Lo cardiovascular es clave para prevenir demencias
Un 45% de las enfermedades de este tipo podrían evitarse si los chilenos se cuidaran de la diabetes, obesidad e hipertensión.
N.E.
Un 45% de las demencias que se desarrollen en los próximos 20 años podrían prevenirse controlando nueve factores de riesgo. Así lo dice un estudio que analizó datos de 3.300 chilenos de 45 a 80 años.
La escolaridad, hipertensión, índice de masa corporal (IMC), nivel de actividad física, de consumo de alcohol y de tabaco, además de la presencia o ausencia de diabetes, de síntomas depresivos y de queja auditiva serían las mayores claves en el desarrollo de demencias. Pero, según el nuevo trabajo de la Universidad de Chile, publicado en Alzheimer's & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring, en Chile las más relevantes son las que están ligadas a la salud cardiovascular.
"Los factores de riesgo cardiovascular -obesidad, diabetes e hipertensión-, aquellos que elevan el riesgo de tener enfermedad al corazón o al cerebro, son mucho más altos en Chile que en otros países. La pérdida auditiva, en cambio, siendo también importante, apareció a un nivel similar a lo que pasa en el extranjero", dijo la dra. Carolina Delgado, autora principal del estudio y académica del Hospital Clínico de la U. de Chile.
"Vemos que una cantidad importante de los factores son eventualmente prevenibles, por lo cual estos resultados pueden ser un insumo para estrategias a nivel de políticas públicas", añadió la dra. Andrea Slachevsky, del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la casa de estudios.
Factores de riesgo
Según el Plan Nacional de Demencia de 2017, 200 mil personas en el país viven con esta enfermedad, y las proyecciones apuntan a que, en 2050, más de 530 mil la tendrán.
Aunque la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar demencia, no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Además, la demencia temprana (con síntomas antes de los 65 años), representa un 5% de los casos.
Para Slachevsky, si bien el país está atrás en estrategias de prevención y su incidencia en factores como obesidad y condiciones relacionadas no es muy alentador, aún hay un margen de acción para reducir la tasa de personas afectadas en los próximos 20 años.
"Una de las conclusiones importantes es que muchas de las causas se pueden modificar. En este sentido, una medida relativamente sencilla, que ha tenido buenos resultados en otros países, es la actividad física. Lo que esos estudios demuestran es que nunca es demasiado tarde, pero mientras antes prevengamos, mejor", destacó la académica.
"Lo mismo pasa con aspectos como los diagnósticos tempranos para, por ejemplo, la hipertensión. Necesitamos buenos diagnósticos, pero también mejorar en estilos de vida. Es algo que debemos mirar para promover mejores estrategias. Sin embargo, la evidencia es clara en que no se trata de que las personas individualmente lo hagan, sino que tiene que haber un respaldo fuerte desde las políticas públicas", añadió.