A 20 años del asesinato del niño Juan Miranda Soto: uno de los crímenes más crueles de la historia local
En esta entrevista repasamos con Cecilia Soto, la madre del menor, algunos de los capítulos de este homicidio que estremeció a San Antonio y al país.
Esta historia nos duele a todos.
La mañana del jueves 26 de septiembre de 2002, el niño Juan Antonio Miranda Soto, de 12 años, salió caminando desde su casa en la calle Portales de Llolleo -a pasos del puente Llollito- rumbo al colegio María König, en el sector de Cristo Rey, pero nunca llegó a clases.
Según consta en la investigación policial del caso, esa misma mañana el niño fue secuestrado y asesinado a puñaladas, entre el 26 de septiembre y el sábado 5 de octubre, día en que su cuerpo fue encontrado en un bosque frente al vertedero del cerro Bellavista, en San Antonio.
Impactante drama
Estos hechos marcaron lo que fue una de las historias policiales más impactantes de las últimas décadas cuando en diciembre de ese mismo año el propio padre de Juanito, Patricio Miranda Sáez, fue arrestado por su responsabilidad en la muerte del menor.
De ahí en adelante, durante casi diez años, este caso mantuvo la atención de San Antonio y el país, por los giros de la investigación, la falta de pruebas y las coartadas de los sospechosos que finalmente fueron condenados tras una compleja investigación liderada por un equipo especial de la Brigada de Homicidios Metropolitana a cargo del entonces comisario Erwin Rojas.
De hecho, los dos condenados por este alevoso crimen, Patricio Miranda y su esposa Nevenka Beltrán, fueron capturados cuando asediados por la investigación, intentaban escapar de Chile rumbo a Argentina a través del paso Los Libertadores.
A 20 años exactos del día en que Juanito Miranda desapareció mientras iba rumbo al colegio, conversamos con su madre, María Cecilia Soto Riquelme, la mujer cuya lucha incansable fue clave para que los responsables fueran condenados.
"Se me vienen todos los recuerdos y es muy raro porque ya han pasado 20 años, pero para mí es como si todo hubiera pasado hace muy poco tiempo. Me da pena, porque me lo imagino cómo estaría ahora si estuviera conmigo y me consuelo pensando que donde quiera que esté, él está bien y nosotros nunca dejaremos de recordarlo. Aunque no está con nosotros físicamente, espiritualmente está siempre", es lo primero que dice Cecilia Soto al repasar estas dos décadas de sufrimiento y dolor.
Y sobre lo mismo agrega que "es increíble porque siempre hay gente que se acuerda, me encuentro en la calle con exapoderadas del colegio, y jóvenes que eran sus compañeros me dicen 'tía se acuerda cuando andábamos buscando a Juanito, pensando que lo íbamos a encontrar'. Para mí es doloroso ver a sus amigos que ya son todos hombres, padres, con sus familias formadas y me pasa que me gusta ver a esos chicos porque me imagino que él estaría en esas mismas circunstancias".
-Como madre usted dio una lucha de más de diez años para conseguir justicia por la muerte de Juanito. Pasaron muchas cosas antes de conseguir una condena y esa lucha fue clave para castigar a los responsables.
-Lo que pasa es que si no daba esa lucha todo habría quedado ahí, como ellos querían que se quedara todo "guardadito". Pero del momento en que yo encontré a mi hijo y en las condiciones que lo encontré, me prometí que iba a hacer justicia. Por eso nunca dejé de dar esa pelea, y me costó mucho, fue muy difícil, fueron años de luchar por justicia y en ese tiempo tuve ayuda de mucha gente que nos permitió salir adelante. No fue la justicia que obviamente yo esperaba, que en la familia esperábamos, pero existe una "justicia divina" que, llegado su momento, cobra.
-De hecho, usted tuvo que hablar hasta con el Presidente de la República, que en esos años era Ricardo Lagos...
-Es verdad. Siempre me acuerdo de esa instancia. Fue tan loco todo lo que pasó con eso porque me enteré que venía el Presidente Lagos a inaugurar unas instalaciones detrás del cementerio (el colector de Aguas Servidas) Parroquial y fui a meterme porque quería hablar con él y los guardias me querían echar, sus escoltas me querían sacar, pero finalmente se logró porque me llevaron en un auto hasta el estadio Municipal donde estaba el helicóptero que se lo llevaba. Entramos al estadio y antes que el Presidente se fuera logré hablar con él. Ahí le conté en pocos minutos todo lo que había pasado y después de escucharme hizo los contactos para que me recibieran en la Corte (de Apelaciones de Valparaíso) al otro día y después de eso designaron esa brigada especializada que vino de Santiago a resolver el caso.
