Una desilusión amorosa cambió su vida y se convirtió en una destacada mezzosoprano
Carolina Paredes viajó a Argentina luego de la crisis, sin sospechar que su gran talento la llevaría al importante escenario del teatro Colón de Buenos Aires.
Dicen que algunas personas tienen la suerte de su parte y este parece ser el caso de Carolina Paredes Blanco. Esto porque una situación tan difícil como el término de una relación de pareja de años, le presentó sin buscarlo una importante oportunidad para potenciar su talento como cantante lírica y ascender a un nivel que nunca pensó alcanzar.
Esta sanantonina dueña de una privilegiada voz, recuerda que a diferencia de otros amantes de la música que parten mostrando su talento en las actividades escolares, ella no lo hacía porque en esos años era muy introvertida y la timidez le hacía imposible sólo pensar en cantar frente a todo el colegio.
Desde que llegó a Argentina la mezzosoprano apostó por cumplir su sueño y fue capaz hasta de cantar en la calle para juntar los recursos necesarios para continuar con sus estudios en el instituto del reconocido teatro Colón de Buenos Aires, un recinto que ha sido escenario de los más grandes espectáculos en la capital trasandina.
En su tierra natal también ha participado en conciertos de ópera, el más reciente el que tuvo lugar el 18 de febrero en el museo de San Antonio, en el que deslumbró con su potente voz y puesta en escena.
-¿Siempre quisiste dedicarte a la música?
-No, incluso estuve en la búsqueda de qué hacer un montón de tiempo. Cuando salí del colegio no hice muchas cosas enseguida. Quise estudiar Filosofía y no terminé. Después estudié un año de Historia, todas las cosas las dejé pospuestas hasta que me alcanzó mi hermano menor, Carlos que él ya tenía claro que quería estudiar Música. Me pidió que lo acompañara a algunas universidades donde yo ya había estudiado. Lo acompañé y me preguntaron ¿y usted? Y no lo pensé mucho y me decidí a postular. Había que dar una prueba especial de conocimientos y aptitudes musicales. Así es que llegué casi por casualidad a la música.
-¿Te decidiste a ingresar para estudiar Música?
-Sí, estudié en la Universidad de Valparaíso y me titulé de licenciada en Música. Cuando salí en el 2016 no sabía muy bien qué hacer, sólo pensaba que iba a tener que buscar trabajo de profesora, pero para eso tenía que hacer un año más para sacar la pedagogía.
-¿Cuándo descubriste talento que tienes para el canto?
-Lo descubrí cuando entré a Música, porque me hicieron elegir un instrumento de mención y era difícil elegir porque estaban todos, guitarra eléctrica, clásica, piano, violín y todos los que uno se pudiera imaginar. Mis conocimientos eran muy básicos en guitarra y me decidí por la voz porque pensé que no iba a necesitar un instrumento. Después tuve que esperar y pensarlo porque había dos opciones canto lírico y canto popular los que estaban a cargo de dos tremendos maestros, Francesca Ancarola y el tenor mapuche de ópera, José Quilapi. Él me descubrió en realidad, me enseñó lo primero, como impostar, me sacó la voz porque donde era tímida la tenía para adentro y estuve varios años en clases con él.
-¿Cómo surge la idea de viajar a Buenos Aires?
-Tuve un rompimiento con una pareja con quien llevaba muchos años, entonces eso me derrumbó y ya no quería nada de la vida. Una amiga que se llama Paula me dijo, ya basta de sufrir Carolina y acompáñame a Buenos Aires a inscribirme para estudiar. Le hice caso y fui con ella como turista. En uno de esos días de soledad, tomé una visita guiada que hacen para conocer el teatro Colón. Al final del recorrido te llevan a un local donde venden recuerdos del lugar y ahí vi un cartel que decía: "Clases de actuación y de ópera para personas amateurs". Como pasaba las mañanas sola me animé y me inscribí. Eso fue lo que gatilló todo mi pasar en Argentina. Si no me hubieran roto el corazón, no habría tenido la fuerza para irme. ¡Le agradezco que me haya roto el corazón! (ríe)
-¿Cómo fue la experiencia de ingresar al taller?
