Familia de una toma logró reconstruir su casa arrasada por ráfagas de viento
A fines de junio un temporal golpeó San Antonio con vientos de hasta 90 kilómetros por hora, destruyendo varias casas, una de ellas la de Berta Bravo, quien gracias a sus vecinos salió adelante.
El fuerte viento de la madrugada del jueves 23 de junio pasado se llevó de cuajo las estructuras de los techos de cuatro casas de material ligero en el campamento Villa Las Loicas, ubicado en el cerro Bellavista, dejando a unas 20 personas damnificadas como consecuencia de un temporal que en San Antonio se manifestó con intensas precipitaciones y rachas de viento de casi 90 kilómetros por hora.
Una de las viviendas más dañadas fue la casa de Berta Bravo Rocco (60) que a dos meses de la verdadera noche de terror que le tocó vivir logró restaurar su vivienda, básicamente, gracias a la solidaridad de sus vecinos.
Aquella madrugada en el pasaje Las Golondrinas del campamento, recordó Berta, "estábamos en la casa durmiendo con mi marido Juan Carlos (50) y mi hija Millaray (20) cuando de repente empecé a sentir que el viento y la lluvia se hacían cada vez más intensos. Como teníamos un cuarto en el patio, yo pensé que eran las latas de ese techo las que se estaban desclavando con el temporal, pero de repente vi cómo se levantó todo el techo de la casa y empezó a llover sobre la cama".
Se nota en el relato de esta mujer que aquella traumática experiencia todavía le afecta. Las pausas y las inflexiones de su voz, delatan el temor que Berta sintió por ella y los suyos aquella tempestuosa noche de invierno.
Destrucción
"Me levanté rápido y fui a ver a mi hija, porque sé que ella sin sus lentes no ve nada, así que le pasé algo para que se tapara y saliera de la cama porque encima de ella habían caído algunos palos de los que afirmaban el techo. Mi marido, que es enfermo crónico, también estaba como desconcertado con todo lo que estaba pasando, así que también le busqué ropa para que se cubriera y tratamos de tapar algunas cosas pero ya no se podía hacer nada porque la lluvia mojaba todo. Nos refugiamos en la parte del baño, que fue lo único que quedó, y cuando pudimos salir nos fuimos a la casa de unos familiares para pasar la noche"; recordó.
A la mañana siguiente la angustia fue todavía más grande cuando Berta Bravo vio como todos sus enseres, su ropa, máquinas de coser y sus artefactos sucumbieron ante la lluvia implacable.
Sobre ese día la sanantonina contó que "fue muy duro ver nuestra casa destruida porque yo he vivido toda la vida en San Antonio y muchas veces vi cuando las lluvias botaban los árboles o pasaban cosas así, pero a mi nunca me había pasado. Todo estaba mojado, la tele cuando la levantamos chorreaba agua, a pesar que la habíamos tapado; el computador de mi hija quedó inutilizable porque cuando cayeron los palos de arriba lo quebraron y así todas las cosas, los colchones, la ropa, todas nuestras cosas".
La esperanza
Pero tan duro como fue el golpe, fue el cariño y la solidaridad que la familia de Berta sintió desde el momento en que su casa fue arrasada por el temporal.
"Nos llegó ayuda de la Municipalidad de Cartagena y de los vecinos que se organizaron para ayudarnos a reconstruir. Fue algo muy bonito lo que ha pasado desde que nos pasó esto porque no sabíamos lo mucho que nos quieren nuestros vecinos que se han portado de manera maravillosa con nosotros, apoyándonos, ayudando a reconstruir, gestionando la ayuda que nos ha llegado y que ha sido muy valiosa para salir adelante. De verdad no tenemos cómo pagarles todo lo que han hecho por nosotros porque sin esa ayuda todo habría sido mucho más difícil", dice la señora Berta con un tono de emoción en cada una de sus palabras.
Y si bien la casa todavía no está completamente reconstruida, esta madre de familia dice que "con todo lo que nos apoyaron estamos más que pagados. Yo sé que por ahí se están organizando porque nos quieren poner todo el techo, y que la casita no está forrada todavía, pero de verdad siento que mis vecinos nos han ayudado mucho. Incluso personas que han venido de otras partes han colaborado y sentir ese apoyo, recibir ese cariño ha sido lo más bonito que nos pudo pasar, después de algo tan malo como fue perder nuestras cosas y nuestra casa".
"Nos refugiamos en la parte del baño, que fue lo único que quedó, y cuando pudimos salir nos fuimos a la casa de unos familiares para pasar la noche",
Berta Bravo.