Jugar con preescolares mejora la salud mental de mujeres mayores
Un estudio reveló que relacionarse con niños mejora los niveles de depresión y ansiedad en personas de sexo femenino que viven en casas de reposo.
N.E.
Interactuar con niños en edad preescolar eleva el bienestar mental de las mujeres mayores, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Stellenbosch (Sudáfrica), publicado en la revista PLOS ONE.
La investigación, titulada "La experiencia de las interacciones intergeneracionales y su influencia en la salud mental de las personas mayores que viven en residencias", se realizó con mujeres que habitan una casa de reposo en dicho país.
Las coautoras del trabajo, Elizabeth Jane Earl y Debbie Marais, escribieron que "estudios previos sugieren que, aunque la salud física está bastante bien cuidada en los hogares de ancianos, la salud social y mental reciben menos atención, por lo que parece haber una alta prevalencia de problemas sicológicos no diagnosticados ni tratados en los hogares de ancianos".
En este contexto, las profesionales hicieron a las participantes completar un cuestionario que incluía la Escala de Depresión Geriátrica y la Escala de Ansiedad Geriátrica, además de una entrevista semiestructurada. Esto, al principio y el fin del estudio.
Tras un período de interacción constante con preescolares, con actividades como jugar, armar rompecabezas, leer y cantar, las participantes del estudio ganaron un mayor sentido de pertenencia, de propósito, reminiscencia y también experiencias afectivas positivas. Así, el trabajo concluye que las interacciones intergeneracionales pueden servir como terapia complementaria en el manejo de condiciones comunes de salud mental en adultos mayores que viven en residencias.
Depresión y ansiedad
De las 10 participantes del estudio cualitativo, al inicio cuatro se evaluaron como posiblemente con ansiedad, depresión o ambas; al final del trabajo, todas bajaron sus puntajes ligados a esos problemas de bienestar mental.
Además, las interacciones hicieron a todas las adultas mayores sentir más animadas e incentivaron el diálogo entre ellas y con los niños, reviviendo recuerdos de su propia infancia.
Numerosos estudios anteriores habían avalado los beneficios de las relaciones intergeneracionales.