¿Qué es lo parriano?: una escuela contra canónica, libertaria y poblacional
Exploramos el semillero de la principal familia de artistas de la tradición chilena. Su ejemplo ha inspirado a una serie de músicos e investigadores populares que promueven su legado hasta hoy.
Yvaín Eltit - Presidente Sociedad de Folclor Chileno.
Definiremos "lo parriano" como una estética iniciada por tres integrantes del clan Parra Sandoval.
Oriundos de San Fabián de Alico, Región de Ñuble. El mayor de la familia fue Nicanor, estudió en el Internado Nacional Barros Arana (Inba), pedagogía en matemáticas y física en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Llegó a estudiar becado por el consejo británico cosmología en la Universidad de Oxford (Inglaterra) con el reconocido astrofísico Edward Arthur Milne
Nicanor fundó "la antipoesía", una corriente poética que se opuso a las vanguardias chilenas imperantes del siglo XX y se aproximó a la literatura postmoderna.
Violeta a su vez tuvo la capacidad de derribar cada obstáculo que se le puso por delante, sacando las melodías de la tierra, produjo programas radiales y bordó la realidad nacional. Conoció en la feria de artesanías del Parque Forestal (Santiago) al folclorólogo Oreste Plath y se hicieron amigos (1957).
Roberto es el genio local de la escena cuequera. Se vinculó con San Antonio desde su contratación como guitarrista en la orquesta del cabaret "Luces del puerto" (1958). En estos años compuso la cueca "El chute Alberto", punto de partida para sus "cuecas choras", cuyas letras cambiaron los motivos del folclor de la hacienda, poniendo el foco en los sectores populares y grupos del bajo pueblo.
Ángel Parra, hijo de Violeta, fue el último eslabón de la gesta parriana. Con una producción discográfica extensa, siendo solista en cincuenta obras. Es uno de los pilares de la "Nueva Canción Chilena", y se comprometió con el gobierno de la Unidad Popular (UP).
Esa escuela parriana que fue capaz de combinar lo contra canónico, reflejar el sentir de las poblaciones, con una libertad antisistémica, que sigue vigente.
Un compañero artístico de Roberto Parra es el músico popular y consejero de la Sociedad de Folclor Chileno Cuti Aste, confidencia: "Él manejaba el lenguaje del pueblo, el coa de los bajos fondos, sus cuecas son del chileno desaparecido, animales en extinción, era un vehículo de expresión social".
Lo parriano es libre y limpio, no necesita de impostar la voz ni gritos teatrales, además incorpora la investigación.
Jaime Barrueto, es discípulo de Ángel, compartieron la visión de la cueca, el interés por indagar más allá y formarse con guitarra al hombro en el transporte público, en la plaza, en el barrio, a puro oído y corazón.
Lautaro Llancaqueo Frigerio, miembro de la Sociedad de Folclor Chileno, posee un vozarrón que sacude todo su entorno, con el canto popular en las venas. Por su origen, logra que las melodías de Violeta florezcan a través de todo lo que sus dedos tocan, ya sea cueca, tonada, chacarera, vals, etc.
Un innovador del jazz guachaca y la guitarra es Roberto "Tito" Tapia, director artístico de los conjuntos "De Perilla" y "Bordonas", miembro de la misma entidad que Lautaro. Define lo parriano como: "Es un concepto interesante que habla del legado concreto de los hermanos Parra. Tiene que ver con la poesía, las décimas, las cuartetas, la música, incentivar lo que se hace en este rincón del mundo".