Denuncias por violencia intrafamiliar siguen en aumento en la provincia
En 2021 se contabilizaron 1.148 denuncias por violencia intrafamiliar, mientras que en 2020 fueron otras 1.116. Entre enero y junio se han registrado 664 en la zona.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Gobierno anunció que el sistema de Garantías Explícitas de Salud (GES) incluirá la atención integral para víctimas de agresiones sexuales agudas.
La violencia no se limita a espacios privados. Puede ocurrir en diferentes contextos, tales como el laboral, callejero, virtual, educativo e institucional, así como también se puede manifestar como violencia física, sicológica, sexual, económica y simbólica.
En el anuncio del Gobierno se indicó que las denuncias habían subido un 55 por ciento en el país y, lamentablemente, la provincia de San Antonio no es la excepción.
De acuerdo a las estadísticas del Centro de Estudios y Análisis del Delito (Cead) del Ministerio del Interior, en el primer semestre de este año se recibieron 664 denuncias por delitos de violencia intrafamiliar en la provincia de San Antonio, un aumento del cuatro por ciento en comparación con el primer semestre del año pasado, cuando hubo 635 denuncias entre enero y junio.
El incremento es del 21 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2020, cuando hubo 520 denuncias.
En cuanto a años completos, en 2021 se contabilizaron 1.148 denuncias por violencia intrafamiliar, mientras que en 2020 fueron 1.116.
En la estadística se incluyen denuncias contra niños, adultos mayores y hombres, sin embargo, predominan aquellas contra las mujeres.
Ayuda
Frente a esta realidad, la sicóloga de Clínica Los Carrera, Constanza Uribe, comentó que es importante estar atentos a señales que puedan dar cuenta que se está frente a una situación de violencia.
"Si bien todas las personas reaccionan de forma distinta, la violencia siempre deja una huella. Es común que uno note cambios de actitud más que cambios notorios en la conducta", indicó la especialista.
"Por ejemplo, notamos que la mujer se encuentra más deprimida, angustiada, nerviosa e incluso irritable. Esto normalmente a lo menos acompañado con más dificultades para realizar las tareas cotidianas o laborales", aclaró Uribe.
Señaló que la violencia "progresivamente va mermando además la autoimagen que esa mujer tiene de sí, hacia una con menos autonomía y mayor dependencia, menos confianza en sí y más autocrítica e incluso más autocastigadora y culpable, aislándose cada vez más de otros".
"Está ampliamente estudiado cómo la violencia afecta las capacidades mentales que poseemos. Nuestro cerebro entra cada vez más en un estado de alarma que nos hace más difícil pensar y reflexionar en profundidad para poder cambiar o reaccionar a la situación. Hay imágenes donde se observa una merma en las capacidades cognitivas y de franco deterioro en víctimas de violencia sostenida. La violencia deja literalmente huellas en nuestra mente/cerebro", explicó.
Denunciar
No culpar a la víctima es uno de los consejos importantes que menciona la sicóloga Constanza Uribe, ya que suele ser una experiencia común en mujeres y no solo hace más difícil cambiar esa realidad, sino también evita denunciar y pedir ayuda.
"La comunidad debe tomar en cuenta las distintas situaciones y llamadas de auxilio para prestar la atención oportuna, para así alertar a entidades tales como Carabineros, a fin de ayudar a la mujer y su entorno cercano", enfatizó.
Finalmente, la profesional aseveró que frente a cualquier situación de riesgo es importante acudir a familiares de confianza, amigos o vecinos. Además, utilizar los canales de comunicación del Ministerio de la Mujer, que están disponibles las 24 horas del día, tales como el chat web 1455.
"Si bien todas las personas reaccionan de forma distinta, la violencia siempre deja una huella",
Constanza Uribe,, sicóloga.