Estudio revela baja incidencia humana en ecosistema antártico
Investigación liderada por la doctora Céline Lavergne examinó, con observación de macroalgas, cuánto ha sido el impacto de los metales que generan actividades como el tráfico marítimo militar y turístico.
"Este estudio mejoró en un 91% el conocimiento general sobre la acumulación de metales en macroalgas de la Antártica",
Céline Lavergne, Centro de Estudios Avanzados y HUB Ambiental Upla
Investigación se hizo con biomonitoreo en algas marinas de tamaño macroscópico.
Con la evidencia de que la actividad humana es el principal motor del Cambio Climático, la comunidad científica se ha centrado en investigar cómo afecta nuestra presencia y cuál es el nivel de impacto que hemos tenido en los distintos ecosistemas. En la misma línea, la especialista en ecología microbiana, doctora Céline Lavergne, del Centro de Estudios Avanzados y del HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha (Upla), junto a expertos de universidades chilenas y extranjeras, se abocaron a explorar la situación de la Antártica.
En específico, los científicos se dedicaron a comprobar si acaso procesos globales, tales como el transporte atmosférico de contaminantes, actividades locales relacionadas con bases de investigación científica, tráfico marítimo militar y turístico; causan daños constatables en el ecosistema polar.
A través de biomonitoreo -una técnica de medición de sustancias químicas- en algas marinas de tamaño macroscópico, se logró realizar el diagnóstico más completo realizado hasta para estudiar metales ambientales en el Continente Blanco.
En el estudio participaron investigadores de las universidades de Playa Ancha, Valparaíso, Austral de Chile, La Rochelle de Francia, y Laval de Quebec, Canadá. Liderados por la doctora Lavergne, los científicos observaron 13 especies de macroalgas pardas, verdes y rojas ubicadas en la Isla Rey Jorge y la Península Antártica, ambos sitios con alto tráfico y presencia de humanos durante todo el año.
Los hallazgos marcaron un hito, ya que por primera vez se realizaron informes sobre especies como Sarcopeltis antarctica y Plocamium cartilagineum. Además, "este estudio mejoró en un 91% el conocimiento general sobre la acumulación de metales en macroalgas de la Antártica", planteó la experta a cargo.
Según explicó la doctora Céline Lavergne, finalmente se logró demostrar que en las especies revisadas, en comparación con aquellas presentes en zonas prístinas, no tenían mayor acumulación de metales. "Estos hallazgos sugieren que la influencia humana de metales de corto y largo alcance en los ecosistemas costeros antárticos aún permanece bastante baja", declaró la científica.
En total, se analizaron ocho metales de los tejidos de las macroalgas pertenecientes a distintos linajes y ubicaciones. Si bien se registró la presencia de elementos químicos como mercurio, aluminio, fierro y cromo, los niveles detectados fueron inferiores a los que se registran en áreas costeras que sí catalogan como contaminadas.
BIOMONITOREO
Otro de los avances que destacó Lavergne fue el descubrimiento de las macroalgas verdes como organismos confiables para el biomonitoreo de metales. Gracias a esto, será posible mejorar los protocolos de diagnóstico ambiental en ecosistemas con latitudes extremas.
Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista científica Environmental Pollution, logrando ser un relevante aporte para futuras indagaciones sobre contaminación e incidencia humana en zonas polares.
Pese a que en la región ártica hay iniciativas de biomonitoreo, la doctora Céline Lavergne enfatizó en que para la Antártica estos no han sido incluidos dentro de los programas de políticas públicas. Por lo mismo, estos hallazgos serán de referencia, y según la experta, podrían "ser eventualmente parte del Tratado Antártico, que apunta a la creación de la primera Área Marina Protegida en la península Antártica".
UPLA