Conocida feriante clama por pronta atención siquiátrica para tratar a su hijo esquizofrénico
Patricia Saavedra Farías es presidenta de la feria número 2 y por meses ha padecido la falta de un tratamiento especializado para su hijo, que durante el último tiempo ha protagonizado violentos incidentes.
En diciembre pasado compartimos con ustedes el padecimiento de la querida feriante sanantonina Patricia Saavedra Farías, quien con la picardía y cordialidad de siempre solía atender a los clientes de su puesto de verduras en la feria número 2, que llegaban a abastecerse sin conocer el dolor que lleva por dentro esta madre.
Pero su trabajo en la feria se ha convertido en un mero recuerdo para esta mujer de esfuerzo, porque el miedo que tiene a que su hijo ataque a una persona la mantiene confinada en su casa del cerro Bellavista, donde la violencia se ha hecho recurrente.
A mediados de diciembre César Jofré Saavedra, de 34 años, apedreó un circo en Bellavista y antes, en presencia de Carabineros, había amenazado de muerte a un vecino; y por esas mismas fechas hasta fue detenido por haber perseguido con un cuchillo a otra persona en la feria donde trabajaba su madre.
Lo peor de todo es que estos arranques de violencia irracional no se han detenido y, por el contrario, se han agravado con el paso del tiempo. De hecho, hace algunos días la casa de Patricia Saavedra fue escenario de unos de los arranques de violencia más duros que César Jofré ha tenido en los últimos meses.
Los episodios de violencia irracional se gatillan porque César padece, desde los 20 años, una esquizofrenia paranoica, que no es otra cosa que un estado mental en el que la persona se siente extremadamente perseguida, o con sentimientos de grandiosidad y sospecha de los demás; e incluso muchas veces los cuadros de violencia esquizofrénica son una combinación de todas estas emociones.
De acuerdo con lo que dicen los especialistas, en este caso el enfermo es frecuentemente incoherente en el hablar y en el pensar porque sufre de fantasías que no tienen ningún asidero en la realidad.
Por estas razones, la falta de tratamiento de César, que según contó su madre abandonó su medicación hace al menos siete meses, haya derivado en una serie de incidentes que hoy tienen a Patricia Saavedra totalmente abrumada porque sabe que, dada la condición clínica de su hijo, cualquier día puede pasar algo peor.
No puede trabajar
Sin poder volver a la feria y preocupada por la falta de una solución a su problema, Patricia Saavedra contó que simplemente tuvo que "dejar de trabajar en la feria por todo lo que estoy pasando. En diciembre prácticamente me tuve que despedir de mi puesto porque me da mucho miedo que César me siga y haga algo terrible, porque me dice que en la feria me quieren matar y que él me tiene que proteger".
"Lo que pasa es que hace como siete meses dejó de tomarse los medicamentos que lo han mantenido regulado desde hace unos 14 años, cuando se le detectó la esquizofrenia paranoide que padece. Lo que pasa es que él ve cosas, o relaciona situaciones que no corresponden y en base a eso reacciona de manera violenta. Yo por ejemplo me puedo estar riendo con la gente que viene al puesto y en ese momento lo miro y él piensa que me estoy riendo de él, entonces se pone mal, reacciona de manera violenta y nadie sabe lo que puede pasar", narró.
Lo que más lamenta esta angustiada madre es que a pesar de dar a conocer su caso y golpear las puertas no ha recibido una solución.
"Cuando salió esto publicado en el diario, la diputada Camila Rojas me contactó para decirme que enviaría un escrito al hospital o al Servicio de Salud para que se pusieran en contacto conmigo, pero hasta ahora eso no ha ocurrido, nadie me ha llamado y César está cada vez peor. Lo que más temo es que cualquier día se mande alguna embarrada, le haga algo terrible a alguna persona y ahí aparezcan todos a detenerlo, internarlo, pero eso puede llegar demasiado tarde porque ahora es cuando necesita contención para su enfermedad", clamó.
En medio de la conversación suena el teléfono y Patricia Saavedra se excusa para responder y al colgar comenta: "Disculpe, pero como César no ha llegado en todo el día me pongo nerviosa y cada vez que suena el teléfono pienso que es porque me avisarán algo terrible".
34 años tiene el hijo de la feriante, para quien pide un pronto tratamiento siquiátrico.