Familia de Bellavista vivió noche de terror en violento asalto a su casa
El actor Claudio Pontigo y sus hijos fueron encañonados y golpeados brutalmente por una pandilla que desvalijó la vivienda, llevándose incluso los regalos de Navidad.
Pasaban recién las dos de la madrugada de ayer y tras haber compartido la Navidad en familia el actor sanantonino Claudio Pontigo ya descansaba en su casa del pasaje Las Malvas del cerro Bellavista junto a sus hijos Claudio (32), Gabriela (28) y Eduardo (27), cuando repentinamente fueron abordados por una pandilla de al menos cinco sujetos armados con pistolas y cuchillos que los atacaron en el mismo living de su hogar.
"Tenemos una perrita afuera que empezó a ladrar mucho, así que salí a mirar y me encontré en la puerta con unos cinco tipos, puede que hayan sido más porque estaban casi todos de negro. Me dijeron que andaban buscando a alguien, que querían comprar droga y si yo sabía dónde vendían. Que les habían dado el dato de un tal Lucho que vendía y yo les dije que no sabía nada, que es un pasaje de adultos mayores y que no sabía nada de eso", relató Claudio hijo.
"Entonces se pusieron pesados como intimidándome de forma amenazante, diciendo que esta era la casa y justo cuando iba a cerrar la puerta se me vinieron encima, me pusieron una pistola en la cabeza y un cuchillo en el cuello y me tiraron hacia adentro", agregó sobre el momento exacto en que los delincuentes entraron a su casa.
Ahí en el living estaba Claudio Pontigo, que saliendo del baño se encontró con su hijo encañonado y varios sujetos armados gritándoles y golpeándolos mientras preguntaban por droga y dinero.
Con varios parches en su cabeza, por las suturas que tuvieron que hacerle tras la dura golpiza, Claudio Pontigo contó que "lo único que hice fue tratar de hablarles para que se calmaran porque estaban muy alterados, estaban todos armados y de hecho, a mi hijo lo tiraron al piso a golpes y cuando cayó uno de los gallos le pegó una patada en toda la cara y altiro le saltó la sangre. A mí me pegaron varios cachazos que me rompieron la cabeza y nos tenían a los dos en el suelo pegándonos mientras preguntaban dónde estaba la plata; en esos momentos yo lo único que trababa de hacer era calmarlos, pero nos tenían encañonados en el suelo".
La hija se defiende
La escena no podía ser más caótica porque justo cuando su padre y su hermano estaban reducidos y ensangrentados en el piso, Gabriela Pontigo bajó desde el segundo piso alertada por el griterío y al ver lo que estaba pasando, presa de la adrenalina tomó un escobillón y empezó a agredir a los desconocidos.
"Cuando bajé a ver qué pasaba, porque había mucho escándalo, veo que estaban mi papá y mi hermano en el suelo y sangraban mucho de la cara y la cabeza. Uno de ellos me gritó 'no te movai' y ahí trataron de agarrarme, pero no pudieron porque me di la vuelta por acá (señala un pasillo que da a la cocina) así que tomé el palo del escobillón y empecé a pegarles y ahí fue cuando sentimos que hubo un disparo, porque uno de ellos disparó. Claro que pudo ser una pistola a fogueo porque no encontramos rastros de alguna bala", relató Gabriela, todavía con nerviosismo por lo que vivió junto a su padre y sus hermanos.
"Nos equivocamos"
Claudio Pontigo contó que en medio del violento asalto "uno de ellos pensó que me habían dado un tiro en la cabeza, porque se sintió el balazo y como yo estaba sangrando mucho por los golpes que me dieron, uno de los que estaba adentro como que se preocupó, se agarró la cara y dijo 'nos equivocamos', y empezó a decirle a mi hija que me amarrara la cabeza porque estaba sangrando mucho".
Así, en medio del griterío, los golpes y la violencia, mientras Claudio y su hijo estaban reducidos y sangrando en el piso, su hija era apuntada por los delincuentes y el joven Eduardo, que padece un tipo de autismo, se descompensó al ver a su padre y su hermano atacados, los delincuentes recorrieron el inmueble sustrayendo televisores, dinero en efectivo, teléfonos celulares y hasta regalos de Navidad que cargaron, según vecinos, en un automóvil marca Peugeot, color blanco, sin patentes, que usaron para escapar.
Según la familia afectada, entre los televisores, teléfonos celulares, dinero en efectivo y otras especies, la violenta banda criminal armada consiguió un botín estimado de un millón y medio de pesos.
Tras el ataque Claudio Pontigo y su hijo mayor fueron trasladados hasta el hospital Claudio Vicuña de San Antonio, donde fueron atendidos de las lesiones que sufrieron y además realizaron la respectiva denuncia a los carabineros de servicio en el centro asistencial.
Incluso en ese mismo lugar la familia se enteró que antes que ellos el mismo grupo armado, a bordo del automóvil blanco, habría asaltado a una persona en una estación de servicio de San Antonio a la que también amenazaron con armas y golpearon para quitarle sus pertenencias.
Todos los antecedentes de este violento hecho policial fueron recogidos por carabineros de San Antonio para ser puestos en conocimiento del Ministerio Público local.
"A mí me pegaron varios cachazos que me rompieron la cabeza y nos tenían a los dos en el suelo pegándonos mientras preguntaban dónde estaba la plata".