Hallan dos agujeros negros supermasivos "comiendo" juntos
El observatorio ALMA reveló la ubicación de las dos regiones espaciales, que se encuentran a sólo 750 años luz de distancia entre sí.
N.E.
A500 millones de años luz de la Tierra, en la Constelación de Cáncer, dos agujeros negros supermasivos se alimentan juntos tras un colosal choque de galaxias. Ambos están a sólo 750 años luz de distancia entre sí, creciendo frenéticamente, mientras sus galaxias anfitrionas se fusionan.
El descubrimiento de estas dos regiones espaciales "cenando" a tan corta distancia se realizó gracias al observatorio ALMA y a una combinación de telescopios terrestres y espaciales, por parte de un equipo internacional.
En la investigación, que plantea que los agujeros negros podrían ser mucho más comunes de lo pensado y adelanta lo que podría ocurrir cuando la Vía Láctea se fusione con Andrómeda, participaron astrónomos del Centro de Astrofísica y tecnologías Afines (CATA) y la Universidad Diego Portales (UDP).
El par de agujeros negros se logró ver penetrando a través de las nubes de polvo y gas resultante de la fusión galáctica conocida como UGC4211, una barrera que no había permitido identificarlos.
El trabajo fue publicado por la revista The Astrophysical Journal Letters y anunciado en una conferencia organizada por la American Astronomical Society.
Ezequiel Treister, astrónomo de la Universidad Católica y coautor del estudio, indicó que el hallazgo tendría implicancias también para la detección de ondas gravitacionales.
"Puede haber muchas parejas de agujeros negros supermasivos en pleno crecimiento en los centros de las galaxias que aún no hemos logrado identificar. De ser así, en un futuro cercano observaremos frecuentes ondas gravitacionales generadas por las fusiones de estos objetos en todo el Universo, gracias a futuros observatorios espaciales como LISA", manifestó.
Trabajo conjunto
Según el astrónomo y subdirector de CATA, el hallazgo fue posible gracias a la combinación de datos del radiotelescopio ALMA con observaciones en longitudes de onda múltiples de otros telescopios potentes, como Chandra, Hubble, el Very Large Telescope de la ESO y el Observatorio Keck, en Hawai. "Cada longitud de onda muestra una parte distinta del panorama, como un gigantesco rompecabezas", explicó Treister.
Así, mientras las imágenes ópticas obtenidas con observatorios terrestres mostraron entera la galaxia en colisión, el Hubble reveló las regiones nucleares en alta resolución, mientras que las observaciones en rayos X revelaron que había al menos un núcleo galáctico activo en el sistema.
"ALMA nos mostró la ubicación exacta de estos dos agujeros negros supermasivos y glotones en pleno crecimiento", dijo el astrónomo.
Así se logró traspasar hasta las profundidades de los núcleos galácticos activos de la fusión UGC4211, explicó Claudio Ricci, astrónomo UDP-CATA que participó de la investigación. "Son áreas de las galaxias difíciles de acceder porque son compactas y sumamente luminosas, generadas por la acreción de materia alrededor de los agujeros negros centrales".
Ricci contó que de forma sorpresiva mientras investigaban con ALMA, el equipo científico descubrió no uno, sino dos agujeros negros que devoraban frenéticamente los subproductos de la fusión. "Y ambos estaban dándose el festín muy cerca el uno del otro: a tan sólo 750 años luz de distancia", añadió.
Franz Bauer, astrónomo UC-CATA que también participó del trabajo, señaló que esta nueva información dará a la ciencia una idea más clara sobre cómo galaxias similares a la nuestra se han convertido en lo que son ahora y cómo seguirán evolucionando.
"Hasta ahora se habían estudiado principalmente las primeras etapas de fusión de las galaxias, pero las nuevas observaciones corresponden a las últimas etapas de una colisión, un adelanto de lo que ocurrirá cuando la Vía Láctea choque con la vecina galaxia de Andrómeda, en unos 4.500 millones de años", cerró.