El profesor que dedicó su vida a la educación y a su pasión por el fútbol
Miguel Ángel Espina tiene una destacada trayectoria tanto como docente, entrenador, relator y dirigente deportivo en la provincia.
La trayectoria profesional de Miguel Ángel Espina Hernández es tan amplia que cuesta resumir todo lo que ha hecho a lo largo de su vida. Lo que queda claro es que su pasión ha sido y sigue siendo el fútbol.
Este sanantonino es docente y con orgullo resalta que fue alumno y profesor de la otrora Escuela N° 1 de San Antonio, donde en 1982, justo para el año del Mundial de España, formó un equipo de fútbol con niños, los que tuvieron logros deportivos a nivel local. Cuatro años más tarde, creó la banda de guerra del mismo recinto educacional.
Durante su carrera como profesor, tuvo la oportunidad de desempeñarse en varios colegios de la zona, entre ellos, las escuelas 1, 2, D-460, Movilizadores Portuarios, Aguas Buenas, Leyda y en la escuela José Domingo Saavedra Díaz, de la cárcel de San Antonio, entre otros establecimientos.
En el ámbito deportivo fue dirigente y entrenador en diversos clubes y en diferentes categorías. A la vez, desarrolló la labor de relator en medios de comunicación locales, como en la emblemática radio "Sargento Aldea", "La Bruja", "Cristalina", "Integración", "Chilena FM" y en Canal 2 de San Antonio. En este oficio contó con el respaldo de su esposa Esmerina Vera, quien fue la primera productora de radio y televisión local.
"Provengo de una familia que comienza su historia en San Antonio en 1883. Soy nieto de don Arturo Espina Hernández, quien fue dueño de una antigua carnicería que se llamaba El Porvenir en San Antonio. Después mi padre fue propietario de la carnicería y por cosas de la vida dejó de trabajar en eso y continuó como portuario. Siempre me dijo que había que estudiar, ahorrar y desde pequeño me llevó a las canchas. Él me incentivó al deporte. En su juventud, por ahí por el año 40, fue jugador del club deportivo Pedro Montt, fueron campeones invictos. Lo que yo hago es un homenaje para él y mi madre", relata.
-¿Cómo fue su carrera como docente?
-Soy profesor retirado. Creé la banda de guerra de la Escuela 1 el año 1986. Después del terremoto, tuvimos que ir a distintos lugares a hacer clases. Mi hermana Rosa Espina era la que confeccionaba las charreteras con mucha dedicación. Luchamos mucho para que se mantuviera la banda, porque con orgullo puedo decir que fui uno de los creadores con otro chiquillo. Me retiré de la Escuela 1 en 1996, porque me cambiaron de horario, a la jornada de la tarde, sin preguntarme y ese horario lo tenía ocupado porque trabajaba como relator deportivo en la radio.
-¿Cómo llegó a ser docente de la escuela de la cárcel?
-Yo fui trasladado en una época que para mí fue muy perjudicial porque nos llamaron a una once a todos los colegas de la escuela de Leyda. Quien estaba a cargo de la Educación Municipal nos entregó una carta a cada uno. De ocho profesores fuimos trasladados siete a través de una simple carta. Yo era coordinador de la escuela y fui el que sacó mejor Evaluación Docente en ese tiempo. Pedí apoyo a la alcaldesa Lucía Menares porque tenía temor de llegar ahí, pero no se pudo revertir la designación.
-¿Cómo fue esa experiencia en la cárcel para usted como profesor?
-Cuando llegué estaba don Héctor Contreras como director y el profesor Juan Carlos Haros. La primera semana que hice clases, me corría por la espalda la gota helada, pero vi rostros, personas y seres humanos que tenían la necesidad de educarse y orientarse. Ahí les entregamos las herramientas necesarias para que fueran felices en esos pocos metros cuadrados, porque la escuela era una y donde convivían era otro espacio. Una cárcel para muchos es un castigo muy grande. Conocí muchas realidades de jóvenes que me contaron sus vivencias y su historia de vida, porque nadie está libre de poder caer en cualquier momento. Pasaron los años y me fui dando cuenta de que por algo estaba ahí, porque uno llega a un lugar por algo.
-¿Siente que fue importante haber ejercido en esa escuela?
-Sí, porque se lograron muchas cosas. En una época obtuvimos con los profesores 8 millones de pesos para la escuela. Se compraron todos los útiles escolares, logramos cubrir muchas necesidades que había, por ejemplo, de implementos. Logré que nos donaran más de 30 computadores y equipos de música para hacer grupos musicales. Creo que hicimos una grata labor porque tuvimos la oportunidad de conocer la vida de la gente que está privada de libertad. Se hicieron clases de enseñanza básica y se creó la media. Cuando estuvo de jefe de Daem Luis Salinas Díaz, iba en un horario especial a apoyarnos haciendo clases de matemáticas a estudiantes que iban a rendir la PSU. Dos años hubo internos que obtuvieron puntajes requeridos para ingresar a la universidad, pero no pudieron hacerlo porque su situación.
-¿Puede decir que es una misión cumplida?
