los que salieron de octavo y volvieron a tercero medio.

Ocurre que esta semana se terminó la pandemia, al menos por ahora, para los estudiantes que volvieron al bullicio del recreo, a las salas de clases, a verse a las caras con mascarillas de sus compañeros, a tener a sus profesores a un paso de distancia.

¿Cómo ha sido esta experiencia? Silvia Miranda es la directora del Colegio Fénix, que cumple 19 años desde su fundación, y que es uno de los 395 establecimientos educacionales de la provincia de San Antonio que retomó las clases presenciales.

"Felicito a los padres por enviar a sus hijos de manera presencial porque nada reemplaza la educación en la sala de clases. Estos dos años de pandemia fueron de mucho aprendizaje, creo que fueron dos años en que estuvimos sometidos a pruebas constantes de adaptación en todos los sentidos, estando solos en nuestras casas, aislados del resto de la comunidad y buscando encontrar algún vínculo de comunicación que en este caso fue online, lo que nos obligó a tener las habilidades tecnológicas del siglo XXI. Eso significó un trabajo muy fuerte y de mucha voluntad de la comunidad escolar que supo adaptarse a esta forma de enseñanza tan difícil que se nos dio", es lo primero que dice la directora del Fénix.

Conectados

A su juicio, en estos dos años hubo distintos escenarios. "El primero fue 'no tenemos clases presenciales', en marzo del año 2020 y ahí nos planteamos ¿qué hacemos? Entonces empezaron los equipos a buscar alternativas para qué plataformas usar, que vínculos utilizar y armar los tutoriales, para eso el desafío más importante era que todos los niños tuvieran la oportunidad de estudiar sin dejar a nadie afuera", asegura.

Para lograrlo, cuenta, "sacamos todos los equipos de las salas de computación y llamamos a nuestra comunidad para que los apoderados nos informaran quienes no tenían medios para conectarse, y desmantelamos las dos salas de computación, recogimos todas las tablets de la red y además contratamos tarjetas simcard que les dio conectividad y con eso cubrimos a nuestros alumnos, apoderados y profesores, lo que fue un tremendo logro".

La directora explica que "para poder armar todo esto hicimos un equipo especial de personas que trabajan en el colegio que hicieron un seguimiento de la asistencia online. Hubo todo un trabajo para lograr que los niños se conectaran todos los días y aquí más importante que la evaluación fue tener a los alumnos en clase en medio de la pandemia".

Clases híbridas

Luego, la profesora Silvia Miranda agrega que "el segundo escenario se dio el año 2021 con las clases híbridas, con un grupo de estudiantes de manera presencial y otro grupo online. Para eso también tuvimos que equipar las salas con cámaras que seguían al profesor, micrófonos, tuvimos que cambiar las cortinas para oscurecer las salas, todo lo que se pueda imaginar, de tal forma que los alumnos que estaban en la sala y los que estaban en sus casas tuvieran la misma calidad de educación. Lo que más me importaba es que no hubieran alumnos con mejor acceso que otros, esto tenía que ser equitativo y creo que lo logramos porque el resultado final nos tiene bastante satisfechos".

-¿Cuál fue el cambio más notorio que vio en los estudiantes de su colegio?

-El encierro motivó una introspección en los jóvenes, en búsqueda de su propia identidad y muchos se cuestionaron muchas cosas, como, por ejemplo, su identidad de género. Detectamos eso, por lo que durante el 2021 nos capacitamos con una organización especial que se llama "Todo Mejora", para saber cómo generar un colegio inclusivo, absolutamente inclusivo. Entonces cuando vi a los alumnos los vi totalmente cambiados y me siento totalmente orgullosa de su capacidad de expresar libremente sus sentimientos, en forma evidente sus orientaciones, sus deseos, su filosofía y la reflexión fue decirles que estamos abiertos a todo lo que están viviendo.

"Felicito a los padres por enviar a sus hijos de manera presencial porque nada reemplaza la educación en la sala de clases",

Silvia Miranda,, directora Colegio Fénix