Simce: una brújula par la gestión ministerial
En marzo de 2023, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, ostentaba una aprobación del 72%; sin embargo, durante los próximos tres meses, esta disminuyó paulatinamente, registrando en la última semana una brusca caída de 17 puntos, lo que coincidió con la publicación de los resultados Simce (Cadem, 2023). Anteriormente, en marzo del presente año, un estudio realizado por la facultad de Educación de la UDD reveló que el 50% de los padres y apoderados afirmaban estar "en desacuerdo" o "muy en desacuerdo" con la mejora del sistema educativo en la última década y calificaban con 4,7 su nivel de confianza en el ministro de la cartera. Asimismo, sostenían que sus prioridades para el presente período escolar eran la reducción de la violencia escolar, la nivelación de los aprendizajes y el apoyo en aspectos socioemocionales. En este mismo sentido, y en consonancia con la opinión de los padres y apoderados, la Agencia de Calidad de la Educación informó que el clima de convivencia escolar y el desarrollo socioemocional de los estudiantes son factores asociados a mejores resultados en el Simce 2022.
Por tanto, se podría afirmar que el desarrollo de los aprendizajes medidos por el Simce es relevante para la ciudadanía, tanto así que puede afectar significativamente la aprobación de la principal autoridad de la cartera. Dado este escenario, el ministro Ávila debería priorizar sus siguientes pasos hacia aquellos factores que son importantes para los chilenos y que tienen impacto en la adquisición de aprendizajes significativos, tales como el clima escolar y el desarrollo socioemocional de los estudiantes, los cuales están además altamente relacionados con mejores indicadores de deserción, asistencia, motivación y altas expectativas. Junto con robustecer y ampliar sus acciones hacia jóvenes de enseñanza media que tienen menos tiempo para recuperar los aprendizajes perdidos.
Mauricio Bravo Rojas
Vicedecano, Facultad de Educación
Universidad del Desarrollo