Condenas
Pese a que el Segundo Juzgado del Crimen de San Antonio condenó al padre de Juanito, Patricio Miranda, a la pena de cadena perpetua simple como inductor del crimen, y a su pareja Nevenka Beltrán a 10 años de cárcel, la Corte de Apelaciones de Valparaíso revirtió ese dictamen en agosto de 2009. De esta manera se condenó a Patricio Miranda a 10 años y un día de presidio y a Nevenka Beltrán Mira como cómplice a ocho años.
A las 3 de la madrugada del domingo 31 de enero de 2010 el cuerpo de Patricio Miranda Sáez fue encontrado muerto en una celda de la cárcel de San Antonio. Antes de suicidarse, parricida escribió tres cartas cuyo contenido nunca llegó a conocerse.
-Hubo dos personas que fueron condenadas, Patricio Miranda Sáez, que se quitó la vida en la cárcel y Nevenka Beltrán Mira, que actualmente está en libertad porque ya cumplió su condena. ¿Qué piensa de lo que ocurrió con ellos, en términos de las sanciones que les impuso la justicia?
-No era lo que yo esperaba, pero estamos en Chile y la justicia chilena funciona de esta manera y la verdad es que yo siempre he dicho que la misma vida se encarga de cobrar las cosas que uno hace, así que yo se lo dejo todo a Dios nomás. Que ella ande por la calle no me preocupa porque sé que es una persona que no puede andar tranquilamente en ninguna parte, porque donde vaya siempre habrá alguien que la apunte con el dedo, en cambio yo puedo caminar libremente y con la frente en alto con la dignidad intacta.
-Hay una figura clave en el caso de Juanito Mirando, como fue el fallecido abogado Pedro Piña. ¿Qué significó don Pedro en esa búsqueda de justicia?
-El mejor. Yo siempre, siempre me acuerdo con agradecimiento y cariño de don Pedro, porque si no hubiera sido por él que luchó tanto, alguna vez enfermo y todo iba a la Corte a defender la causa. Toda mi vida voy a estar agradecida, siempre lo recuerdo, siempre lo voy a recordar, toda mi vida voy a estar en deuda con él, con su generosidad, con el cariño que nos defendió. Fue un gran hombre y nunca pensé que de una persona que yo no conocía iba a recibir tanto y de manera tan desinteresada, porque Pedro Piña fue clave para que pudiéramos tener algo de justicia. Él se la jugó, nunca me dejó sola, siempre me acompañó, defendió a mi hijo hasta el final y como mamá nunca podré pagar todo lo que ese hombre tan bueno hizo por nosotros. Fue el ángel que Dios nos puso en el camino.
-Nos conocimos hace 20 años, el día 26 de septiembre cuando usted estaba buscando a su hijo que se había perdido esa misma mañana. ¿Qué le nace decir ahora, transcurridos todos estos años?
-Es verdad que ha pasado tanto tiempo y lo único que me nace decir son palabras de agradecimientos para toda la gente que estuvo apoyándonos en nuestra búsqueda de justicia, el cariño que nos dieron las personas de San Antonio y que nos permitió seguir adelante. La vida sigue, mi hijo va a estar siempre conmigo, tengo más hijos, una familia y yo sigo adelante por ellos, tengo que estar ahí, tengo que ser fuerte y mantenerme firme y de pie como el primer día, porque la vida sigue y mi "chancho" va estar siempre conmigo, como ha estado siempre.
-Y con esa convicción, con ese amor de mamá. ¿Qué le diría a Juanito hoy día?
-Que es mi tesoro, mi primer hijo y para mí fue un honor que él me eligiera como su mamá. Fueron muy pocos años, pero fue la bendición más grande que él me haya elegido para que yo fuera su madre…
Y la voz de Cecilia se quiebra bajo el mismo cielo azul de la primavera que hace veinte años le arrebató a su hijo en manos de personas que causaron tanto dolor.
Porque esta es una historia que nos duele a todos. Le duele a la madre incólume, le duele a las almas asesinas y le duele a este pueblo que fue testigo de unos de los casos policiales más impactantes de las últimas décadas.
Lo más triste es que Juanito Miranda Soto nos seguirá doliendo para siempre, como duele la lápida del niño que marca el 5 de octubre de 2002 como el día de su muerte ya que no fue posible establecer en qué momento a partir del 26 de septiembre fue asesinado y por lo tanto su familia decidió poner la fecha en que su cuerpo fue encontrado.
Así nos duele esta historia.
"Se me vienen todos los recuerdos y es muy raro porque ya han pasado 20 años, pero para mí es como si todo hubiera pasado hace muy poco tiempo",
María Cecilia Soto
"No era lo que yo esperaba, pero estamos en Chile y la justicia chilena funciona de esta manera y la verdad es que yo siempre he dicho que la misma vida se encarga de cobrar las cosas que uno hace".
12 años tenía Juanito Miranda cuando fue asesinado. Hoy se cumplen dos décadas desde su desaparición.