La exposición que mostrará al público las desconocidas obras de Domingo García-Huidobro
Esta es la segunda muestra del fallecido escultor que residió en el fundo Llolleo y que dio vida a obras emblemáticas de la comuna, como el Cristo del Maipo y la imagen de San Pedro en la caleta Pacheco Altamirano.
Desde el 27 de mayo y hasta el 24 de junio se podrán conocer cuarenta piezas en madera y piedra, la mayoría nunca antes exhibidas, del escultor chileno Domingo García-Huidobro Fernández (1899-1974), quien residió gran parte de su vida en el fundo Llolleo, propiedad de su familia.
En la muestra, bajo el título "El poeta de las formas", aparece esa huella irrenunciable por el amor al oficio. Todo para mostrar al mundo las maravillas de un entorno que el escultor hizo propio.
Prefirió el anonimato
Al contrario de su hermano, el poeta Vicente Huidobro, que viajó por el mundo para defender el Creacionismo, Domingo nunca salió fuera del país y prefirió el anonimato, la piedra y la madera, siempre en el taller de su casa, en el entonces fundo de Llolleo. Así transformó su modestia en un camino místico para crear grandes obras escultóricas.
Creyente absoluto, recreó la piedad de María y Jesús, trajo de regreso la espiritualidad de San Francisco de Asís y es el creador del Cristo del Maipo y su Vía Crucis: monumento que se eleva en una de las cimas más importantes de Llolleo, a un costado del Museo de San Antonio y muy cerca de donde estaba su hogar.
También fue Domingo García-Huidobro quien regaló el sereno San Pedro que da la bienvenida a los pescadores de la caleta Pacheco Altamirano de San Antonio, además de ser el autor de La Virgen del Portal Fernández Concha, a pocos metros de la plaza de Armas de Santiago.
"Para nosotros este es uno de los puntos más relevantes de nuestra programación 2023. Una exhibición que rescata el genio de un gran creador de nuestra zona y que se convierte en la segunda muestra que se realiza en torno a su obra. La primera fue hace más de cincuenta años, en 1968, cuando el escultor ya tenía más de setenta años, en el antiguo Ministerio de Cultura. Este es, por lo tanto, un momento inédito para que el público conozca más de un artista que supo cómo plasmar su fe en un plano superior de creación", sostiene Diego Peralta, presidente de la Agrupación Cultural de Santo Domingo, impulsora de la exposición junto a descendientes del artista.
Obras místico-religiosas
Asentado la mayor parte de su vida en la hacienda de Llolleo, el escultor volcó su tiempo a la producción de piezas artísticas, fundamentalmente místico- religiosas, de gran prolijidad, aunque muy alejado de la escena de vanguardia de los años 30 y 40. Una decisión a conciencia que hizo que su obra fuera quedando relegada por su escasa difusión.
Esas mismas esculturas son las que el público de la provincia podrá apreciar en la muestra que se llevará a cabo a un costado de la Parroquia de Santo Domingo, en la avenida El Golf del balneario, con entrada gratuita.
"nunca apreció su genio"
Gabriela García-Huidobro, una de sus nietas, rememora que durante su vida el artista "creó múltiples obras y en su modestia profunda nunca apreció su genio, desconocía el valor de su mensaje y muy pocas veces accedió a exponer sus obras. De hecho, esta es su segunda exposición y en la primera ni siquiera participó en la elección de las esculturas… En la familia abundó el talento artístico, su madre escribía artículos literarios y los firmaba bajo el seudónimo de Mona Lisa, su hermano Rafael también fue un gran artista plástico, su cuñado Diego Dublé obtuvo el Premio Nacional de Literatura y la obra de su hermano Vicente Huidobro no pasa inadvertida para el mundo. Hay que imaginar el contraste que se establecería entre ambos, la diafanidad deslumbradora, el humor".
El escultor manifestó además una profunda preocupación por el Chile nativo. Es así que aparecen las escenas de hombres araucanos domando caballos o los bustos de trabajadores del campo que en su expresión dejan ver la dura vida agrícola bajo el sol.
Para el investigador Luis Montes Rojas, doctor en Bellas Artes y académico de la Universidad de Chile, "la escultura de Domingo García-Huidobro Fernández parece sumirse en una introversión piadosa, donde el propio trabajo escultórico -fundamentalmente tallado en piedra y madera- aparece como símil de una dedicación religiosa, donde el lento y dedicado proceso se extiende en un permanente fuera del tiempo. Habiendo aprendido las técnicas en la Escuela de Bellas Artes y destacando en certámenes oficiales, su obra transita entre el clasicismo y modernismo en una época de grandes cambios sociales y artísticos, pero siempre sosteniendo una vocación religiosa, familiar y social".
