Luis Sepúlveda fue despedido con homenaje en el Memorial a las Víctimas de la Dictadura
El infatigable defensor de los derechos humanos se fue con el "Canto a la pampa" de Quilapayún, "La internacional" y todo el cariño y respeto de su familia y compañeros de lucha política.
La calma de su voz nunca le quitó fuerza a la convicción de las profundas ideas que siempre defendió y manifestó con respeto. Las huellas de la tortura y la prisión política nunca amilanaron su lucha en búsqueda de justicia, verdad y reparación.
Luis Alberto Sepúlveda Carvajal, fallecido el domingo a los 85 años de edad en su casa de la población Canteras de San Antonio, fue un luchador esencial en la defensa de los derechos humanos, un hombre de honor, un indispensable que le hará mucha falta a este pueblo en su necesidad de conservación de la memoria.
Tras ser velado en su domicilio, ayer el cortejo enfiló rumbo a la avenida Barros Luco, frente al Memorial de las Víctimas de la Dictadura, donde se reunieron unas 50 personas que llegaron a despedir a quien fuera por años presidente de la Comisión de Derechos Humanos y que como tal lideró el levantamiento del monumento que se usó como escenario para despedirlo.
Hasta ahí arribaron su viuda, Sonia de la Cruz Cornejo y los hijos Luis y Patricia. Esta última fue quien tomó la palabra para agradecer a los presentes a nombre de la familia.
"Quiero darles las gracias porque en esta despedida estamos cumpliendo todos sus deseos, ya que él quiso ser velado en su casa, junto a los suyos, su familia y los vecinos donde hicimos un responso hermosísimo, pero también había pedido que lo despidiéramos acá en este memorial que es su obra y por eso estamos aquí", contó Patricia, su hija.
"Dentro de sus peticiones, además de cantarle "La internacional" (himno del partido Comunista) alguna vez le pidió a Carlitos Fonseca que le cantara el "Canto a la pampa" y para cumplir esa voluntad de mi padre hemos llegado aquí donde ustedes nos han recibido con tanto cariño, demostrando la enorme huella que dejó nuestro padre", añadió en medio del acto.
Canción del adiós
Luego, como estaba previsto, el cantor popular sanantonino Carlos Fonseca, guitarra en mano, entonó el "Canto a la pampa" que había sido repartido entre los presentes para cantarle al compañero Luis Sepúlveda Carvajal en el último adiós.
A nombre del Comité de Derechos Humanos y Ex Presos Políticos de San Antonio, habló el dirigente Luis Barrera, quien reconoció en Luis Sepúlveda "una tremenda labor que desarrolló en defensa de los derechos humanos, tarea que cumplió con lealtad a su pueblo, valentía y lucidez. Su pensamiento se expresa en sus dichos: 'no es posible dar salud y conocimiento a un pueblo que se alimenta mal y que trabaja en medio de la explotación'. Con este ejemplo tenemos que ser lo suficientemente fuertes y serenos para abrir el camino hacia una vida distinta y mejor".
Luchas del pueblo
En sus palabras Luis Barrera dijo también que "Luis Sepúlveda ingresó a la historia no por su muerte, sino por su vida dedicada a las luchas del pueblo y esa es la marca indeleble que deja al país y a su pueblo que tanto amó. Con su muerte se pierde un luchador, pero de ninguna manera es un fantasma agobiado, porque nuestro compañero es más bien la bandera de un combate que sigue vivo. Hoy sus ideas están más vivas que nunca en las nuevas generaciones, la figura del compañero Sepúlveda se encuentra ya instalada en el corazón de su pueblo".
El exportuario, exconcejal e incansable luchador social Rubén Meza afirmó que "ha sido un acto simbólico muy sentido de despedida para un hombre que nos deja un gran legado de lucha y consecuencia en la búsqueda de los cambios reales que necesita nuestro país. Luis Sepúlveda fue un ejemplo para muchos de nosotros. Desde este monumento por el que trabajó tanto, de manera ardua y sacrificada, hoy le despedimos con tristeza, sabiendo que fue él quien consiguió que se esculpieran en esta piedra los nombres de las personas que fueron víctimas de los calabozos tenebrosos de lo que fue el campo de exterminio de Tejas Verdes".
Y entre cantos populares, señales de respeto y palabras de aliento para su familia, el féretro enfiló rumbo al cementerio Parroquial de San Antonio donde el dirigente social fue finalmente despedido.
La calma de su voz nunca le quitó fuerza a la convicción de las profundas ideas que siempre defendió y manifestó con respeto. Las huellas de la tortura y la prisión política nunca amilanaron su lucha en búsqueda de justicia, verdad y reparación.
Luis Alberto Sepúlveda Carvajal se inscribió con valentía, dignidad y consecuencia en la historia de lucha por la defensa de los derechos humanos de San Antonio.
"Quiero darles las gracias porque en esta despedida estamos cumpliendo todos sus deseos",
Patricia Sepúlveda,, hija