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Por Lalo Loyola
Nos pasamos la vida resolviendo problemas y yo creo que ahí, justamente, está el problema.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró este año el Día Internacional de la Salud, cuyo lema se basa en que la atención primaria es la piedra angular de un sistema de salud sostenible y resiliente, ya que, a pesar de las presiones, sigue funcionado más fuerte que nunca. Celebramos los logros de salud pública en nuestro país a pesar de la baja inversión, comparado con la OCDE al 2021.
Si entendemos la salud como un derecho humano básico debemos considerar el tránsito hacia la cobertura y acceso universal de ésta como parte del compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto requiere incrementar la participación social en todas las instancias, considerando políticas multisectoriales, capacidad de acción y decisión de personas y comunidades; servicios de salud integrados y centrados en la atención primaria y en el empoderamiento de las personas para la mejora del autocuidado de la salud. Todo lo anterior, con tomadores de decisión competentes en gerenciar redes integradas de atención de calidad, financiadas, seguras y amables para todos y todas.
Para que esto sea una realidad necesitamos una fuerte inversión en formación de técnicos y profesionales de pregrado y postgrado, aumento de cargos y puestos de trabajo decentes y, especialmente, el desarrollo de una infraestructura fuerte en todos los niveles de atención, y un sistema que provea de insumos y materiales a precios razonables, idealmente producidos en Chile.
Otros elementos que debemos reformar son el acceso al sistema de salud, que hoy depende de la capacidad de compra de las personas; y favorecer la resolutividad con la integración del sistema público y privado. Fundamental resulta entender que mientras tratemos a las personas para devolverlas a las mismas condiciones que les enferman, mientras no consigamos generar espacio para la salud en todas las políticas, mientras no dotemos de las condiciones mínimas para que las personas, especialmente los y las jóvenes, disfruten de mayor acceso a acciones de promoción de la salud, seguiremos enfrentado la dictadura de lo urgente y colapsando la red de atención de salud.
La pandemia covid-19, el cambio climático, los desastres naturales, las guerras y conflictos deben ser una oportunidad para movilizar recursos que garanticen una gobernanza de largo plazo, lejos de la pelea por el poder de la política chilena y sus pequeñeces, y que se centren en las personas, en su cotidianidad, su territorio, su comunidad real. Esta será la única forma de que las personas ejerzan su derecho a condiciones dignas de vida que promuevan su salud.
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Fernando Cortés
Director del Magíster en Gerencia y Gestión
Universidad Central