En el marco de la exhibición y, como parte del Día de los Patrimonios, también se desarrollará el conversatorio "Domingo García-Huidobro, místico en la modernidad", en el que el investigador Montes Rojas se referirá a la dimensión estética de su obra junto al periodista cultural Alfredo López.
Aporte a san antonio
Gabriela García-Huidobro recuerda que su abuelo nació en 1899 y que "desde muy menor dibuja y pinta en sus cuadernos del colegio. En 1917 inicia sus estudios de escultura con Simón González y después pintura y dibujo en la Escuela de Bellas Artes bajo la tutela de Juan Francisco González. Ahí surgen los bosquejos, domina el óleo, moldea la arcilla y practica con la técnica del pastel… Crece rodeado de un ambiente intelectual, devotamente religioso y siempre involucrado en los acontecimientos culturales del país", expone su nieta en una biografía.
Domingo García Huidobro se casó a los 21 años con Raquel González Balmaceda y casi en la misma época emprende la administración del fundo Llolleo, donde "realiza grandes obras como la plantación de bosques para detener las dunas, sembradíos, ganadería y la creación de una lechería, al mismo tiempo cuarteles llenos de rosas y claveles que eran su predilección. Vive una vida discreta y modesta conciliando su trabajo en el campo con labores filantrópicas que lo llevan a dirigir el hospital de San Antonio y a ocuparse de la formación de escuelas, cooperativas y centros deportivos".
"Ya con seis hijos, la tarea se multiplica y debe dividir sus actividades entre Santiago y sus tierras de Llolleo. Sin embargo, su poder creador es inagotable, de un tronco nace un ángel, de un sauce caído un descendimiento, surgen las formas de un busto a Juan Francisco González y los rasgos curtidos de un trabajador agrícola. Busca sus modelos en seres que admira como el Beethoven pensativo y profundo y así mismo re-crea con brutal realismo un hombre caído en un pozo de cal", añade la nieta.
Cristo del maipo
Según Gabriela García Huidobro, "quizás la más monumental de sus obras nace de la idea de representar el relato del Vía Crucis que narra el camino de Jesús hacia la Crucifixión y la Resurrección, en un lugar en lo alto (cerro Mirador, en Llolleo) que mire al mar y se sitúe imponente en la cima dominando la desembocadura y estuario del río Maipo hasta donde la vista alcance, y que pueda ser vista desde distintos lugares".
"Se dice que trabajó incansablemente por mucho tiempo para crear las imágenes que reflejaran la emoción, las circunstancias y el significado de cada escultura. Creó un taller al aire libre en el campo de Llolleo muy cerca de su casa y ahí se puso a trabajar junto a los planos construyendo una maqueta y almacenando la greda especial que sirvió para vaciar los moldes de las seis partes principales que conformaban la figura de Cristo", aporta.
Mientras la cruz, esculpida en cemento de seis metros de alto por 80 centímetros de espesor, avanzaba en su construcción, en el cerro se formó un sendero trazado de 1.200 metros para ubicar las esculturas que acompañan el proyecto.
El Cristo del Maipo se proyectó como un Vía Crucis que consiste en cinco estaciones de recorrido ascendente, con la crucifixión rematando en la cima.
La cruz y la imagen de Jesucristo fue trabajada durante tres meses en el fundo de Llolleo, y dos horas demoró su traslado hasta la cumbre, donde lo esperaba el maestro Floro Toro, su ayudante. Con la ayuda de 25 colaboradores logran levantar en sus sitios las seis piezas que conforman el monumento.
Su inauguración y bendición se realizó finalmente el 3 de mayo de 1942 por parte el arzobispo de Santiago, José María Caro, en presencia de autoridades y feligreses.
El escultor murió el 23 de marzo de 1974 y hoy su legado vive a través de sus obras y en especial del Cristo del Maipo. Una imagen que habla de su pasión y compromiso con su fe.
"(Es) una exhibición que rescata el genio de un gran creador de nuestra zona y que se convierte en la segunda muestra que se realiza en torno a su obra",
Diego Peralta,, Agrupación Cultural, de Santo Domingo
"Creo múltiples obras de arte y en su modestia profunda nunca apreció su genio, desconocía el valor de su mensaje y muy pocas veces accedió a exponer sus obras",
Gabriela García Huidobro,, nieta
1968 se realizó la primera y única exposición de Domingo García-Huidobro, aunque él ni siquiera participó en la selección de las obras.