Mónica Jorquera Escobar

La creatividad para ingresar drogas a la cárcel son una fuente inagotable de ideas. Esta vez una visita que llegó al penal de San Antonio le llevó dosis de marihuana a su ser querido ocultas adentro de unos chocolates artesanales.

A simple vista se trataba de cuadritos de chocolate. Sin embargo, el ojo experto de funcionarios de Gendarmería permitió que descubrieran que los doce pedazos de la golosina estaban rellenos con cannabis sativa.

El procedimiento se efectuó este lunes en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP), cerca del mediodía, luego de que se realizaran las visitas a los internos que se encuentran en calidad de imputados. Específicamente un recluso del módulo cuatro, un hombre de 19 años, recibió a un cercano que le llevó enseres y alimentos, entre ellos los chocolates.

Lo que no tenía presupuestado el interno, identificado con las iniciales R.J.B.R., es que apenas terminó la visita, los presos fueron sometidos a un registro y allanamiento sorpresa.

"Dando cumplimiento a las instrucciones vigentes por parte de la autoridad institucional, se realiza un procedimiento de registro y allanamiento a la población penal imputada en el sector de la cancha de la guardia interna", informó el jefe (s) del centro penitenciario sanantonino, capitán Esteban Velozo.

El uniformado especificó que en el operativo "el personal de Gendarmería incauta a un interno (…), al interior de una bolsa de dulces, doce trozos de chocolate artesanal. Al ser revisados de forma minuciosa por el personal uniformado, se percatan que en su interior contenían una sustancia vegetal de color verde, que correspondería al tipo de droga de marihuana".

La cannabis sativa fue incautada por los gendarmes y se tomó contacto con el fiscal de tuno, que dispuso que personal del OS-7 de Carabineros examinara el hallazgo, el que arrojó positivo para la droga.

Al encontrarse privado de libertad, el imputado involucrado será sometido a posibles sanciones por faltas al régimen interno del recinto penitenciario.

En tanto, Gendarmería se mantenía con una indagación interna para identificar la visita que llevó los chocolates con la droga.

Tras el procedimiento, el jefe de unidad expresó que quería "felicitar al personal del CCP de San Antonio por su compromiso y entrega que demuestran día a día, ya que al detectar el ingreso de estas sustancias prohibidas fortalecen la seguridad del establecimiento y así evitamos que puedan existir situaciones de riesgo entre la población penal y (que involucren) al personal uniformado".

19 años tiene el interno en calidad de imputado del recinto penal que recibió la droga.

El 3 de julio de 1984 una avalancha cayó sobre una parte del antiguo Complejo Fronterizo de Los Andes, en la Región de Valparaíso, la que cobró la vida de 27 personas.

En ese fatal acontecimiento fallecieron cinco funcionarios del Servicio Nacional de Aduanas, cinco del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), siete de la Policía de Investigaciones (PDI) más la esposa e hijo de un subcomisario, uno del Ejército y siete particulares que estaban en el lugar en ese momento.

A 39 años de la tragedia, las instituciones junto a los familiares de las víctimas, se reunieron en una misa realizada en la Iglesia Santa Rosa de Los Andes, donde se recordó a quienes fallecieron mientras cumplían su labor.

La actividad fue encabezada por el delegado presidencial provincial de Los Andes, Cristian Aravena, junto a la directora nacional de Aduanas (S), Gabriela Landeros, y la jefa de la Región Policial de Valparaíso de la PDI, prefecta inspectora Sandra Gutiérrez.

En representación de las familias de las víctimas, por parte de Aduanas, asistió a la ceremonia Aline Olivieri, hija de Francisco Olivieri Palacios. Junto a las autoridades, estuvo presente una delegación de funcionarios de la Administración de la Aduana de Los Andes, encabezada por Mariano Gómez, y el equipo directivo de la Dirección Nacional de Aduanas.

Durante la instancia, la directora nacional (s) Gabriela Landeros recalcó que "el mejor homenaje que podemos hacer a las 27 personas que nos dejaron ese 3 de julio es hacer una pausa en nuestras actividades, tal como lo hacemos ahora, y reflexionar sobre el valor y el significado de nuestro trabajo que muchas veces es invisible para el resto de la ciudadanía".