-Ese taller lo hacía la profesora Marcela Isoaín, que es una eximia maestra que lleva más de 40 años en el Colón, enseñando, repertuarista, pianista, con su esposo, un actor muy reconocido en Argentina. Entre los dos estaban haciendo este taller y les gustó mi voz. Me dijeron que decía cualquier cosa porque mi italiano no era bueno, cantaba en cualquier idioma (ríe) que tenía mucho trabajo por hacer, pero que tenía un material muy exquisito. Tendría que estudiar lenguaje musical, piano, francés, pero que podría tener un futuro. Después me preguntaron qué hacía en Chile y no les iba a decir que me estaba arrastrando como un gusano porque estaba en el desamor pleno y les dije que cantaba en un coro.
-¿Confiabas desde antes en tus capacidades vocales?
-Yo sabía que tenía una buena voz, pero nunca pensé que me iba a dar trabajo y que iba a tener oportunidades como las que se me han presentado. Me puse las pilas y la profesora me hizo clases exhaustivas por tres meses todos los días. Gracias a que ella de cierta manera me apadrinó, pude continuar. Luego volví a San Antonio a recargarme y llevar más plata porque las clases son caras y la estadía también.
Todo por su sueño
Su sueño de convertirse en una cantante lírica reconocida ya había empezado a concretarse, por lo que Carolina Paredes no estaba dispuesta a dejar inconcluso su logro. Las ganas de seguir le dieron la fuerza para confiar en su talento.
-¿Qué hiciste para retomar tus estudios en el Colón?
-Al regreso me puse a cantar en la calle y me fue tan bien, que fue una experiencia emocionante. Conocí a una chica chilena también que tenía más pachorra que yo y como que ella me contagió esa chispa, porque yo no me tenía tanta fe la verdad. Ella me enseñó eso y con esa actitud me fue bien. Además, me puse a estudiar como loca, no tuve vida social durante dos años, no compartía con nadie, era todo sólo estudio. El teatro Colón tiene un instituto y antes de entrar ahí, ingresé como refuerzo al coro. Nunca había estado en este tipo de actividad y entrar al coro a trabajar en la empresa máxima a producir las óperas, para mi era como estar en Hollywood. Estuve un año y medio en todas las presentaciones y al año siguiente entré como alumno.
-¿Cómo es para ti compartir escenario con otras artistas que están partiendo?
-En el caso de Nicol Martínez (cantante lírica sanantonina) es como mi ahijada, me da esperanza. Pienso que alguna vez la ópera va a ser tan popular como estos ritmos urbanos que están de moda. Siento que he plantado una semilla y me da gusto que sea de aquí, porque no pensé que iba a haber una joven tan interesada y quiero entregarle todas las herramientas que sea posible de mi parte para alumbrarla y que tenga el camino un poco más despejado porque es un ambiente muy competitivo, es lo único que no me gusta de esto.
-¿En qué estas actualmente?
-Ahora estoy contenta, este es mi tercer año y me queda el próximo para terminar de estudiar. Hay una especialización que podría hacer de Música de Cámara o Barroca, pero no sé si la voy a hacer porque mi voz es más bien para la ópera. Voy a continuar en Argentina debido a que hay muchas compañías independientes, porque aquí no tengo mucho futuro, hay poco que hacer en la ópera. Si bien tenemos el Teatro Municipal, es bastante difícil ingresar. Una vez fui a una audición y no me fue bien. A San Antonio siempre voy a volver porque acá está mi familia y lo quiero.
-¿Qué es lo que más te cuesta en el canto lírico?
-Personalmente lo que más me cuesta es el repertorio en alemán y esa música es tan profunda que todavía siento que me falta un poco de madurez para abordarla de mejor manera.
-De todos los espectáculos en los que te has presentado, ¿hay alguno que recuerdes de manera especial?
-Sí, tuve la oportunidad de ser dirigida por el espectacular director indio Zubin Mehta en Argentina. Hicimos una obra que es monumental y después de ese concierto me sentía más joven, la música me lleno y fue especial escuchar tantas voces porque éramos dos coros, más de mil voces cantando. En un momento me quedé callada y fue como algo espiritual oír tantas voces cantando detrás de mi.
-¿Tienes planes relacionados con la ópera?
-Como proyectos me gustaría este año probarme para el teatro Argentino de La Plata, donde están buscando reforzar el coro. Eso me significaría cambiarme de ciudad porque La Plata queda un poco más lejos de Buenos Aires, pero es un trabajo estable, como del municipio. Entonces tengo ganas de que me vaya bien. Es lo importante que tengo planificado ahora para fines de febrero.
"Si no me hubieran roto el corazón, no habría tenido la fuerza para irme. ¡Le agradezco que me haya roto el corazón!",
Carolina Paredes.