Borde costero de Cartagena se llenó de toldos azules que instalan ambulantes
La invasión de estas estructuras complica a los comerciantes y a las autoridades de la comuna, a pesar de las continuas fiscalizaciones.
No, no es Meiggs, aunque se parezca. El borde costero de Cartagena se llenó de toldos azules instalados por ambulantes que venden de todo: desde ropa, toallas, lentes, pasando por comida y hasta bebidas alcohólicas.
Entre la Playa Chica y San Sebastián instalan las estructuras para protegerse del sol y comercializar sus productos sin autorización, a pesar de las fiscalizaciones de Seguridad Ciudadana y Carabineros que no dan abasto.
Los espacios predilectos son la costanera de las dos playas (Chica y Grande), la terraza en el sector de la plaza Kennedy, y San Sebastián, lugares donde precisamente se concentra la mayor cantidad de turistas.
La mayoría de los ambulantes son santiaguinos que llegaron por el verano. "Los permisos que damos para trabajar son para personas de Cartagena, que son los mismos por años, a nadie más", advirtió el alcalde Rodrigo García, sobre las críticas formuladas sobre la entrega de autorizaciones para trabajar a foráneos.
"Si bien Carabineros tiene más dotación y más vehículos su presencia es insuficiente. Si hace tres años los comerciantes ambulantes eran 200, ahora son 500. Por eso faltan fiscalizaciones y se tienen pocas herramientas legales, porque es solo una infracción, no un delito", analizó el jefe comunal.
Y a pesar de esos pocos recursos, el alcalde contó que el miércoles decomisaron carros usados para la venta de alcohol, de comida como sánguches de potito y otros alimentos. "Se hace un tremendo esfuerzo, pero se vuelven a instalar. La terraza de Cartagena es un paseo transitado por miles de personas y ha sido difícil. La solución es más integral, falta una política pública: legislar sobre una situación que es un problema nacional".
La ocupación de los espacios públicos por parte de los ambulantes tiene complicado al alcalde, ya que según Rodrigo García la presencia en masa "genera una sensación de inseguridad entre los turistas, muchos de ellos se disputan los espacios y las ventas. Se hace un trabajo con Carabineros, operativos, decomisos, pero de verdad no es fácil".
Para que el actuar de las policías y los fiscalizadores municipales sea afectivo, el alcalde cartagenino le pidió a los turistas "no solidarizar equivocadamente con el comercio ambulante, porque eso entorpece los procedimientos. Critican porque hay mucho comercio ambulante y después critican los procedimientos de Carabineros".
Según Rodrigo García "esta es una tarea de todos, no solo de los alcaldes o Carabineros, porque si la gente no les comprara, tal vez no se instalarían. Los municipios solo podemos cursar infracciones. No es fácil eliminar el comercio ambulante, es necesario una estrategia de ocupación de los espacios públicos, ver la forma en una mesa nacional de las comunas costeras, porque detrás también existen otros delitos, algunos ocultan otras cosas detrás de estas ventas".
Comercio
Adela Córdova, la presidente de la Cámara de Comercio de Cartagena, afirmó que "el alcalde dio 600 permisos para que se instalaran los ambulantes desde la Playa Chica hasta Costa Azul. El dice que no los dio, pero los mismos ambulan tes lo dicen y hasta los muestran (permisos)".
La dirigenta aseguró que "está lleno por todos lados y no es gente de Cartagena. Vienen los Carabineros que están con su plan Centauro, nos tratan de prestar toda la cooperación, pero vienen solo los fines de semana. Fiscalizan, quitan la mercadería y en la semana están los inspectores de la municipalidad".
La presidenta del comercio comentó que "estamos tristes con lo que está pasando, no lo esperábamos. Teníamos otra ilusión, porque como Cámara de Comercio estuvimos trabajando desde marzo con las autoridades y las policías para evitar esto y nos encontramos con que todo lo que nos prometieron no ocurrió".
Afirmó que "esto nos perjudica enormemente. Somos comerciantes establecidos, pagamos patentes. No estoy en contra de que la gente trabaje, pero esto de los ambulantes es un descontrol total", sentenció.
Adela Córdova reconoció que existe una sensación de inseguridad, aunque "cuando me paro afuera de mi negocio veo a harto carabinero y cuando los llamamos vienen".
La dirigenta del comercio cartagenino pidió "que todos puedan trabajar, pero con sus documentos como corresponde. Algunos los tienen, pero quién se los dio. Nosotros no los damos".
Aseveró que "todos tenemos que trabajar, pero los comerciantes con su patente, como corresponde. Tiene que haber un esfuerzo detrás, como lo hacemos nosotros, pagando patentes, impuestos, mercadería, pagando sueldos y arriendos".
Al ver el panorama actual de la comuna Adela Córdova dijo que "pienso que Meiggs se vino a Cartagena".
"Estuvimos trabajando desde marzo con las autoridades para evitar esto y nos encontramos con que todo lo que nos prometieron no ocurrió",
Adela Córdova.