La hora del retiro
Dentro de la carrera de un deportista se encuentra un hito importante, el retiro deportivo. Este momento supone un duelo y afrontarlo emocionalmente de manera adecuada, protegerá la salud mental de la persona.
Este proceso depende de muchos factores, entre ellos, la personalidad del deportista y también la red de apoyo con la que pueda contar. Dependiendo si esta situación está prevista o no, se reflejará en una mayor o menor intensidad de tristeza, sensación de pérdida de estatus, hasta vacío afectivo que en algunos casos puede derivarse en trastornos emocionales como depresión, ansiedad, síntomas psicosomáticos, etc.
Se hace importante el acompañamiento no sólo emocional, sino de reestructuración de las actividades que dan sentido a la vida. Desarrollar nuevos proyectos y encontrar aquellas actividades que permitan seguir trascendiendo y que, en muchos casos, permita el sustento económico.
El deporte, al ocupar la mayor parte de la vida y al no contar ya con eso, se puede sentir una sensación de vacío y desamparo. Entonces, encontrar nuevas formas en las que se pueda dedicar las energías, reorganizar la esfera de la motivación, incorporar el apoyo social, aprovechar su conocimiento y experiencia para invertirlos en proyectos personales y/o entregárselos a otros, entre otras cosas, son acciones que permitirán reequilibrar la vida.
Existen procesos de retirada exitosos, donde deportistas encuentran nuevas formas de desarrollo, ligadas generalmente al deporte que realizaba (McEnroe, Massú, Guardiola, etc.), aporte a la sociedad a través de acciones promulgadores y de fortalecimiento del deporte (Fernando González, Luis Jiménez, etc.) y también casos como Garrincha, laureado jugador de fútbol que murió abandonado y en la más lúgubre miseria.
Dra. Paula Ortiz
Directora, académica
Instituto del Deporte y Bienestar
U. Andrés Bello
Psicóloga del Deporte