Patrimonio local: desde Domingo Santa Cruz Wilson hasta Nueva Pamplona
Un verdadero monumento histórico nacional se ubica en el corazón de nuestra provincia. Toda la escena cultural y musical chilena ha pasado por ahí.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno.
En el sector de playa Las Conchitas en Isla Negra se emplaza una casona que encierra una épica con el arte y las humanidades chilenas.
Algunas voces cuentan que este inmueble perteneció primero a los abuelos de la ex primera dama Cecilia Morel Montes.
Sin embargo, la historia comenzó decididamente con el compositor e intelectual Domingo Santa Cruz Wilson, quien desde 1952 ya se encontraba emparejado junto a la gestora cultural Filomena Salas González.
Ambos recorrieron el litoral con el propósito de hallar un espacio de descanso, para inspirarse y escapar del bullicio santiaguino.
El lugar era perfecto, amplio y pacífico, con una vista panorámica que daba al mar, ideal para sentarse a componer y tener la anhelada intimidad con Filomena.
Domingo mandó a cerrar los corredores, le dio la forma definitiva a la casona y materializó el pasillo que daba hacia la costa.
Por esos muros pasaron diversos personajes como los compositores Alfonso Leng Haygus, Alfonso Letelier Llona y Juan Amenábar Ruiz; el director de orquesta Víctor Tevah Tellias; el folclorólogo Oreste Plath; las pianistas Cora Bindhoff Enet y Elvira Savi Federicci; el crítico musical Luis Arrieta Cañas; la editora Magdalena Vicuña Lyon; su vecino el poeta Pablo Neruda, entre muchos otros.
Las nietas de Domingo, Ximena y Alejandra comentan: "Es la casa de nuestros sueños, los años más felices de la vida los vivimos allí, fue el sitio más grande y mágico de juegos infantiles y de encuentro con amigos en la adolescencia. Cada objeto de la casa es ahora como una sagrada fuente de recuerdos".
Esos días de risas, dinámicas familiares y música se prolongaron por más de tres décadas. Cesaron por motivos humanos y divinos en 1986.
El actual dueño de la vivienda es el siquiatra, educador comunitario y consejero de la Sociedad de Folclor Chileno, Luis Weinstein Crenovich, confidencia: "En el año 1986, llegando del Seminario de desarrollo a escala humana, liderado por Manfred Max-Neef, mi amiga Marta Orrego me propone conocer un lugar poético y prosaico que estaba a la venta, una casa que quedaba a dos cuadras de la morada de Neruda, la compramos con mis hijos y le pusimos Nueva Pamplona en honor a mi primera mujer María Luisa Cayuela que nació en Pamplona, España".
Esta residencia cumplió con sus planes, le dio un giro horizontal expandiendo a toda persona que quisiera empaparse de las ideas y bondad de Lucho.
Inició con un taller denominado "Guiar poético", ahondando en el sentido de vida mediante la potencia del verso.
Esas experiencias comunitarias se fueron multiplicando con talleres regulares y semanalmente que tienen hasta hoy como su corazón el ser. Se trata de la capacidad de construir con otros sin códigos preestablecidos, sin diferencia alguna de edad, sexo, género o credo, con una sincronía basada en la amistad como un punto de unión con los demás y tomando a las coincidencias como motor de humanidad que confirman cómo Weinstein con nobleza ha liderado esta gesta por más de treinta y siete años en Isla Negra.