-Personalmente cumplí con lo que proyectamos con los 13 profesores que estaban en ese tiempo. Convivimos bastante bien, los logros fueron mérito de todos, no sólo de la cabeza visible, pero en general me siento muy feliz cuando veo a alguno de los alumnos en la calle, libres, con familia y han seguido un camino diferente. Para otros tal vez no ha sido posible porque la vida de cada uno es algo personal. Me pidieron que no me retirara, pero sentí que ya era el momento. Han pasado cinco años, a lo mejor con el tiempo podría regresar, no lo sé. Por ahora estoy satisfecho con lo que he podido hacer.
Pasión por el fútbol
La vida de este profesor que ya cerró la etapa en las aulas escolares ha girado en torno al deporte, especialmente en el fútbol al que sigue ligado hasta hoy, incluso formando nuevas generaciones.
"En el deporte comencé muy joven en el club Estrella de Chile, en juvenil desde 1968 al 72. Después me fui al Instituto del Puerto y volví al Estrella de Chile en 1982 hasta la fecha que aún integro ese club. En 1985 fui secretario en el periodo que era presidente del club don Manuel Vergara Arteaga y salimos campeones en la Asociación de San Antonio. Fuimos campeones invictos en una etapa muy maravillosa Fui dirigente, secretario y jugador hasta el 2015. Con 65 años terminé jugando como súper senior. Estrella es el club de mis amores porque llegué muy joven.
- ¿En qué momento debuta como entrenador?
-Mi labor como entrenador nace en 1980 en la escuela F-490 de El Quisco, donde formé un equipo con el que logramos participar en los Juegos Escolares y le ganamos a las escuelas de la comuna y a Algarrobo. Después me vine a trabajar a la Escuela 1, donde en 1982 logramos hacer un equipo con niños de 13 años. Salimos campeones de San Antonio, provinciales y vicecampeones regionales. Perdimos con San Felipe en definición a penales. Como anécdota, nunca entrené penales con ellos. En "Estrella de Chile" dirigí cadetes, segunda, primera y fui secretario.
-También dirigió en Cartagena…
-Así es. Comencé en el club deportivo Las Cruces, después me fui al Arellano, donde por primera vez salieron campeones, ya que anteriormente les habían quitado el título por mala inscripción de jugadores. Después llegué al "Cartagena Atlético", salimos campeones en la Copa Litoral 2007 en senior, 2008 en primera Adulta, y 2009 vicecampeones. En Puerto Nuevo dirigí la primera con Juan Carlos Rosales y senior en Copa Litoral.
-¿Qué destacaría de su rol como dirigente deportivo?
-En San Antonio Unido fui dirigente en cadetes en la época de don Salvador Rasse. Después fui dirigente en el primer equipo en el mismo periodo de 1979 a 1982, donde descendimos a la tercera división, siempre con el anhelo de volver. En 1985 fui presidente del club San Antonio Atlético. En 2016 ingresé como director a la Asociación de San Antonio, después pasé a secretario. En un momento faltaba que alguien se hiciera cargo de las selecciones súper senior de la comuna, que es mi puerto, y me piden que me haga cargo junto a un grupo humano de muchos clubes.
-¿En qué está actualmente en lo deportivo?
-Este año participo con el equipo de Cerrillos (en la liga Anfur de Melipilla) con muchos sanantoninos que son mayores de 40 años, los que me pidieron que los acompañara. De 10 equipos logramos clasificar entre los cuatro primeros y ahora vamos a la liguilla. En esta instancia se tiene que jugar con los clubes del otro grupo. Además, me hice cargo de dirigir a la segunda serie adulta del Sportivo Cartagena, juntando a un grupo de jóvenes y algunos de más experiencia. Estamos todos ilusionados con salir campeones.
-¿Y trabaja en fútbol formativo con niños?
-Sí, en la Escuela de Fútbol Formativa Radio San Antonio. Funciona en las canchas del sector Quinta Placilla, subida por Gregorio Mira, los viernes de 17 a 18 horas. Es sin fines de lucro. No se cobra inscripción ni mensualidad. El encargado de hacer las clases es Bryan Díaz junto con el presidente de la entidad, Edison Henríquez. Está dirigida a niños y niñas desde 6 a 11 años. Está abierta a la comunidad, sólo se exige que los papás acompañen a los niños en los entrenamientos.
-¿Le quedan proyectos por concretar?
-El próximo año hay selección Súper Senior y mi anhelo es estar en alguna de ellas colaborando, porque las ganas y los deseos no se me terminan. Soy un hombre bastante maduro, creo que he vivido todo lo que una persona puede vivir en la parte deportiva. He estado en múltiples campeonatos nacionales participando, estuvimos en Coyhaique con la selección de San Antonio el 2017, logramos estar allá con mucho sacrificio con los papás, trabajamos para costear los gastos y viajamos tres días con esos niños que salieron vicecampeones de Chile. Ahora tienen algunos 18 ó 19 años. Fue una experiencia maravillosa y tengo que decir siempre que es una bendición poder estar en esto que me apasiona.
"Mi padre siempre me dijo que había que estudiar, ahorrar y desde pequeño me llevó a las canchas. Él me incentivó al deporte",
Miguel Espina
"Creo que hicimos una grata labor porque tuvimos la oportunidad de conocer la vida de la gente que está privada de libertad. Se hicieron clases de enseñanza básica y se creó la media",
Miguel Espina sobre su trabajo en la cárcel