Bolivia: el conflicto por Silala se puede resolver en conjunto
Ayer comenzaron los alegatos del país vecino, que seguirán hoy.
Redacción
El juicio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) entre Chile y Bolivia por las aguas transfronterizas del Silala vivió ayer su segunda jornada de alegatos orales, en los que el representante de Bolivia Roberto Calzadilla se preguntó delante de los jueces "si hay alguna controversia legal genuina" que deba ser resuelta por el alto tribunal de la ONU o si, por el contrario, las diferencias "son de tal naturaleza que podrían ser resueltas por estudios conjuntos".
Chile considera que el Silala es un río internacional que debe ser compartido, por lo que tiene derecho al uso "razonable y equitativo" de sus aguas; mientras Bolivia sostiene que las aguas proceden originalmente de manantiales nacidos en su territorio y que fueron desviados artificialmente hacia la frontera en la primera mitad del siglo pasado durante la construcción de la vía férrea que une Antofagasta con el país altiplánico.
El viernes fue el turno de nuestro país de exponer sus argumentos para respaldar su postura, mientras que esta jornada, cerca de las 9 de la mañana hora chilena, ocho abogados y tres peritos científicos internacionales entregaron sus alegatos por la parte boliviana.
El abogado Gabriel Eckstein planteó que "al contrario de lo que sostiene Chile, el Silala no puede ser descrito puramente como un curso de agua internacional natural. El Silala es en la actualidad, y lo ha sido durante casi 100 años, un curso de agua internacional singular con caudales superficiales aumentados artificialmente".
Sin controversia
Y en su intervención Calzadilla aseguró que "cabe preguntarse si, salvo alguna aclaración que deba dar Chile, todavía hay alguna controversia legal genuina en relación con el caso presentado por Chile el 2016 que pudiera ser resuelta por esta Corte, o si, por el contrario, los restantes puntos de desacuerdo entre las partes son de tal naturaleza que se podrían resolver mejor a través de estudios técnicos conjuntos y de negociaciones diplomáticas entre las partes".
Tras un siglo sin grandes fricciones, a finales de 1990 Bolivia acusó a Chile de utilizar indebidamente las aguas del río y amenazó con desviar su cauce. Para dirimir la disputa, el Gobierno de Michelle Bachelet decidió acudir a La Haya en 2016.